domingo, 25 de septiembre de 2016

Matas tiene amigos hasta en el Infierno.

Les oí discutir mientras venían por el pasillo hacia la cocina. La voz de la abuela denotaba incredulidad - "¡¿Que qué de qué?! Estás pallá, querido. Pediré hora al neurólogo para que te revise bien la cabeza." - ¡Te digo que es verdad! - "Vaaaaale ¿Quiéres que te de la razón como a los locos? Muy bien: tienes razón...pero que te conste que no dices más que tonterías."

- Veo que os habéis levantado con las espadas en alto. - "¡Que va. La de éste hace días que no sale de su funda." - Andresito, a quién no le gusta airear delante de la gente sus intimidades sexuales, se puso rojo como la grana. - No hables así delante de la nena... - "La nena ya está curada de espanto... O debería, que ya tiene una edad en la que se le puede pasar el arroz cuando menos se lo espere. Anda, prepara cola caos que traemos ensaimadas calentitas" - Obedecí ipso-facto.

Después de chuparme los dedos reiteradamente, bajo la mirada reprobatoria del abuelito a quien no le gusta que se pierdan las buenas costumbres, pregunté por la causa de la discusión. - "A Andresito le ha dado por decir que la Abogacía Autonómica da un paso atrás en la acusación del ex presidente Matas. ¿Te imaginas que tontería? Después de ocho años de ir y venir interrogando testigos, encontrar evidencias, aguantar chaparrones de críticas, etc. etc. ¿cómo puede quedarse el Juez Castro a las puertas de un juicio que no se hará? jajajajajaja ¡Ves cómo está atontao tu abuelito!"

- No se hará. Y no estoy de bromas, sino muy contento. - "Si fuese verdad no sé a qué vendría tu alegría" - A que ya podré gastar, tranquilamente, los billetes de quinientos euros que tuve que retirar de la circulación cuando se destapó la retahíla de casos de corrupción en la que esos billetes corrían como el agua. - "¡¡¡CORRUPTO!!!" - No es eso, no es eso... (acertó a decir el pobre abuelito)

Las aletas nasales de la abuela se abrieron de par en par. Tomó aire repetidas veces, señal inequívoca de que se acercaba una tormenta familiar. Así que cogí a Pepe, por si ella pensaba usarlo como proyectil contra la cabeza de su marido y nos fuimos a ver a Pascualita. Estaba sentada en el borde del acuario, moviendo irritada la cola. Y no era para menos. Eran las nueve de la mañana y la pobre no había desayunado aún, pero, claro, con el abuelito en casa no era plan que su pusiera a dar saltos dentro de su taza de cola cao.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! (tuve el tiempo justo para lanzar a Pascualita a través del comedor hacia el balcón que, en esos momentos estaba ¡cerrado!. Se escuchó un violento ¡PLAF! contra el cristal y la pobre sirena se escurrió hasta el suelo quedando escondida entre los bajos de las cortinas. - ¡Huelo a ensaimadas! Pónme un café con leche. - HUBO ensaimadas, Cotilla. Nos hemos comido hasta las migas jejejejejejeje. - ¡Egoístas!

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