lunes, 9 de marzo de 2015

A vueltas con la sirena.

Pascualita se ha pasado casi toda la mañana subida en el borde del acuario, disfrutando del sol que entraba por la ventana. Este bicho es como esas personas del norte de Europa, que después de seis meses de oscuridad, cuando llegan a Mallorca se vuelven locos por un rayito de sol, esperando tostarse y que el color les dure todo el año.

Ella es de aguas profundas, donde apenas entra la luz y tal vez sea este el motivo por el que disfruta tanto languideciendo al sol que entra por la ventana.  La abuela dice que hace esto porque es mediterránea. - ¿Qué tendrá que ver el culo con las témporas? (repliqué) Puede ser de alguna sima  del Océano Pacífico, de esas que no se les ve el final. Cuando descubrió el sol ya no quiso saber nada de profundidades y se quedó a vivir cerca de la superficie del mar, por eso fue pescada y enlatada junto a las sardinas, en aceite. - "Tu ves muchas películas. Ella es mediterránea, se ve a la legua. Es graciosa, simpática, alegre y jugueton" - Abuela, estamos hablando de Pascualita. - "¿De quién crees que hablo yo?" - Eso quisiera saber.

La abuela y yo podemos pasarnos horas enteras discutiendo sin llegar a un acuerdo. A ninguna nos gusta ceder ante la otra. Lo más lógico sería mirar en la Wikipedia a ver si encontramos alguna referencia sobre las sirenas: de dónde proceden, cuales son sus hábitos de conducta, qué comen, cuánto tiempo viven, etc. etc. Pero no lo hacemos porque corremos el riesgo de no tener razón una de las dos. O ninguna.

Esta clase de discusión es bastante frecuente pero tenemos que  estar solas, cosa bastante difícil porque la Cotilla se cuela en mi casa como Pedro por la suya. Infinidad de veces hemos tenido que disimular cambiando de tema en fracción de segundo. Pero una vez no fuímos suficientemente rápidas. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! Que tema más bonito. Me encantan las sirenas. - ¿Ha visto muchas usted? - Un montón. En el cine sobre todo. - ¿Sobre todo? ¿Acaso las ha visto en otros sitios ambién? - Claro. en la tele, en los cuentos de hadas. Son preciosas, con esas melenas onduladas, esas caritas sonrosadas, la larga cola color verdemar... Me dan mucha envidia. Además todos los marineros se enamoran de ellas. - Cree que si viera una la reconocería? (la piqué) - ¡Naturalmente, boba de Coria jajajajaja que cosas tienes. No te digo que tienen cola de pez.

- "¿Qué dirías si te dijera que son horrorosas. No tiene pelo sino algas. Ni dientres como perlas sino como los del tiburón. Que tienen un genio endiablado y se comen a los pescadores en cuanto los tienen a tiro?" - ¡Pues que ya le has dado un tiento al chinchón! jajajajajaja - "Pues son así y además pequeñajas" - ¡Abuela! (solo le faltaba enseñarle a Pascualita) - Déjala que parece que se ha levantado con el pie derecho o se ha peleado con su marido. No tiene ni idea de lo que habla. - En eso tiene razón, Cotilla. Anda, abuela, vamos a brindar por que, por fin, ha salido el sol.

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