jueves, 30 de junio de 2016

Pobre Geooorge.

Han llamado a la puerta y se me ha ocurrido mirar por la mirilla ¡Era un skin head! He dudado un instante si abrir o no... ¿Y si me ataca?... ¿o me roba?... ¿o se queda de okupa en mi casa?... ¿o me viola?... Me solventaría el problema del dichoso biznieto... Entonces una voz conocida traspasó la puerta. - Tu abrir ya, bobau de Coriau. - ¿Inglés? - ¡Chist! tu no decir estou. Ahora yo extranjerou.

Cuando entró me quedé mirándolo ¡Menuda pinta traía! - ¿Mi dar penau? - ¡Que va! Me das risa jajajajajaja ¿Por qué vas a sí? No estamos en Carnaval, Geoooorge. - Ser incognitou, bobau de Coriau. - ¡La madre que te parió! - Yes. My poor mather también ser extranjerau.

El pobre hombre está de capa caída. Menuda faena le ha echo la Gran Bretaña. Por eso se camufla en absurdos personajes. No quiere que lo echen de España. Así que procuré infundirle ánimos. - Pero, tío, te vistas como te vistas, no puedes negar que eres más inglés que el Big Ben: estás blanco como una sardina enharinada, tienes la piel pecosa, los ojos azul claro, el pelo rubio, se te puede imaginar muy bien con una taza de te en la mano o una pinta de cerveza y con esa cresta en la cabeza eres, talmente, un punky de la primera hornada ¡Aunque la mona se vista de seda, mona se queda!

Mucho me temo que no le he levantado el ánimo porque se ha acurrucado en el sofá de la salita y se ha puesto a llorar. A partir de ahora la tapicería también tiene restos de mocos y lágrimas inglesas.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¡Aaaaah! ¿qué hace un inglés aquí? ¡Fuera de Europa, brithis! - ¡¡¡Cotilla, es Geoooorge!!! - No conozco a ningún Geooorge... - El mayordomo de los abuelitos... - Tu abuela siempre tan exótica ella. - ¿Qué tiene de exótico un inglés? - Son especímenes raros. - Está loca de atar. - Y tú eres una insensata dando cobijo en tu casa a un excomunitario... Ahora mismo voy a hablar con Bedulio. Si alguien tiene que ganarse una medalla, que sea él. Luego iremos a medias si hay premio en metálico.

La Cotilla, siempre preocupada por llegar a fin de mes, salió a la carrera rumbo a la puerta de la calle, y no me quedó más remedio que emplear el juego sucio. Le hice la zancadilla en medio del pasillo. Menuda costalada se pegó. Entonces organicé la situación. - Geooorge, prepara té. Cotilla, al sofá de la salita. Yo serviré el chinchón para que la botella no se vacíe tan de prisa.

Los abuelitos, camino de El Funeral, recogieron a su mayordomo que estaba mucho más tranquilo. - No puede... ¡hip...! conducir. Nos hemos fun... ¡hip!...dido una botella de chinchón entre los tres. - No nos cupo ninguna duda de que, por fin, Geooorge había recuperado la confianza en sí mismo - ¡¡¡I am, inglish!!! (gritaba el energúmeno a pleno pulmón) ¡¡¡Good save the Queen!!! - "¡¡¡Que sí, jodío (le decía la abuela) pero como te vuelva a ver borracho en horas de trabajo, te cojo de las orejas y te deporto a tu isla!!!


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