lunes, 16 de mayo de 2016

La siesta.

El calorcito del mediodía, sumado a la retransmisión en la tele del Giro de Italia, forman una combinación perfecta para dormir una siesta en plan lirón careto. ¡Que siestón nos hemos pegado la abuela, la Cotilla y yo! Y así estaremos todo el verano porque después darán el Tour de Francia y la Vuelta a España ¡Gracias, ciclistas!

Una musiquita, repetitiva y pegadiza, me impulsó a asomarme al balcón. Debajo de casa había una furgoneta de colores claros donde un joven, vestido con uniforme blanco, despachaba helados cremoso que, saliendo de un grifo, caían en un cucurucho. En letras grandes, la furgoneta anunciaba un nombre: Mister Wimphy.  Y a su alrededor los niños gritaba: ¡Déme uno, mister Wimphy! . Bajé corriendo a la calle a por un helado. Mostré al heladero mi mejor sonrisa y él a mi, la suya. Pensé que algo así solo podía tratarse de un flechazo ¡Que ilusión! a partir de éste momento comería helados cremosos ¡gratis!

Otro sonido llegó a mis oídos. El de unas enormes tijeras, abriéndose y cerrándose a ritmo mientras un vozarrón gritaba: ¡¡¡Ha llegado el barbero de los perritos!!! - Cuanto hubiese dado por tener un perrito pero la abuela no quería ni oír hablar de ello. - "¿Y quién lo bajará tres veces al día?" - Unas veces tú y otras yo. - "¿Yoooooooooo? Te has quedado sin perro"

Las vecinas se acercaban al hombre con sus perros y "el artista", que manejaba las tijeras con arte y salero, los dejaba que no los reconocía ni la madre que los parió. A todos los transformó en leones. Grandes, pequeños, de raza, mestizos... lucían la melena y una especie de espantamoscas en el rabo, el resto del cuerpo estaba bien rasurado.

La furgoneta de mister Wimphy se fue con la música a otra parte. El heladero me sonrió por última vez antes de girar la esquina pero, antes de irse me cobró el helado y se me quedó cara de tonta.

- ¡Dale una patada, a ver si deja de roncar! (decía la Cotilla) Que cruz tienes con tu nieta. - "Lo sé. Me estoy ganando el cielo. ¿Cómo va a tener novio si ronca como una manada de leones hambrientos ¡¡¡Nenaaaaaaaaaaaaaa!!!"

Las dos amigas llevan un rato riéndose de mi - "¡Que no ha venido nadie vendiendo helados, boba de Coria! jajajajajajaja Estabas durmiendo. Y como dijo en las Cortes Camilo José Cela: No es lo mismo estar dormido que estar durmiendo. Como tampoco lo es, estar jodido que estar jodiendo jajajajajaja"

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