jueves, 29 de enero de 2015

Tengo prohibido hablar del episodio de mi malogrado tío. Ya podéis imaginar por quién. Lo malo es que la abuela no se fía de mi y a todas horas me llama por teléfono o se presenta en casa cuando menos me lo espero... Y no puedo evitar que se me salten las lágrimas de aguantarme la risa, cuando tengo delante.

- "¡¿Lo sabe la Cotilla?!" - Te he dicho mil veces que no... No me das opción a hacerlo jijijiji ¡Huy, perdón! - Es verdad. La Cotilla aparece poco por casa. Aún debe estar celebrando el aumento de su Pensión, poniéndose morada de champan francés y caviar. De todas maneras no creo que tarde mucho en venir, en cuanto se le acabe el euro y algunos céntimos del aumento. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa!... ¿Estás dormida? Vamos a merendar que traigo magdalenas del contenedor del super. - ¿Qué ho... zzzzzzz... ra es? - La de levantarse, gandula - ¿Ya han puesto las zzzzzzzzzz calles?

No las habían puesto. Eran las cuatro y media de la madrugada pero ésta mujer, con sus trapicheos, tiene la hora cambiada a su antojo. - Ves a hacer café ¿no querrás que lo ponga todo yo? - ¿También ha traído un paquete de café? - Claro que no. Si encuentro alguno, lo vendo, alma de cántaro.

Yo estaba tan dormida que me pilló con la guardia baja. - Vi a Geoooorge y cuando le pregunté por tu abuela le dio la risa floja... ¿Tú sabes por qué? - Sí... - ¡Cuenta! - Creo que no... debo decírselo. - Come otra magdalena, que no está muy dura... ¿Qué ha pasado? - La abuela iba a tener un tío... Creo que me estoy pasando... - ¡Lo estás haciendo muy bien! ¿Un tío para ponerle los cuernos a Andresito? - A él no. A mí. - ¡Espabila, que no te entiendo! - Para que se quedara con la Torre del Paseo Marítimo cuando ellos estén colgados de la pared de los Finados, de El Funeral.

- ¡Vaya! Esto es grave... Pensé que me la dejaría a mi... ¿Y quién es ese tío? - Ni es, ni ha sido. Se esfumó. ´¿Otro... otro fantasma? - Ni siquiera eso. La monja de clausura sí que tuvo un bebé pero el de la abuela se convirtió en aire... contaminado... jijijijjijiji - ¿Estaba embarazada?... pero ¿no puede ser, no? - No, Cotilla (las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas) - ¿Estás triste? - ¿Yooooo? jajajajajajaja ¿por un aire que se negaba a salir? jajajajajaja - La Cotilla me miró entrecerrando los ojos. Su cerebro hacía cábalas a la velocidad del rayo y entonces, como un río desbordado, lloró mientras reíamos a carcajadas - ¡Trae el chinchón, niña!

A mediodía, mientras yo comía en la cocina con Pascualita y Pepe (es un decir) entró la abuela echa un basilisco - "¡Se lo has contado!" - Negué con la cabeza. - "¡La Cotilla lo sabe y a éstas horas debe saberlo toda Palma!" - Me... sonsacó... Pero no creo que lo sepa nadie más... - "Entonces ¿por qué se rie la gente cuando me ve?" - ¿Por que les han aumentado la Pensión?... - "¡La madre que te parió!"

No hay comentarios:

Publicar un comentario