lunes, 6 de junio de 2016

¿Chiquitina bonita?

Estaba durmiendo cuando he sido despertada bruscamente: - "¡Vete para allá que no tengo sitio, jopé!" - Que sensación más mala he tenido. Unos okupas venían a echarme de mi propia cama. ¡No podía consentirlo de ninguna manera! Y luché por lo que era mío pateando a los intrusos mientras gritaba- ¡¡¡Bedulioooooooo, socorrooooooo!!!

Un bofetón de los que hacen época me despertó del todo. Con la cara ardiendo y poniendo un brazo de parapeto contra los golpes, conseguí encender la luz de la mesita de noche y... - ¡¡¡Abuela!!! - "¿A qué viene darme patadas, boba de Coria?" - ¿La torta me la has dado tú? - "Naturalmente ¿qué te has creído?" - Pensé que habían entrado okupas en casa... ¿Qué haces aquí y porque no te acuestas en tu antigua cama? - "¡Porque no me da la gana!" - ¿Y Andresito? - "¡Que le den morcilla!" - Intuyo que os habéis peleado... - "Y no es para menos"

Nos sentamos en la cocina y le dimos un tiento al chinchón. Antes de empezar a hablar, la abuela fue en busca de Pascualita para que aprenda a gestionar un disgusto matrimonial si algún día vuelve a su hábitat. - Esta no creo que tengas esos problemas, abuela. Si un macho se le encabrita, se lo come y ya está. - "Esto es lo que tendríamos que hacer las mujeres con nuestros maridos cuando sacan los pies del tiesto... Que lista es mi chiquitina bonita". - Abuela, bebe con moderación que ya estás desbarrando ¿chiquitina bonita?

- "Anoche estuvimos en El Funeral y me llevé el disgusto del siglo. Andresito me dijo que iría más tarde así que me arreglé y partí a la hora de siempre. Y allí me esperaba una sorpresa encantadora: Todos nuestro amigos sin excepción, desde los que llegan allí por su propio pie, hasta los que caminan con ayuda del tacataca o la silla de ruedas, ¡se habían rapado la cabeza! Y no veas como ligaron. Las chicas estaban como locas. Les tocaron la calva a todos. Y aquello se convirtió en una orgía de besos, abrazos y caricias. Yo estaba deseando que llegara mi calvito. ¡Había triunfado por todo lo alto, incluso en la forma de vestir. Nuestros amigos llevaban gallumbos, piratas, camisetas de colores y dibujos alegres ¡El verano había entrado, como nunca, en El Funeral!"

- "Estábamos celebrándolo cuando llegó tu puñetero abuelito" - ¡Abuela! - "A espaldas mías había encargado a su sastrería de Londres un montón de trajes, camisas, zapatos, ropa interior, americanas, pantalones ¡yo qué sé! Y entró en la cafetería hecho un pincel y dejando a todos chafados. Aquello fue como meter un pulpo en un garage. Y se acabó la fiesta porque todos se encontraron ridículos gracias a la arrogancia del fantasma de mi marido ¡¿Te parece que no hay para enfadarse?! ¡¡¡Incluso para pedir el divorcio exprés!!!"

Pascualita no se había perdido ni una palabra de la abuela. Estaba expectante, con sus enormes y redondos ojos de pez fijos en ella. Cuando entendió que había acabado la explicación, hizo la señal de OK con sus deditos y un salto mortal con triple tirabuzón... 

No me dio tiempo a cogerla en el aire y se estrelló contra el suelo. La pobre tenía tanto sueño que, estoy segura, el OK fue porque iba a volver a su cama de algas. No pensó que estaba lejos del acuario psicodélico. Cuando volvió en sí, la abuela echó un buen chorreón de licor al agua confiando que así dormiría tranquila mientras se le baja el aparatoso chichón que adorna su frente. La miré mientras bajaba lentamente hasta la arena del fondo y pensé: - ¿Chiquitina bonita? ¡¡¡Que fea es la jodía!!!

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