domingo, 22 de marzo de 2015

Entonces, ¿Bedulio y yo...?

La Cotilla se ha pasado la noche llorando a moco tendido y con la luz encendida. No he podido dormir, ni poco ni mucho y ahora tengo los párpados apuntalados con palillos porque se me cierran cuando menos me lo espero. Por eso, cuando he visto a la abuela me he quejado. - Esta noche hazle un hueco en tu cama a la Cotilla. No pienso aguantarla más. - "¿No sabes que, en una pareja, tres son multitud?" - Ni lo sé ni me importa. No he pegado ojo y ahora estoy como si me hubiese bebido una botella de chinchón.

Así que la abuela ha hablado con la Cotilla - "¿A qué ha venido tanto lloro?" - Ha sido por tu culpa. Tenía miedo que apareciera el fantasma de tu primer marido por no declarar que nos lo cargamos entre las dos. ¿Por qué no quieres hacerlo? - "Por principios y porque soy un persona modesta  y no me gusta alardear" - La miramos sin comprender. Presumir ¿de qué?

- "De haber planeado el crimen perfecto... Cuando un cosa está bien echa, para qué estropearla. Además, hay a quién no le gustaría que removiera las turbias aguas del pasado" - Muy enigmática estás tú (dije) - "Haré una cosa si me prometes que esta noche no volverás a dar la nota, Cotilla. Hablaré con el alma de mi primer marido... ¿te parece bien?"

No le quedó más remedio que decir que sí a la vecina porque, o aceptaba o se iba a dormir a su casa. La que quedé mohína fui yo que tendría que aguantarla otra noche.

Después de comer y entre copa y copa de chinchón, la abuela contó la conversación que había tenido con el fantasma marital. - "Estate tranquila, Cotilla, que no volverá a las andadas" - La vecina se fue relajando, incluso salió a la calle a hacer sus trapicheos. Al quedarnos solas le pregunté a la abuela sobre ese "alguien" del que habló antes, Ella no entró al trapo. - Te lo volveré a preguntar cuando esté Andresito delante. - "¡Qué jodía eres! Se trata del Comisario jefe de aquellos años... Se llama Obdulio y es el padre de nuestro amigo Bedulio..." - ¿Le conocías? - "Nos frecuentábamos mucho... No sé si me entiendes" - ¿Érais vecinos? - "No me entiendes... " -

Quedé en suspenso...- ¿Acaso quieres decir que...? - "¡Sí. Eso que estás pensando!" - ¿Bedulio es hijo tuyo? - "¡¿Qué dices, loca?! Yo nunca le hubiese puesto ese nombre a un hijo mío" - ¿Entonces...? - "Que el Inspector jefe era mi amante" - ¡Ahi va! (y me tapé la boca como si me diera vergüenza que me vieran mellada) - Entonces... ¿el Municipal es mi... tío? - "No eres más tonta porque no te entrenas. Solo éramos amantes. Por eso el crimen fue perfecto. Porque no hubo pruebas, nada de nada... y si se encontró algo, se hizo desaparecer. ¿Comprendes por qué voy a decir nada a la policía? Pondría a Obdulio en un compromiso" -  Eso está muy bien pero... para que yo me entere. ¿Qué es Bedulio mío? - "¡¡¡Nada, alma de cántaro!!!"

Para despejarme, fui hasta la playa a llenar garrafas de agua. Las almacenaba en la despensa, detrás del saco de patatas. Cuando llegué a casa no había nadie. Los abuelitos estaban en El Funeral celebrando la colocación de una fotografía en el Muro de los Finados y festejando el recuerdo de Rosita como a ella le hubiese gustado. Geooorge y la Cotilla tampoco estaban, así que cené algo y me acosté soñando con una noche tranquila... Que se truncó a media noche cuando unos alaridos rebotaron contra las paredes de la casa. Luego oí a la abuela discutir con la Cotilla - ¡Ha querido matarme! ¡Ha envenenado el agua! - "Chist. Calla, mujer. Has bebido agua para el acuario ¡No grites o despertarás al vecindario!" - ¡Me has mentido. No has hablado con él y ha vuelto a por mí! - Me di la vuelta en la cama, arrebujándome entre las mantas. Total, lo que ocurría allí fuera era algo entre ellas dos y mi primer abuelito.

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