lunes, 12 de enero de 2015

Recibí una llamada de la abuela cuando aún no me había sentado a desayunar . "Geoooorge pasará a buscarte" Y colgó.

Asomada al balcón, vi llegar el rolls royce. Bajé corriendo las escaleras porque la curiosidad me podía.- ¿A dónde vamos, Unitetillo? - Madame decir cuartelillou. - ¿Estás seguro? - Yes. - Me repantingué en el confortable asiento del coche sintiéndome  la Cenicienta en su carroza mágica. Lástima que al final del recorrido no me esperara el Príncipe Azul.

Un inspector, muy serio, me dijo que debía hacer "algo" con mi abuela. - A su edad, tendría que estar en  casa, comiendo sopitas y acostándose pronto. - ¿Tiene abuela? (le pregunté) - Lamentablemente, no. Pero, si la tuviera no la abandonaría como hace usted (dijo con desprecio) - ¿Qué le ha contado?

No es bueno comenzar el día con una bronca. Y sin haber desayunado. Por eso mis nervios estaban tensándose. Lo mejor sería llevarme a la abuela de allí cuanto antes. - ¿Me la puedo llevar a casa? - ¿A ella sola? - ¨No estará insinuándo que me lleve algún chorizo de los que tienen en el calabozo? - ¿Llama chorizo a su abuelo? - ¡¿También está aquí?! - Y algunos viejos más. Hicimos una redada en El Funeral esta madrugada. Fue una visión esperpéntica lo que nos encontramos allí - No me diga... Me da la impresión de que es usted nuevo por aquí. - ¿Cómo lo sabe? - Pregunte a sus compañeros. Ellos ya no se espantan cuando acuden a El Funeral.

Ya en casa, mientras preparaba cafés con leche, llegó la Cotilla - ¡Avemariapurísimaaaaaaaa! Traigo ensaimadas y croasanes. Hoy había variedad en el contenedor de super. ¿Y esas ojeras? (preguntó a su amiga) - "Hemos tenido una noche toledana. Celebramos el cumpleaños de Conchi" - Dichosa ella que puede celebrar los cumpleaños que quiera, en cambio yo sigo sin poderme comprar ni una lupa para ver el aumento de mi pensión. - Mientras las dos amigas discutían, me vino a la mente Pascualita ¡Y la abuela no llevaba el termo de los chinos al cuello!

- ¡¿Dónde está el termoooooooo?! (grité fuera de mí) - Ya te dije que tu nieta se pondría de los nervios si nos detenían (comentó Andresito) - Pero la abuela no se inmutó y como quién no quiere la cosa, dijo "Conchi propuso hacer una subasta y recaudar el dinero para un comedor social. No sabeis lo que nos reímos y cuando ya no teníamos más ropa interior que ofrecer, me pidieron que subastara el termo de los chinos" - ¨¿Fuíste capáz? - ¿Lo dudas? (dijo el calzonazos de Andresito entre risas) -"¡Se lo quedó Conchi! que hace tiempo que le tiene echado el ojo jajajajajaja" - No podía creer lo que me estaban diciendo ¡Había subastado a Pascualita!

Un rato después sonó el teléfono - "Es Conchi" - La abuela salió al balcón y le gritó a Geooorge que pusiera el motor en marcha. - "¡Vamos, corre!" (me dijo) - Pascualita estaba echa una furia. Se había pasado tantas horas encerrada en el termo de los chinos que, cuando salió, saltó hacia lo primero que vió: ¡el pelo de Conchi! que ahora parecía un estropajo en manos de la sirena. Tuve que emplearme a fondo para arrancarla de allí. Una buena parte del pelo alfombraba el suelo. Para consolar a su amiga, la abuela levantó la voz sobre sus gritos y le recomendó una buena tienda de pelucas - "No te quejes. Así podrás llevar un color de pelo cada distinto, cada día"

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