viernes, 10 de junio de 2016

El caracolillo.

¡Tres días han estado encerrados en su habitación los abuelitos! De tarde en tarde llamaban a Geooorge por el móvil pidiendo comida: chocolate, gambas, mejillones, fresas con nata, nata sola... Celebraban la claudicación de Andresito ante los deseos de su mujer. Al mayordomo también le tocó tener que ir varias veces a la farmacia a por más pastillitas azules.

Después de la prolongada "fiesta" al abuelito se le vio más delgado pero muy contento. Además, la abuela no hacía más que repetirle lo erótico que era el caracolillo tatuado en su frente. - "¡Me pone a cien!" (la oyeron repetir muchas veces los vecinos de la Torre del Paseo Marítimo. También escucharon rugidos de tigre y a un gato maullar mimosamente. Acabaron llamando a los bomberos por si había peligro pero éstos, al decidir que no, llamaron a su vez a los periodistas locales que dieron fe de los extraños ruidos y sacaron la noticia en primera página: ¿Almas en pena o sarao erótico-festivo en una Torre del Paseo Marítimo?

Una tarde se vistieron de tiros largos (es un decir) y se plantaron, con el rolls royce, en El Funeral. Estaba todo el mundo expectante después de haber leído la prensa y escuchar los informativos. Sobre todo estaban ansiosos por ver el caracolillo... y el peinado tanguero de Andresito. ¡Fue un éxito total! Las mujeres instaron a maridos, novios y amigos con derecho a roce, a que se tatuaran un caracolillo si no quería pasar una buena temporada a pan y agua sexual.

El tatuador, un hombre serio y formal, recompensó a los abuelitos con un tanto por ciento de las ganancias que obtuvo con la cantidad de trabajo que le mandaron. A punto estuvo el dueño de la cafetería de cambiar el nombre de El Funeral por el de El Caracolillo pero, dada las avanzadas edades de sus clientes, no tuvo que esperar muchos días para volver a tener fiesta de colocación de fotos en la pared de los finados.

La abuela, felíz como una lombríz al haber afianzado su predominio doméstico sobre Andresito, pensó que todo el monte es orégano y vino dispuesta a llevar a Pascualita al tatuador - "Imagína lo guapa que quedará Pascualita con un ricito sobre su frente..." - ¡De pez! Frene de pez.- "¿Eso que tiene que ver?" - ¿Dónde has visto tú un pez con ricito? Saldría en los periódicos ¿quieres que pierda su anonimato? - "Siempre tienes que aguar la fiesta " - Solo le falta un ricito con lo fea que es jajajajaja

La abuela no pudo consentir que dijera eso de su amiga y se puso como un basilisco, gritando y haciendo aspavientos con los brazos. Entonces recibí un chorrito de agua envenenada en pleno ojo. - ¡Aaaaaaahg! ¡Mira lo que has conseguido por gritar! - Y mientras yo saltaba, moqueaba, corrían alrededor de la mesa del comedor, la abuela y la sirena hicieron la señal de OK al mismo tiempo
¡¡¡Dáme chinchón por lo menos, jodía!!!

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