domingo, 15 de marzo de 2015

Imputados, no. Investigados.

                                                  

- "Nena, esta tarde pasaré a buscar a Pascualita. Me la llevo al Funeral porque van a dar una fiesta ésta noche"- Cada vez que te la has llevado a algún sitio, pasa algo. Mejor se queda en casa. - "Tiene que venir porque se trata de un acontecimiento social muy importante. Es necesario que aprenda por si le puede servir cuando vuelva a su hábitat" - ¿Qué se celebra? - "No lo sé, pero Andresito me ha dicho que me ponga de tiros largos"

Entré con la sirena en la cocina y la puse sobre el frutero. - ¿No debes tener idea de lo que pasa, verdad? - Pascualita miraba Pepe. Hay que ver cómo es este bicho. No habla pero con la mirada te lo dice todo. Manda más que un capitán general. - Vale, ya lo bajo... - Coloqué la cabeza jivarizada en la mesa y Pascualita saltó a su lado.

- ¿Tu tampoco sabes nada, Pepe? - No sé porque le pregunto sabiendo lo parco que es en palabras. Aunque tenga a boca cosida ¿qué le cuesta hacer un seña?... Bien mirado, algo le debe costar teniendo en cuenta que se trata solo de una cabeza, cortada y reducida para servir de llavero. Con la boca y los ojos cosidos pero ¡que caramba! cosas más raras se han visto.

De esos dos no logré nada, salvo que Pascualita me pusiera perdida de cola cao al saltar en plancha en mi taza. Y encima arrancó un buen trozo de ensaimada y me enseñó los dientes . Aquello me enervó. Es una egoísta. No sé donde lo ha aprendido... De mí no, desde luego. Por eso me puse el guante de acero, la cogí por la cola y la lancé, de la cocina al comedor y aunque se dio un golpe contra la mesa, aterrizó con más o menos gracia, en el acuario. Llevo todo el día con las gafas de sol puestas por si me escupía a traición.

A mediodía han llegado la abuela y la Cotilla. - ¿No me digas que ya vienes a llevártela? - ¿A quién? (se interesó la vecina) - "¡No pienso ir a esa fiesta! Y pon otro plato más de sopicaldo para mí" - ¿Te has peleado con Andresito? - "No me hables de ese majadero. Me quedó a vivir aquí, de dónde nunca debí salir" - ¿Has dicho AQUI?... ¿Qué te he echo yo, abuela?

Fue más tarde, después de comer, tomar el café, unas cuantas copas de chinchón y la siesta de rigor, cuando me enteré del motivo de su enfado. - "Llegan las elecciones y nadie quiere tener imputados en sus listas, sobre todo los Pinochos  que son los que cortan el bacalao y les salen por las orejas... Como dice el refrán: Hecha la ley, hecha la trampa. Ya no hay imputados... Pasan a llamarse INVESTIGADOS"- Ese truco no lo mejora ni el Mago Tamaríz... ¿Brindamos por él? - Naturalmente, no no InvestigadosIhicimos de rogar.

- ¿Y aquí paz y después, gloria? - Manda narices (exclamó la Cotilla) - "Pues, sí. Eso es lo que van a celebrar ésta noche, que no tienen imputados"

- A media tarde llamó el abuelito para intentar convencer a la abuela pero no logró nada, salvo un rapapolvo por calzonazos. - "Y ahora montaremos la fiesta aquí - dijo - Nena, llama a Bedulio y a Blas el parado... ah, y al butanero, a ver si tenemos suerte acabas teniendo al niznieto aunque venga con mono naranja"


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