domingo, 22 de mayo de 2016

Cumpleaños.


La abuela ha venido hecha un brazo de mar: - ¿Dónde vas tan peripuesta? - "A El Funeral a celebrar el cumpleaños de Conchi". - ¿Cuántos cumple? - "Ni lo sé, ni te importa" - Calculo que, más o menos, es de tu quinta. - "Mejor calcula lo que tardarás en darme un biznieto que será más provechoso" - ¿Vas sola? - "Preguntas más que Hacienda, jodía. Dame un chinchón para ir entonándome"

De la calle llega el concierto de pitos. - El día que Geoooorge aparque bien os harán una fiesta en el barrio. - "La gente tiene muy poca educación y en seguida pierde la paciencia. - "Mientras esperamos que venga Andresito he mandado al mayordomo a buscar el regalo para Conchi" - ¿Se ha ido a pie? - "¡Claro! Con lo difícil que es aparcar no vamos a perder el sitio." - ¿Ha ido cerca? - "Sí. Al Born"

En vista de que la cosa iba para largo, nos sentamos en la salita, con Pascualita y Pepe, la cabeza. - "Espero que a Conchi le guste el regalo. Se lo hacemos entre todos los amigos: unas muletas como las que lleva el rey Juan Carlos: Con intermitentes y claxón. Una chulada. He pedido que le incorporen también una radio para que pueda escuchar Paquito el Chocolatero las veces que quiera" - ¿Crees que éstos dos han llevado muletas alguna vez, abuela? (dije señalando a la sirena y a la cabeza jivarizada) - "Puede que Pepe sí, si le fueron comiendo el cuerpo en distintas ocasiones. Tal vez tenía buenos muslos e hicieron jamones con ellos y entonces no le debió quedar más remedio que llevarlas, aunque no tan chulas como las de Conchi" - Es una crueldad que le cortaran la lengua porque, de no ser así, ahora sabríamos que fue lo que le pasó y sobre todo quién era cuando estaba entero. - "Por una vez y sin que sirva de precedente, tengo que darte la razón"

- ¿A santo de qué viene lo de las muletas? - "Que la pobre se cayó toda espatarrada mientras bailaba la Lambada con Joao. Un compañero brasileiro muy simpático. A éste le dio un infarto fulminante y cayó redondo y sin puntilla. Conchi, a la que tenía bien agarrada, se fue al suelo con él. No sabes lo que nos reímos" - Pero... si el pobre se murió. - "Ya, pero entonces no lo sabíamos"

El claxón del rolls royce sonó con fuerza y la abuela se puso en pie sobre sus altísimos tacones y salió desfilando por el pasillo como una auténtica top model de casi cien años. Antes de que cerrara la puerta tras ella, le grité: ¡Felicítala de mi parte! - "Sí, hija, si. Tu, por pedir, que no quede."




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