viernes, 24 de junio de 2016

¿Ha dimitido?

Cuando la abuela llega a casa lo va dejando todo por en medio: las llaves, la cartera, las gafas de sol, las de leer, el móvil... es un verdadero desastre aunque ella no lo entienda así: - "Estar aquí es como estar en mi casa y no tengo que preocuparme de si pierdo algo o no porque tú lo encontrarás como hace Andresito"

Sin embargo hoy, dos segundos después de dejar el móvil sobre la mesa de la cocina, a vuelto atrás como una bala para recuperarlo y guardarlo en el bolsillo. - ¿Esperas una llamada del hospital? - "¿Qué se me ha perdido a mi en un hospital?" - ¿Tu marido, quizá? - "Ay, es verdad. Ya no recordaba  que está ingresado... ¿Has visto que bien le sienta el vendaje, tipo turbante, que le han puesto? Le pediré a la enfermera que me haga uno pero, en lugar de venda, me pondré una phasmina nepalí, le acoplaré dos plumas de marabú rosa chicle y el broche de Pascualita ¡Daré el cante en El Funeral esta noche!"

- ¿Irás a divertirte mientras tu marido está en el lecho del dolor? - "Qué tendrá que ver la velocidad con el tocino?" - Hay que cuidar las apariencias, abuela ¿Qué dirá tu suegra? - "Nada, porque ella y el cubanito culito-respingón, se vienen conmigo" - ¿Puedo venir yo también? - "No, tu te quedas por si llaman del hospital ¿No querías abuelito? ¡Toma abuelito!"

- "Por cierto ¿ya ha dimitido?" - ¿Quién, Cameron? Sí. - "¿Me estás tomando el pelo?" - Nooo. Ha perdido y ha dimitido. Y a quién Dios se la de, San Pedro se la bendiga. - "No sabes la llorera que tiene Geooorge. Hasta charcos de lágrimas hay en casa. Bebe tanto té que tiene líquido suficiente en el cuerpo como para llorar y mear en abundancia" - ¡Abuela! - "El querría seguir siendo inglés y europeo. Ahora solo es inglés. Y ya le he avisado: como no me tengas contenta te mando para la Gran Bretaña de una patada en el culo" - Pobrecito. - Sí, da pena porque se pasa el día fregando los charquitos. Y dice: Mi no querer trabajaur in Inglaterrau. Allí no sol. No paella. Muchos extrajerou... ¡Y tú qué eres, alma cándida! le grité - Europeo (dijo el jodío) - ¡No, hijo, no! (le solté y volvió a llorar ¡Que cruz tengo con él!... Pero no me refería a Cámeron sino al Ministro del Interior nuestro"

- Ese no. Es de otra pasta. - Pascualita saltó fuera del agua de su acuario psicodélico, con la dentadura de tiburón hacia afuera  y salpicando a placer. - ¡!Quieta, sardina repelente! (le grité) - "¿Así que el Ministro del Interior no ha dimitido?" (la abuela siguió a su rollo) - No. - Otro salto mortal de la sirena y se inundó el comedor - "¿Crees que dimitirá el Ministro del Interior? - Nuevo salto espectacular. - No caerá esa breva... ¡Pascualitaaaaa! - Entonces me di cuenta de que cada vez que se nombraba al Ministro del Interior, la sirena se cabreaba. A partir de este momento, la miré con otros ojos. Hasta ella sabe que se coge antes a un mentiroso que a un cojo. Y a éste lo han pillao con el carrito del helao ¡Que lista es la jodía!




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