jueves, 30 de julio de 2015

La abuela y su héroe.

Me llevaron ante un juez. Y me dio un soponcio al verlo. Cuando desperté dije: ¡Quiero hacer una llamada! ¡Necesito hacer una llamada! Y así me tiré un buen rato hasta que alguien dijo - ¡Dádle un jodido teléfono !

Llamé a la abuela - "¿No iban a tenerte incomunicada medio año?" -  ¿A qué no sabes con quién estoy? - "¿Con Jack el Destripador?" - ¡Con el juez Castro! - "¡Mi héroe! ¡Que no se vaya que ahora vengo!" - Señoría (le dije al juez) ahora vendrá mi abuela jejejejejeje ¿No tiene prisa, verdad? jejejejejeje. - ¿De qué se ríe? - Son los nervios jejejejejejeje. - Vamos a lo que importa ¿Por qué quiso matar al municipal Bedulio? - La culpa la tuvo el calor, señoría. Se lo voy a contar con pelos y señales y al final verá que no tuve nada que ver: Erase una vez una pobre chica (o sea, yo) que se compadeció de Blas el parado porque no... - ¿Me está contando un cuento? (el juez estaba atónito) - No señor. Estoy haciendo tiempo hasta que mi abuela llegue. Es que es una fan incondicional suya. - ¿De ella misma? - Nooooo jejejejejeje de usted, juez Castro.

Aunque parezca mentira, Geoooorge aparcó el rolls royce bajo un disco de prohibido, de una calle estrecha. Al ser tan ancho el coche, paró la circulación y se produjo el conocido concierto de pitos. Todo esto junto al Juzgado.La abuela entró como una tromba, gritando: - "¿Dónde está mi nieta, dónde está mi nietaaaaaaaa?" - Cuando dijo mi nombre le indicaron que yo estaba bien. - "Por mi como si traga un sofá. Lo que quiero ver es al juez que está con ella ¡¡¡Pepe, Pepeeeeeeeee!!!"

Al oír a la abuela corté el rollo que le soltaba al juez al que, cada vez veía más enfadado. - Entonces ordenó, mientras aporreaba la mesa con el mazo - ¡Buscad a ese Pepe y que se calle la loca esa! - Perdone, señoría, pero le llama a usted. Es mi abuela.

Para evitar males mayores, no le quedó más remedio que dejarla entrar en la sala donde estábamos. - Ya me ha encontrado ¿Qué quiere de mi, señora? - "A usted, señoría. ¡Fírmeme un autógrafo; deme una foto suya; hagame un hijo...!" - Abuela, para eso ya no tienes edad... ¡Aaaaayyyyyyy! (¡menudo capón me dio) - ¡¡¡Señora. Orden en la sala o la hago detener!!! - "Lo que usted haga estará bien hecho" (solo le faltaba babear) Y si quiere que acuse a mi nieta de envenar a Bedulio, lo haré. Incluso me culparé de la muerte de mi primer marido. Haré lo que sea para tenerle contento, señoría" - Lo que hizo fue echarnos del juzgado con cajas destempladas. Y yo quedé libre.

Después de comer, echadas en los sofás sin poder dormir la siesta, la abuela porque aún le duraban los nervios de haber tenido tan cerca a su héroe. Yo porque sin ciclistas en la pantalla me cuesta coger el sueño. La Cotilla tampoco dormía porque rumiaba su envidia cochina contra la abuela. - ¡Siempre tienes que ser tu quién tenga suerte! Mira el tiempo que llevo idolatrando a Luis Bárcenas y solo lo he visto en la tele. !Yo también quiero un hijo suyo! - Fui a por el chinchón y Pascualita. Después de bebernos más de media botella, llegó el suelo reparador. La sirena fue la primera en caer... en el escote de la Cotilla cuando estornudé. A veces pienso en ella como la sirena vola... dora... zzzzzzzzzzzzzz

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