sábado, 25 de octubre de 2014

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! Traigo noticias - Zzzzzzzzz - ¡Nenaaaaaa! Son muy graciosas - Zzzzzzzzzzzzzz -

En la gloria estaba yo. En el séptimo cielo, soñando que George Clooney no se había casado y había puesto sus pícaros ojillos en mi. Tan guapo él, tan plantoso, tan millonario, tanAAAAAAAAAH!!!... Me levanté de la cama de un salto, mojada, helada y con los sueños rotos. Lo primero que pensé es que me había orinado por estar tanto tiempo apoyada en la barandilla que da al lago Como... luego me pregunté ¿Me he puesto perdida de la cabeza a los pies por un simple pis?

Busqué a tientas el interruptor de la luz. La Cotilla, como una criatura de ultratumba, escapada de los Infiernos, me miraba entre las sombras con un objeto en la mano que no tardé en reconocer: el barrilito de cristal donde vive Pascualita - ¡Hija de mi vida! Luego dirás que no duermes. - Encendí la luz. Asombrada, contemplé la cama mojada, llena de algas y arena. Mi cuerpo goteaba sobre la alfombra y tiritaba de frío - ¿Esto... esto lo ha hecho... usted? - No había manera de despertarte. Anda, ves haciendo café que te contaré una cosa. - En mi cerebro se encendió una luz roja intermitente. Sentí que la saliva rebasaba mi boca y que los ojos crecían hasta casi salirse de las órbitas. Mis manos cobraron vida propia y no pude controlarlas cuando rodearon el cuello de la Cotilla y apretaron, apretaron, apretaron... hasta que recibí una patada en la espinilla. - ¡Jesús, que mal despertar tienes, jodía!

Poco después, sentadas a la mesa de la cocina, con la luz encendida porque eran las cuatro de la madrugada, la vecina se salió con la suya y me contó: - Me he enterado de que a los Pinochos les ha echo mucha gracia un chiste... En realidad no es un chiste pero se ve que quién lo contó tiene mucha gracia y esa gente se partía de risa... ¿Me escuchas? - Claro que la escuchaba mientras me mordía las uñas, que remedio. - Y ahora me lo contará usted, ¿a qué sí? (dije a regañadientes) - Sí, pero no sé si tendré tanta gracia... el caso es que estaban los políticos con eso del Estado de la Comunidad y una persona de la oposición dijo que tenemos una tasa muy alta de niños y niñas que están en extrema pobreza. Que pasan hambre, vamos... ¿Verdad que no parece gracioso?... también es que yo contando chistes soy un poco patosa. Pues les entró una risa a los Pinochos y Pinochas que era digno de ver, hasta que la diputada que lo había dicho, con muy mala uva porque les cortó la juerga de raíz, dijo: ¿De qué ríen, señorías? ¡Igual, igual que dijo Pilar Manjón cuando habló en el Congreso del atentado de los trenes en el que, entre casi doscientas personas, murió su hijo!... Veo que no te ríes. Es que eres sosa hasta decir basta ¡Así no vas a encontrar novio nunca, mujer!

Cuando por fin se fue, volví a la cama sin acordarme que estaba mojada. Me dejé caer, muerta de sueño y me levanté a la velocidad del rayo. Pascualita, de quien no me había acordado para nada, al ver que caía sobre ella, saltó antes de que la aplastara y se enganchó de mi oreja, lo que me obligó a ejecutar los ejercicios de cante flamenco y zapateado, con sus correspondientes carrerillas por la casa, durante y después de habérmela arrancado de un tirón... Ahora, después de beberme media botella de chinchón, me pregunto por qué no acabé el trabajo cuando apreté el cuello de la Cotilla.

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