sábado, 11 de julio de 2015

Fumanchú ataca.

He ido muy temprano a la tienda de los chinos del señor Li ¡y estaba cerrada! Algo gordo debe haber pasado porque esta gente es la que más trabaja en el mundo. He quedado tan sorprendida que no sabía qué hacer: si irme o quedarme. Al final he decidido lo segundo y procurar enterarme de lo que ha pasado. Lástima que no sepa dónde vive el señor Li, iría a preguntarle.

He pensado que tal vez la abuela lo sabía. He cogido el móvil pero he recordado que no tiene saldo. Me da mucha pereza gastarme los euros en eso. La vez que lo comenté en casa, me pusieron a parir llamándome avara, rácana, de pertenecer a la cofradía de la virgen del puño, etc. etc. - "¿Para qué lo quieres entonces?" - Para no ser menos que los demás. Todo el mundo tiene un móvil. - ¡Yo no! (gritó la Cotilla) Regalamelo. - No. Así evito la retahíla de preguntas capciosas. - Yo no te haré ninguna. Regálamelo. - Que no. ¿Para qué lo quiere? - Para que me llame todo el mundo e ir hablando con ellos por la calle ¡que farde! - Yo hago lo mismo. - Pero si no tiene saldo. - Eso solo lo sé yo. - "¡No eres más tonta porque no te entrenas!" - ¡Que cruz tienes con ella!

Mientras pensaba que ahora me vendría bien tener saldo pasó el rolls royce de la abuela. Grité para que Geoorge me viera y se parara. Y eso hizo pero antes, alguien me tiró un zapato a la cabeza desde una ventana que vi como se cerraba. - ¡Oiga, se le ha caído un zapato! - ¡Calla ya y déjanos dormir!

- "¿Qué haces en la calle a éstas horas?" - Vengo a comprar una licuadora ¡y está cerrado! - "¿Y?" - Que esto es una tienda de chinos. Algo gordo habrá pasado. - "Estarán viendo el Encierro de los San Fermines?" - ¿Los chinos?... ¿Piensan copiarlo? ¿De dónde sacarán los toros? - "Nena, son demasiadas preguntas para éstas horas de la mañana. Ayer tarde pasé y también estaba cerrado. Veían el Tour de Francia o dormían en el sofá mientras lo daban, comno todo el mundo. - ¡¿También copiarán eso?! - Vamos a casa a desayunar y más tarde ya nos enfrentaremos a Fumanchú y su corte celestial china. Pero lo primero es lo primero: las ensaimadas calentitas nos esperan" - ¡Chist! No grites que nos la copiarán.

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