sábado, 4 de junio de 2016

Mondo y lirondo.

A las siete y media ya estaban los abuelitos en casa con unas ensaimadas calentitas , dispuestos a desayunar ¿Pero ésta gente cuándo duerme? Cuando, somnolienta, lo comenté frente a  mi taza de cola cao, la abuela, más risueña que nunca, dijo que aún no se habían acostado. - "Hemos estado hasta las tantas en El Funeral celebrando el cambio de look de Andresito" - ¿Le ha gustado a todos? - "No ha habido unanimidad. Ya sabes que, para gustos, colores. Ha habido más aceptación entre las chicas que entre los chicos . Pero eso ha sido al principio porque, al ver que todas querían tocar la cabeza de mi maridito, me temo que empezarán a verse testas mondas y lirondas por la cafetería" - Vaya, abuelito, te convertirás en un referente de la moda.

El pobre no decía nada. Creo que todavía no se ha acostumbrado a llevar las ideas al fresco. - "¡Mírale que guapo está mi galán! Es la cabeza más aristocrática de Palma. El Faro de Alejandría. La bombilla prodigiosa que ilumina mi corazón...Aaaaayyyyyyy, Andresito, gracias a ti tengo en casa un réplica de aquel actor taaaaan atractivo, que tampoco tenía un pelo de tonto, llamado Yul Briner. Déjame que te toque la cabeza otra vez, meloncito mío"

No sé si el pobre podrá resistir tantas efusiones juntas.

Cuando se despedían, el abuelito me ha susurrado: - Nena, asómate a la escalera y mira si hay vecinos. No quiero que me vean con ésta pinta. - Después mandó un mensaje a Geoooorge que los esperaba abajo con el rolls royce: ¡Pon el motor en marcha y abre la puerta!

En la puerta de la calle se encontraron con la Cotilla que entraba en ese momento - ¡¡¡MADRE DEL AMOR HERMOSO!!! ¡¡¡¿QUÉ TE HA PASADO, ANDRESITO?!! - Todas las puertas de la finca se abrieron al unísono y los vecinos, asomados a la barandilla, llenaron el espacio con sus preguntas: - ¿Qué pasa?, ¿Han dicho fuego?, ¿Okupas? ¡Ay, Dios mío!, ¡Que alguien llame a los bomberos!, ¡Mejor a la policía porque aquí hay un maromo al que le han robado el peluquín!...

Andresito no quiso escuchar más. Agachó la cabeza como un toro de lidia y embistió a la Cotilla que tuvo que hacer un quiebro para que no la arrollara. La abuela corría tras él gritando: - "¡Igual que Yul Briner! ¡¡¡Tan machote como él!!!"

Me serví una generosa copa de chinchón e invité a Pascualita. Brindamos por el abuelito - ¡¡¡Que cruz tienes con la abuela, pobrecito!!!

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