martes, 7 de junio de 2016

El ningundi.

De repente, el timbre de la puerta empezó a sonar con una insistencia inaudita para la hora tan temprana que era. Naturalmente no hice ni amago de levantarme. Aún me quedaban unas horas de estar en la cama, cobijada entre los brazos de Morfeo y no pensaba privarme de ello. Pero con aquel sonido estridente de alarma aérea metida en mi cerebro, me era muy difícil concentrarme en el sueño.

Poco después escuché las voces airadas de los vecinos - ¡Ves a tocar el timbre a tu p... madre! ¡Así te enrampes, desgraciado! ¡Manolo, llama a la policía, por Dios! ¡Ahora bajo y te pongo las peras a cuarto, mal nacido! ¡¡¡Aaaaaaaaagggggggggg María, que me da el infartoooo!!! ¡Que pena, con las ganas que te hacía ver el partido de hoy, Manolo! ¡Dile que pare ya con ese timbreeee! ¡¡¡No puedo... me mueroooo Aaaaaaaaggggggggggggg!!! ¡Como sois los hombres. Eres capaz de morirte con tal de no molestarte en bajar!

El ambiente se iba calentando y como ya me había espabilado, abrí. - ¡¡¡Ya era hora!!! (gritó, enfadada la Cotilla, entrando en tromba hasta el comedor) ¿Todas las noches tenéis este jaleo en la escalera? - ¿Y sus llaves? ¿no me diga que las ha vendido? - ¿No ves que vengo cargada, boba de Coria?

El cargamento de velas, velones y velitas, no auguraba nada bueno. - ¿No pensará montar otro altar? - No me queda más remedio. Y si tu fueras la mitad de lista que Pepe... - ¿Pepe es listo? si no tiene cerebro. - Ni tú.... si fueras la mitad de lista que Pepe, digo, venerarías a mi gurú. Ha creado escuela y son infinitos los personajes importantes, de todas las clases sociales, que lo admiran e intentan imitarlo - ¿Me está hablando de Luis Bárcenas? - ¿De quién, si no?

Mientras, iba montando una parafernalia de velas, flores y tapetitos rodeando la foto de su héroe. - Fíjate si es digno de admirar que sus alumnos más aventajados, los que han sido detenidos, siguen en la calle, viviendo a todo tren y recusando jueces. Y eso que se llevaron millones de euros a Paraísos Fiscales. Luego están los pardillos. Los ningundis, como ese pobre chico que entrará en la cárcel por sacar 78 euros de un cajero, hace la tira de años, con una tarjeta falsa. - Pobrecillo. - Eso le pasa por no seguir las enseñanzas de un Maestro (hizo una reverencia estilo japonés que le dejó los riñones al Jeréz) ¡Siete años de cárcel le han caído! Y sin ir a Panamá ni tener la fortuna escondida. ¡Así no se puede ir por la vida, alma de cántaro!

Remató la faena colocando la foto de Bárcenas sobre un centro de claveles rojos. (¡Otra reverencia profunda!) - ¡Cotilla, se va a desgraciar!

Mientras las sirenas de la policía y la ambulancia ponían un fondo musical a nuestra conversación, aprovechamos para desayunar unos croasanes caducados hace un mes pero que, para mojarlos en cola cao caliente, servían. - Menuda faena le hizo Andresito a tu abuela. No me extraña que esté enfadada. - ¿Ya se ha enterado? - ¿Está durmiendo aquí? - ¿La abuela? No. Se lo pensó mejor y se fue a su casa. - ¡Vaya! quería hacerle una visita a tu abuelito para que supiera que puede contar conmigo para TODO lo que sea. - Pues llega tarde. - Me extraña que tu abuela haya dado su brazo a torcer tan pronto. - Pues yo me temo lo peor porque, al salir de aquí, entrecerró los ojos y dijo, con una siniestra sonrisa: - "La venganza será terrible"


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