lunes, 7 de marzo de 2016

La espada de Damocles pende sobre la cabeza de la Nieta.

Tengo un problema horroroso y no sé como resolverlo. Quien sí lo hará como se entere, será la abuela que me pondrá la cabeza como un bombo llamándome tonta hasta el infinito y más allá... No quiero que se entere Pascualita porque ellas dos se entienden, no sé cómo, y le faltará tiempo para decírselo a su amiga. Tampoco quiero que se entere la Cotilla porque lo publicará a los cuatro vientos... aunque tal vez sea la solución que busco.

De momento no diré nada. Esta mañana ha venido la abuela a desayunar conmigo, aunque el verdadero motivo era conocer a U... y se ha llevado una desilusión al ver que no estaba. - "A éste paso tendré que pedirle audiencia. ¿Cuándo viene por aquí?" - Cuando queda libre del trabajo. - "¿A qué hora?" - Pues... es que no lo sé porque hace turnos. - "¡Se me ocurre una idea. Vamos a su trabajo y me lo presentas!" - Abuela, al trabajo se va a trabajar - "Hablaré con su jefe. Ya sabes que si despliego mis dotes de conquista, no hay hombre que se me resista y cae rendido a mis pies y una vez que lo piso con mis stilettos, tengo esclavo para siempre" - ¡Que fantasma eres, abuela! - "Vamos a ver ¿de qué trabaja?" - Pues... no creo que te guste. Es... es enterrador. - "¡Coooooñe! ¡Lagarto, lagarto! ¿No había otra cosa en el Mercado?"

Cuando la abuela se marchó, su cara denotaba la lucha interna que mantenía entre la ilusión de ser bisabuela y el repelús que le daba la profesión del futuro padre del biznieto.

La Cotilla llegó un poco más tarde. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¿No había otra cosa en el Mercado? - ¡¿Ya se lo ha contado la abuela?! - No la he visto ¿qué me tiene que contar? - Cómo que no la ha visto si acaba de soltar la misma frase que me ha dicho ella. -  No sabía que no le gustaba el bacalao. - ¿Qué bacalao? - El que está en la mesa de la cocina. ¿Por qué no has comprado sardinas? - Estas dos me van a volver loca.

Después de comer volvió la abuela. - "Nena, lo he estado pensando y... el oficio de tu novio es como otro cualquiera... ¿Vamos al cementerio?" - No es mi novio, es un ligue. - "¡Que suspicaz eres! Venga, vamos y si está trabajando da igual porque Andresito conoce al director y hablará con él" - ¡Huy! estas cosas de amiguismos no le gustan nada. Mi U es muy íntegro. - "¡Pues yo tengo que conocerle!" - Si hay más días que longanizas, abuela.

Pascualita, sentada sobre el acuario, me mira fijamente ¿Habrá intuído que no tengo ni idea de quién es U ni de dónde está? Al irse de casa no se me ocurrió preguntarle dónde vive ni su número de móvil. Y como le conocí en un semáforo, cuando al cruzar una calle tropezamos de frente, no sé donde buscar. He vuelto al semáforo varias veces pero ... nada. Y encima esa noche dormimos como troncos después de vaciar, mano a mano, una botella de chinchón...

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