martes, 9 de septiembre de 2014

Me he pasado toda la tarde lavando, planchando y guardando ropa. He acabado chorreando, como si saliera de una sauna. Menudo bochorno nos está regalando septiembre. Me he duchado siete veces. Pascualita ha salido una vez a sentarse en el escurridor de la fregona y en cuanto le ha dado el aire caliente se ha zambullido. Le he puesto dos o tres cubitos en el agua para refrescarla. En cuanto los ha visto, la sirena se ha abrazado a uno y no se separa de él.

-¡Ave... mar... maría purís... imaaa... aaaaaaaa! Me ahogo... Toma (me dio un abanico) abanícame, que no estoy para hacer esfuerzos. - Búsquese a otra porque yo estoy para el arrastre... - ¿Nos tomamos un chinchón... o dos, on the rocks para mitigar el calor? - Si, hija, sí. Cójalo. - ¿Yooooo? No puedo... ¿no ves que estoy echa una braga?

- Ha venido tu abuela... ¿oyes los bocinazos del autobús? - Un día vamos a tener un disgusto por culpa de sus aires de grandeza. - "¡Hoooolaaaaaaaaa!... ¿Habéis estado picando piedra?" - Pues... no. - ¿Y esos calores? (me dijo a mí) ¡No serán por la menopausia! ¡Te dije que se te estaba pasando el arroz y no me has hecho caso! Al final me quedo sin bisnieto por vaga, por apática, por sosa, por..." - ¡Vale, ya está bien! Tengo calor, eso es todo. - "¿Calor?... Bueno, sí que hace pero como para que te caiga el sudor a chorros, no." - Cotilla, mi abuela está enferma. - Muy enferma (dijo la vecina) ¿Quieres un chinchón on the rocks? - "Claro... Donde hace calor es aquí ¿no tendrás encendido el horno? en cambio en el rolls royce se está de maravilla con el aire acondicionado perfectamente regulado" - ¡Ya salió la millonetis! (dije, enfadada)

- "Saca ese juego de sábanas blancas que compraste en las rebajas que te las voy a poner al día" - ¿Cómo que al día? - Acostumbrada como estoy a obedecer a mi abuela, saqué las sábanas. - "Ayer intenté hacerlo con los manteles de El Funeral y el dueño se enfadó. ¡Que gente más retrógrada! Este tío es un inmobilista total. Si todos fuésemos como él aún viviríamos en las cavernas" - Ya me estaba arrepintiendo de haber sacado las sábanas.

Con un sacudida, extendió la primera sábana sobre la mesa, luego buscó algo en su bolso y sacó  rotuladores negros y bolígrafos rojos. Nos dio uno de cada a la Cotilla y a mí y dijo: - "Dejad correr la imaginación" - mientras empezaba a llenar la tela de rayajos y dibujitos. - ¡¿Qué haces, loca?! - "¡Vamos. Sin miedo. Dibuja lo que se te ocurra. Las sábanas son tuyas!" - La Cotilla dibujó panes, platos de sopa, botellas de vino... sin la menor idea artística. Y la abuela, otra que tal - ¡¡¡BASTA, BASTAAAAAAAAAAAAAAA!!! -  Pero no pararon hasta que a penas quedaron trozos de tela sin pintar. - "Ha quedado de cine. ¡como el vestido de novia de Angelina Jolie! Trae la otra sábana"




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