martes, 4 de abril de 2017

Garrafas de agua.

Estoy harta de tener que ir cada semana a la playa a por agua de mar para el acuario de Pascualita. Le he dicho a la abuela que nos turnemos en el trabajo. Ella tiene coche y no le costaría nada, además las llenaría y acarrearía Geoooorge, en cambio yo voy con el carrito de la compra y a la vuelta, que encima la calle es cuesta arriba, me pesa y me canso. - "¡Que juventud tenemos en el País! ¿Por llevar dos garrafas de seis litros, te cansas? Así no vas a encontrar novio ¿No ves que tienes sangre de horchata?" - ¿Por qué no quieres ayudarme? - "Porque tengo un estatus, boba de Coria. ¿Dónde se ha a visto que una señora rica trajine garrafas de agua? ¿En qué mundo vives? Y encima quieres que utilice una joya como es el rolls royce para ese menester? ¡si quieres, de paso, lo lleno de pescado para la sirena! y que se llene de peste el coche. Tienes ideas de bombero" - ¡Y tú un morro que te lo pisas! - "¡Un respeto, niña, que soy tu abuela!"

La negativa de la abuela hace que me esté obsesionando con el tema del agua de mar. Me da la impresión de que faltan garrafas... No me he atrevido a comentarlo con Doña Millonetis para que no me llame absurda, pero... - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa!  ¿Y esa cara de vinagre? - He hecho un recuento de las garrafas de agua que tengo en la despensa y creo que faltan algunas. - ¡Estás paranóica! - Cotilla, no empecemos. - Te recomiendo que te busques un entretenimiento para que no te comas el coco con tonterías jejejejejeje ¿Desde cuando tienen patas las garrafas? jajajajajajaja - Ya hago cosas, por ejemplo, aguantarla a usted ¿le parece poco?... ¡Oiga! ¿no se las habrá llevado, verdad? - ¿Para qué quiero yo un agua tan asquerosa? cualquiera diría que es de mar. - ¡¿La ha probado?! - Fue sin querer...

- ¡Lo sabía! ¿qué ha hecho con las garrafas? - Buscar una ayudita para poder llegar a fin de mes... Y eso que, con la subida de la pensión, estoy ahorrando. - ¡¿Qué me dice?! Esto es como el milagro de los panes y los peces. - Guardo, con mucho sacrificio, el euro que me han subido y a final de año iré al mejor restaurante de Palma a gastarme los 12 euros ahorrados, en una mariscada. - La echarán con cajas destempladas. - Pero habré cenado exquisiteces.

- ¿Entonces reconoce que trafica con MIS garrafas de agua? - Cuando la probé comprendí que no era para beber sino una medicina contra el reúma, microbios intestinales, falta de energía, caída de pelo, inapetencia sexual, elixir para dar friegas... La panacea a casi todos los males, habidos y por haber. - ¿En serio, Cotilla? (dije con la boca tan abierta que una mosca entró a fisgar en ella) - ¿De dónde sacas ésta maravilla? - ¡Eso no le importa! Y me debe las garrafas que se ha llevado sin mi permiso,  más una comisión del 3 % como hacen los políticos que se forran por la patilla. - ¡No tienes corazón! Quieres timar a una pobre jubilada ¡Te denunciaré! - ¿Antes o después de tomarnos un chinchón? - Después (dijo, mientras alargaba el brazo para coger la copa)

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