miércoles, 17 de septiembre de 2014

Cinco de la madrugada. Suena el teléfono. Es la abuela - "¡Nena! ¿está la Cotilla?" - NO.
Cinco y diez de la madrugada. Llama la abuela - "¿Ha venido ya la Cotilla?" - NO.
Cinco y cuarto de la madrugada. La abuela otra vez - "¿Ha llegado ya? - NO.
Cinco y veinticinco de la madrugada. Mi querida abuela - "¿Y ahora?" - ¡¡¡¿AHORA ME VAS A DEJAR DORMIR DE UNA VEZ?!!!

Golpes en el techo. He despertado al vecino con mis gritos. - ¡¡¡LA MADRE QUE TE PARIÓ, JODÍO!!!

El teléfono siguió sonando hasta que, harta, me vestí y salí a la calle dispuesta a coger un taxi pero dio la casualidad de que, en ese momento, pasó el Municipal en el coche patrulla y lo paré - ¡Bedulio, por tu padre, llévame a la Torre del Paseo Marítimo! - ¿Es una urgencia? - De las más grandes.

En un santiamén llegamos a casa de la abuela porque a esas horas a penas había tráfico y porque la sirena del coche de policía, más la velocidad que llevábamos, hacía que los pocos coches que encontramos se apartaran rápidamente de nuestro camino. El frenazo fue brusco delante de la Torre. - ¿Es por tu abuela, verdad? ¿Llamo a la ambulancia? se ofreció el Municipal. - Espera un poco que aún tengo que estrangularla.

Geoooorge nos abrió la puerta, somnoliento. Tenía muy mal aspecto: ojeras hasta los pies, moretones en la cara, andaba cojo y llevaba un brazo en cabestrillo - ¡¿Dónde está mi abuela?! - Ni lo sé ni me importau. - Me extrañó su respuesta pero lo que me dejó asombrada fue ver salir a Andresito de la habitación del mayordomo - ¡¿Abuelito?... ¿Os entendéis el Uniteillo y tú? - Mejor que con la fiera de tu abuela... Mira como nos ha dejado. - El abuelito no tenía mejor aspecto que el inglés. - Es que tener por querido al mayordomo de tu casa es muy fuerte... - El Municipal se santiguó, escandalizado. - ¡No es eso, boba de Coria! - ¡Abuelito! - Ha sido por lo del reality que grabamos en Magaluf. - Fue una vergüenza.No me extraña que... - ¡No das ni una! Tu abuela se enfadó porque no la llevamos con nosotros y nos puso a caer de un burro... coces incluidas.

- "¡¿Has traído a la Cotilla?! (la abuela pareció de golpe y nos asustamos)" - Estará "limpiando" cepillos a estas horas... ¡¿Por qué no me dejas dormir?! - "Han encontrado cuatro kilos de droga en un coche con matrícula del Vaticano. ¿Quién dice que no puede haber más camuflada en las velas de las iglesias, en los badajos de las campanas, en..." - ¡Vale, ya! ¿Y qué si hay? - "Tiene que encontrarla y nos asociaremos" (los ojos le brillaban de avaricia) - Oiga, que soy la autoridad (dijo el Municipal) - "¡¿Qué pasa? ¿qué quieres tu parte por hacer la vista gorda?!" - Acabamos dándole cuatro pastillas para dormir... aunque Andresito era partidario de que se tomara medio bote. - Y nos dejará tranquilos unos días.



 

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