sábado, 13 de agosto de 2016

Des Güell a Lluc a peu.

- Sonó el teléfono. - ¿Hummm... zzzzzzzzzzzzz? - "¿Nena?... ¿Eres tú quién muge o es La vaca que ríe?... ¡Nenaaaaaaaaaaaaa!" - ¿Hummmm... Qué... quién... ? - "¿Quién más te llama a éstas horas? ¡Espabila que tenemos que hablar! ¿Has visto las estrellas fugaces?... ¡¿Las has visto?!... Andresito, esta nieta mía no es normal. Le habrá picado una mosca tsé tsé porque mira la hora que es y duerme como un tronco. Estoy preocupada... ¡¡¡NENAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!" - ¿Abue... la? Oh, nooooo ¡son las cuatro de la madrugada! - "Por eso te llamo, para que veas las Lágrimas de San Lorenzo?" - ¿Y para qué quiero ver un tío llorando? ¡Lo que quiero es DORMIIIIIIIR

Media hora después fui zarandeada sin ningún miramiento. - "Vamos, no podemos perder ni un minuto ¡Ponte las deportivas, una camiseta y pantalón corto. Hay que entrenar para ésta noche!" - Ahora es ésta noche, abuela. - La noche de mañana, boba de Coria ¡Vamos, que Geooorge nos espera abajo!

Sin saber qué hacía ni a cuento de qué venía tanto trajín, hice lo que me dijo como si fuera un autómata. Me fijé que, al salir de casa, se había colgado del cuello el termo de los chinos y que éste se movía frenéticamente. Pensé que a Pascualita tampoco le había sentado bien el madrugón.

Al llegar al rolls royce, la abuela entró y me cerró la puerta en las narices. No entendía nada. - ¿No voy contigo? - "No. Vienes detrás corriendo" - El coche arrancó y yo me quedé viendo como se alejaba... después inició la marcha atrás mientras la abuela, asomada a la ventanilla, vociferaba: - "¡Corre, jodía, corre que tienes que entrenarte!" - Algunas luces del vecindario se encendieron y se oyeron voces airadas mientras yo iniciaba un trotecillo tras el rolls.

Pensé que a la abuela se le había ido la olla y que lo mejor era seguirle la corriente para que se cansara pronto y yo pudiera irme a dormir. Pero me equivoqué. Geooorge tenía órdenes de recorrer toda Palma conmigo a la zaga hasta que arrastrara la lengua por los suelos. - Por tu padre, inglés ¡¡¡stop, stop, stooooooooop!!! - No me hizo ningún caso ya que quién paga manda y esa no era yo.

Al llegar a un semáforo se paró y aproveché para colarme en el coche. Los ronquidos de la abuela sonaban en estéreo - ¡Abuela! ¿estás dormida? - Chissssst - dijo el inglés (en inglés, claro) - no molestar a madame. - ¡¡¡Encima!!!

A mediodía se despertó la bella durmiente. - "¿Qué tal ha ido el entreno?" - Estoy reventada por tu culpa. - Con una sonrisa de oreja a oreja, me dio un dorsal. - "Te he apuntado a la caminata de ésta noche, Des Güell a Lluc a peu. A la once salen." - Pero son más de cuarenta kilómetros... ¡no quiero ir! - "¿Quiéres la Torre del Paseo Marítimo?... ¿sí? Pues andando, que es gerundio."

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