domingo, 12 de febrero de 2017

Un buen Rioja.

Ya que no tengo platos, no tengo que lavarlos.  Les he quitado el polvo a unos cuantos que tenía en casa y van estupendamente. Plato que se ensucia ¡a la basura con él!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿Qué comeremos hoy? - Yo sopa calentita y tortilla de patatas. Usted no lo sé. - ¡Lo mismo! ¿Ya está todo hecho? - No la invito y encima viene con exigencias... - Si sabes que me quedaré... Mientras preparas la mesa voy a encender unas velas a los pobres de la Gurtel. Parece que no les sonríe la suerte en el Juicio. - ¡Me alegro mucho! - Que inhumana eres. No me extraña que no te salgan novios.

Mientras estaba yo trasteando en la cocina y pensaba en la Cotilla, me iba irritando hasta acabar con ganas de retorcerle el pescuezo. Dejé el brik de caldo en la mesa y avancé, a paso de carga, hacia la salita dispuesta a ponerle las peras a cuartos a esa caradura. Pensaba encontrarla llorosa y trémula, rezando por su gurú pero, no. Estaba repantingada en el sofá, mando a distancia en una mano y en la otra una copa de chinchón, pasando de un canal de cotilleo a otro. Cuando me vió, preguntó. - ¡Ya está todo preparado! Hale, pues vamos a comer.

- Si quiere comer ¡pónga la mesa por lo menos! - Que agonía eres, boba de Coria. Apañada está tu abuela si piensa tener el biznieto. Si nace, será de probeta porque no hay tío que te aguante. - Acabó poniendo la mesa pero no dejó de refunfuñar. - ¿Estos platos? Son de papel. ¿Quiéres meter sopa ahí? ¡Se romperán! Y no pienso recoger el caldo del suelo. ¿Sabe tu abuela que usas vasos de plástico para tomar un buen vino? Si tu primer abuelito levantara la cabeza ¡No lo quiera Dios! pero si pasara... se volvería a morir del disgusto. No te pareces a él. Era un sibarita y un gran catador de vino ¡En la vida hubiese usado vasos de plástico!

- Pues no beba. Además ¿dónde está el buen vino? No lo veo por ningún sitio. - En mi bolsa. He encontrado una botella de Rioja en un contenedor de barrio rico pero ¿para qué voy a sacarlo si no tienes paladar? ¡No está hecha la miel para la boca del asno!

- ¿Me está llamando borrica? - No pongas en mi boca palabras que no he dicho... aunque te vienen como anillo al dedo. - ¡Cotilla! ¿A qué se queda sin tortilla de patatas? - Para congraciarse conmigo sacó el Rioja. La botella estaba abierta y faltaba un poco. - ¡Está empezada! Debe estar mala. - Me arrebató la botella y bebió a morro. La cara se le contrajo y una rociada de vino tinto cayó en el acuario - ¡Puag!... Buen vinagre, vive Dios (exclamó) - Casi al momento, unos chorritos de agua envenenada mojaron su cabeza. Blanca como la cal, preguntó - ¿Qué ha sido... ésto...? - El alma sibarita de mi primer abuelito, ultrajada por ofrecerme el vino picado, ha reaccionado con violencia hacia usted. - ¡¡¡¿QUÉ ME DICES?!!! - Se hincó de rodillas mirando al techo (debe pensar que el alma anda por ahí arriba) - ¡¡¡PERDON. PERDON. PERDOOOON!!! - Y se fue corriendo.


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