domingo, 22 de enero de 2017

Que bien nos llevamos.

Me pican las piernas ¡porque me están saliendo escamas! Que hartón de agua tenemos éstos días. Y como si no lo supiera, (basta mirar por la ventana) la abuela me llama para decirme ¡que llueve! - Que sí, mujer, ya lo veo. - "Lo hago porque es la noticia de la semana y tú muy despistada, cuando mañana las vecinas te hablen del temporal de lluvia que tenemos encima, tengas base para entrar en el cotilleo"

- Me pican las piernas. Creo que me estoy convirtiendo en sirena, abuela. - "¡¿TU?! jajajajajajaja que graciosa eres cuando quieres. Para serlo se necesita gracia, belleza, misterio..." - Tener pelo-alga, ser más fea que Picio, tener muy mala leche y dientes de tiburón. A Dios gracias, no tengo estos "dones" que tanto te gustan en la medio sardina que tenemos en casa. - "¡Envidiosa! Por cierto, el señor Li ha organizado una actuación del Dragón chino por las calles del barrio con todos sus paisanos" - Lo sé. Me he enfadado mucho con ellos porque no me dejaban pasar. Me han rodeado, bailando y cuando me he querido dar cuenta, me habían metido debajo del Dragón. - "¿Te ha gustado, sosaina?" - No sé qué decirte... Bueno, sí, que en lugar de llamarse Dragón deberían llamarle Pulpo. Menudo sobe me han dado allí abajo. - ¿Quiéres decir que tendré un biznieto chino? - ¡Abuela!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! Traigo gorros color de rosa, a diez euros cada uno ¿cuántos queréis? - A mi no me mire. - ¡Insolidaria! Es el símbolo de los millones de mujeres que se han manifestado contra el machismo de Donald (jajajajaja) Pelucón. - Pero eso fue ayer... - ¿Y qué? Puedes ponértelo cada vez que te cabrees con él. - ¿Le han faltado clientes? - Mejor di que han sobrado gorros. Es una venta benéfica. - ¿Para qué organización?. - Para la mía. Las ganancias de todo lo que venda son para mi - ¿Para llegar a fin de mes? - Para ayudar a pagar a los abogados de Luis Bárcenas, pobrecito. Por cierto, voy a montarle un altar para que se repare la injusticia que se está haciendo con él. - ¡¡¡NI HABLAR DEL PELUQUIN!!!

La abuela no  le quitaba ojo a la Cotilla. - "Tienes la cabeza como una plaza de toros. ¿Te has probado un gorro de estos? jejejejejejeje - Es ésta dichosa casa... Aquí pasan cosas muy raras. - ¿Entonces no vendrá más? Ya sabe como es de guasona el ánima de mi primer abuelito. - Tu también vas bien servida, boba de Coria, porque te hinchó el dedo de urgarse la nariz ¡con lo que a ti te gusta!

Después de tirarme esta puya y beberse unas copas de MI chinchón, se fue a la salita a montar del dichoso altar a pesar de mi dura oposición.

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