viernes, 29 de enero de 2016

¡¡¡Croquetas!!!

A media mañana han llamado a la puerta. Era Geooorge que venía cargado como una mula. - Madame decir yo dejaur polos aquí - ¿Polos?... ¿Estas bolsas están llenas de polos? - Yes. Hay más in the rolls royce. - ¿Sabe el abuelito que usas el rolls para transportar polos? - Mister Andresitou no estar. - ¿No ha aparecido? - Mi no ver.

Mientras manteníamos esta conversación llegó Blas el parado con otro cargamento de bolsas. - Dice su abuela que meta todo esto en la nevera. - Será en el congelador - Pues... bueno. Ahora suben más. - ¿Habéis asaltado una fábrica de helados? - No (dijo mirándome sorprendido)

Un chico al que no había visto en mi vida, salió del ascensor con otra carga de bolsas. -¿Pero dónde quiere mi abuela que meta todo ésto? Y sobre todo ¿Para qué quiere tanto polo? - Fue Blas quién habló. - De los polos no sé nada pero estos pollos no pueden estar fuera de la nevera. - ¡¿POLLOS?!

- Dentro de unas semanas se reanudará el juicio del Caso Noos y la Infanta estará en el banquillo ¡unos cuantos días! ¿Te imaginas el negocio que se me presenta? Se lo he comentado a tu abuela y ha comprado todos estos pollos para hacer croquetas. ¡Es una santa!

Me revolví como una fiera, encarándome con Geooorge - ¿Por qué los traes aquí si hay varias  neveras en la Torre del Paseo Marítimo? - Madame decir que aquí. - ¡Pues yo digo que no! - Yo decir a madame que polos en Torre no buenos. Allí solo delicatessen. - ¡La madre que te parió, inglés!

Sonó el teléfono y corrí a cogerlo pero pude oír a Blas, aunque hablaba bajito con el chico que les había ayudado - No es como su abuela. Mírala. Es una egoísta. - La abuela dijo hola y la corté. - ¡Manda a tus esclavos que se lleven los pollos de MI casa! - "De esto quería hablarte. Tienes que hervirlos y mañana los deshuesas. Así tendré el trabajo adelantado. Y tendrás que comprar harina porque, con lo agarrada que tu eres, solo tendrás medio kilito. Y compra también..." - ¡¡¡NADA!!! ¡No pienso comprar nada. Ni hervir nada! - "Vale. Tómate un chinchón mientras vengo"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿Qué hacen esos ahí fuera con tanta bolsa? - ¡Estorbar! - La Cotilla se sentó conmigo en la cocina y bebimos en silencio.

Poco después entró la abuela seguida de sus tres ayudantes. Dejaron las bolsas mientras ella daba órdenes como si yo no estuviera. - "Sacad aquellas ollas grandes. Poned agua, los pollos que quepan y encended el fuego. El resto los vais colocando en la nevera" - No caben, madame. - "Saca lo que hay... Ves, ahora sí que caben... ¿Queréis un chinchón?"

Tanta desfachatez me ponía enferma. - ¡¡¡Pero... pero... pero... No me lo puedo creer!!! - "¿Te das cuenta, Cotilla? No sé a quién sale esta nieta mía ¡Es tan egoísta!" - Todos los presentes dijeron que sí con la cabeza. De repente la cara de la Cotilla cambió porque una idea, que no le gustó, iluminó su mente. - ¿Vas a hacer croquetas? - ¡Un montón! (dijo, entusiasmado, Blas) - ¿Para el juicio de la Infanta? - ¡Exactamente! - Como si le hubiese picado un escorpión, la vecina saltó y se encaró con la abuela - ¡¡¡¿Y yo, qué?!!! - "¡Otra egoísta!"

En la cocina se armó la Marimorena. Todos gritaban, opinaban, empujaban, insultaban... mientras, yo fui a por Pascualita y lanzándola al aire, dejé que fuera el Destino quién eligiera a su víctima.... Y el Destino los eligió a todos porque la sirena, saltaba de uno a otro como una Furia del Infierno. Cuando cerré la puerta de la calle los gritos eran tan aterradores que los vecinos habían salido a la escalera. - ¡¿Qué pasa en tu casa?! - Es la tele. A la Cotilla ya le falla el oído. - Y me marché.



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