domingo, 25 de diciembre de 2016

Días de empachos.

Los abuelitos han querido celebrar Nochebuena y Navidad en mi casa. Han subido seguidos de Geooorge al que no han querido dejar solos en éstas fiestas porque se encuentra, cada vez más decaído pensando que, dentro de poco, será un cuidadano de segunda categoría en cuanto su País salga del euro.

- ¿Y tenemos que aguantarle sus neuras? ¡Por mi como si se la pica un pollo! - Tienes que ser comprensiva con él, nena (dijo el abuelito) - ¡Pero si se hincharon a robarnos los tesoros que traíamos del Nuevo Mundo, después de habérselo quitado nosotros a sus dueños! Esas cosas no se olvidan. - Sobre todo los dueños de aquello. - "Dejad ya de hablar de política o no cenaréis"

La abuela se puso de tiros largos para sentarse a la mesa. Iba adornada con un montón de bolas de colores repartidas por todo el mini vestido verde. En la cabeza, un gorro de Papa Noel, en cuyo frontal tenía un letrero que se encendía y apagaba al ritmo de la respiración de quién lo llevara, felicitando las Pascuas en distintos idiomas. - ¿Vas a salir con "eso" a la calle? - "¡Claro! Represento el Espíritu de la Navidad. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Qué hay de comer? - "Puré de verduras, alcachofas al horno y de postre una naranja" - ¿El día de Navidad? - "Debería llamarse el Día del Empacho" - Dejáros de cuentos: Repito ¿qué hay para comer? - "Pavo, percebes y cochinillo. Turrones, champan. Frutas glaseadas. Langostinos, ostras, chuletón de buey..." - Jajajajajajaja (la Cotilla aplaudía emocionada) ¡¡¡Lo sabía. Todo un banquete, sí señor!!! - Fue la primera que se sentó, poniéndose una servilleta al cuello y preguntando, ansiosa. - ¿Y para picar?

Cuando vio que no la habíamos engañado al darle el primer menú, se encabritó: - ¡¡¡QUE ES NAVIDAD!!! ¡QUIERO MANJARES! - "Esto es lo que hay y como se te ocurra pedir chocolate con ensaimadas dentro de media hora, saldrás volando por la ventana" - La Cotilla, furiosa, se levantó de un salto, cogió su bolso encaminándose a la puerta. -"¿Dónde vas?" - Donde no me maten de hambre: ¡Al comedor social!

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