sábado, 15 de noviembre de 2014

- "Nena ¿los políticos son tontos?" - No conozco a ninguno, así que no te lo puedo... ¡¡¡Son las 3 de la madrugada!!! - "La hora no importa. Responde a la pregunta" - ¿Qué pregunta? - "¿Estás sorda?" - ¡No! Ya te he contestado. Buenas noches zzzzzzzzzzzzzzzz

Un rato después me senté en la cama, totalmente espabilada. Intenté dormir de nuevo pero solo conseguí dar vueltas y más vueltas en la cama hasta que la sábana de arriba pasó a ser la de abajo y viceversa. Finalmente, me levanté y fui a buscar a Pascualita para que me hiciera compañía mientras me tomaba un vaso de leche caliente. Pero a la sirena no le sentó nada bien que la molestara en pleno sueño y me atacó con su dentadura de tiburón por bandera. Afortunadamente, pude esquivarla porque estaba desveladísima. - Eso tendría que hacerle yo a la abuela. Morderla hasta el tuétano cuando me despierta a éstas horas (me dije a mí misma porque no tenía con quien hablar)

A las 8 en punto, hacía a penas media hora que había caído en un sueño profundo, fui zarandeada sin ningún miramiento por mi querida abuela. - "¡Despierta, que la Cotilla ha traído ensaimadas del contenedor del súper!" - Acudí a la cocina en plan zombi legañoso y mojé en el cola cao lo que creía que era una ensaimada, tan dura que casi me rompe un diente. Las risas de las dos amigas me molestaron - ¿De que año son las ensaimadas? - De ayer jajajajajajaja - Me extraña. - Es que tu estás comiendo galletas para perros jajajajajajaja ¿Están buenas? jajajajajaja.

Ya más calmadas, la abuela me preguntó si creía que los políticos son tontos - ¡Y yo qué sé! - Lo son (contestó la Cotilla) y no saben ni mentir. El Monago ese no para de poner parches a su primer discurso y cada vez se lía más. Me pregunto qué piensa su mujer de todo ésto, porque le ha tocado hacer un triste papel en ésta historia. Espero que lo haya cesado como marido después de haberle puesto las peras a cuartos o no tiene dignidad.

- "Cada casa es un mundo... Aunque no está de más tener preparado un mejunje por si hay que dar un escarmiento al pariente" - Y evitarse cornamentas no deseadas. Aunque se te vaya la mano como nos pasó a nosotras jejejejejeje - "Ya lo dice el refrán: a grandes males, grandes remedios"

Cada vez que sacan el tema de mi primer abuelito, no puedo evitar escandalizarme. - Tendría que denunciaros. - "¿Por mandarlo a Mejor Vida? jijijijijijijiji Pero si estará tan ricamente allí" - Llamaron a la puerta y allí estaba el Municipal, sudoroso y pálido. - ¿Qué pasa, Bedulio? - Lo he oído todo por vuestra manía de hablar a gritos. - "A qué te refieres, amigo" (la voz melosa de la abuela le puso los pelos de punta y retrocedió unos pasos hacia la escalera ) - La Cotilla fue más rápida y cerró la puerta de golpe dejando al Municipal entre la pared y las dos amigas. Les gustan las situaciones arriesgadas, por eso la abuela preguntó - "¿Quieres unas croquetas... con un mejunje de mi invención?" - No, gracias. Es... (tragó saliva) estoy de... guardia. - "No se lo diremos a nadie" - El sudor le corría cuello abajo mojándole la camisa. - En comisaría saben... que estoy... aquí. - "Pasa al comedor y estaremos más cómodos" - ¿Para qué...? - "¿No quieres un chinchón?" - El Municipal, que tragaba saliva sin parar, miró el wáter y la abuela, que se había dado cuenta, le apretó las tuercas. - "Piensas que es un sitio inadecuado para poner un inodoro ¿verdad?" - No... Dios me libre de.... criticar... - "Es para mi primer marido. Cuando viene a vernos le gusta sentarse ahí y hacerse la idea de que aún está vivo" - Bedulio respiraba con dificultad. Estaba al borde del infarto. Y entonces a Pascualita se le ocurrió ponerse a dar saltos mortales, salpicándonos a todos. Bedulio se desplomó cuan largo era, a nuestros pies. Al volver en sí le bizquearon los ojos pero, en cuanto tomó conciencia de lo que había pasado, corrió hacia la salida. La abuela le gritó - "¿No te despides de mi primer marido?" - Por toda respuesta oímos un portazo que hizo temblar las paredes.

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