sábado, 30 de julio de 2016

La abuela está esperanzada.

La abuela estaba inquieta y me ha llamado un montón de veces ésta noche para saber "si todo había ido bien entre el caballito de mar y Pascualita" - ¡Yo qué sé! - "¡Pues ves y mira!" - Huy, no. Me da corte. Estarán a lo suyo y me da vergüenza inmiscuirme en sus intimidades. - "¡Entonces he ganado la apuesta!" - ¡Que no! La ganarás si nacen bichos raros. - "Tienes suerte de estar lejos porque sino, te ibas a enterar de lo que vale un peine. ¡Habla bien de mis futuros biznietos"

Me he pasado la noche en vela hasta que he metido el móvil en un cajón del cantarano y he echado la llave. Entonces ha llamado al fijo y lo he dejado descolgado. A las siete de la mañana ha empezado el primer concierto de pitos del día. Poco después los abuelitos entraban en mi humilde casa. Me ha extrañado la presencia de Andresito aunque la abuela me lo ha aclarado en seguida - "A mi maridito le encantan los caballitos de mar y quiere ver el nuestro ¿Tú ya lo has visto?" - No. Deben de estar escondidos. - ¡Vaya metedura de pata la mía! La culpa es de la abuela que no me deja descansar.

A Andresito se le iluminó la cara. - No me habías dicho que tenías una pareja, cariño. - La abuela me teladraba con la mirada y salió al paso diciendo. - ¡No le hagas caso a ésta! es tan impresionable que, desde que sale el Papa todos los días en la televisión, habla en mayestático" - A mi me ha parecido que hablaba bien. - "Porque eres muy bueno y no ves defectos en nadie.

Las luces psicodélicas del acuario cambiaban de color y era difícil ver con claridad. Durante un rato no vi nada. Ni a Pascualita, afortunadamente. Así que di por terminada la "visita" - Debe ser tímido y estará bajo las algas.

Nos sentamos en la cocina a desayunar justo cuando se oyó. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¡Un café con leche, por favor! - Esta mujer no pierde calada. - ¡¿Más velas, Cotilla?! - Venía cargada. - Las encenderé a mi gurú en desagravio por el asesinato, con nocturnidad, ensañamiento y alevosía, perpretado contra los discos duros de su ordenador ¡Solo les faltó comérselos con patatas a los sádicos de semejante fechoría! - Se dirigió a Andresito. - ¿Los conoces? Son de tu cuerda. - No voy por ahí "asesinando" discos duros. - Cosas más raras se han visto (gruñó mientras le quitaba una magdalena al abuelito)

Antes de marcharse se asomaron de nuevo al acuario y ¡entonces lo vi! Reprimí un alarido de terror y tragué saliva reprimiendo las lágrimas. Solo la abuela se dio cuenta de que algo malo ocurría. Me susurró. - "¿Qué pasa, boba de Coria?"- Junto al barco hundido hay un alga tiesa... ¿la ves? (dijo que sí con la cabeza) ¿Y el trocito de cola enrollada en ella, también? - "¡Jesús! (musitó) ¡Se lo ha comido!...(sonrió abiertamente) Quizás después de una noche loca y los biznietos ya se están gestando... ¡Cotilla, saca el chinchón que vamos a brindar!" - Vale, pero deprisita que tengo faena en el altar de los Amigos de lo Ajeno ¡Nena! ¿No has oído a tu abuela? - Sí, señora. Ha dicho: Cotilla... - Vale, vale. Ya me pedirás favores...

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