jueves, 23 de marzo de 2017

Generaciones que no nacerán.

Todos los días estamos celebrando cosas, algunas absurdas, otras imprescindibles para remover conciencias, otras incitando a la compra: día del Padre, de la Madre, de los Enamorados... Y picas o no, según te levantes ese día o según veas la cartera: medio llena o medio vacía... Luego están las celebraciones que NUNCA deberían hacerse. Los que se regodean en el dolor, el horror, el miedo, la rabia, el fanatismo, la sangre... Les gusta LA SANGRE.

No son vampiros. Están enfermos de fanatismo. Y matan y se matan o los matan ¿qué más les da? No lo puedo entender, con lo bonita que es la Vida. Esta gente celebra los aniversarios sangrientos derramando más sangre. Son insaciables, insanos, dementes, crédulos de mentes enfermas de odio a los otros... Que pena de vidas perdidas, de generaciones que no nacerán... Eso es lo que consigue el fanatismo: el olvido. Ni siquiera su Paraíso los acogerá.

Estoy decaída. Vivimos rodeados de violencia ocasionada por cosas tan absurdas como un partido de fútbol de críos. O porque mi dios no es el tuyo ¿Y qué? ¿Alguien sabe si existe? ¿Si es mujer u hombre? ¿Una idea? ¿Un concepto? ¿Un absurdo? ¿Un cuento chino?... ¡Cretinos!

Pascualita sabe que algo va mal. Me mira fijamente con sus ojos saltones de pez y no intenta dar saltos mortales dentro de la taza del cola cao. - ¿Tienes dios, Pascualita?... ¿Has visto a Neptuno alguna vez, mientras nadabas por los mares del mundo?... ¿No me dices OK? ... ¡Ya!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ... ¿Otra vez el fanatismo?... - Es el cuento de nunca acabar, Cotilla. - ¿Tomamos un chinchón? - Claro. La vida sigue a pesar de ellos.

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