miércoles, 5 de abril de 2017

La denuncia.

La Cotilla tiene una ética particular y es que cuando dice una cosa, la cumple, sobre todo si es para molestar a los demás. Y como dijo que me denunciaría, en cuanto despertó de la siesta que se pegó en el sofá de la salita arrullada por los sopores del chinchón y la vista de los ciclistas en la televisión, corrió a denunciarme por querer aprovecharme de ella pidiéndole un 3% comisión.

Bedulio estaba de guardia y en cuanto la vio entrar se temió lo peor. - Vengo a denunciar un intento de soborno. Como ciudadana honrada, me ha faltado tiempo para venir a contártelo ¡Ni que yo fuera Jordi Pujol y compañía! - ¿Cuál es la cantidad que le han ofrecido? - ¡El 3%! - ¿De qué? - ¡De euros! - Vale, pero ¿qué cantidad? repito. -  ¡Yo que sé! ¿No te estoy diciendo que me piden el 3%?  Pues calcula. - ¿Usted tiene que cobrarlo? - ¡¿Estás tonto?! ¿Cómo voy a venir a denunciar que me van a pagar? ¡Quiere que le pague yo! una pobre jubilada que no llega a fin de mes.

- ¿Por qué tiene que pagar eso? - Por un negocio que he montado de agua milagrosa. Resulta que la dueña del agua quiere que le pague una comisión. - ¿El negocio es legal? ¿Tiene todos los permisos en regla? ¿Sanidad ha dado el visto bueno? - ¡Pero, bueno! ¿No te he dicho que soy una pobre jubilada que...? - ¡¡¡QUE SI!!! ¿Quién es la dueña del agua? - ¿Quién va a ser? - ¿No pensará que me sé la vida y milagros de los miles de personas que vivímos en Palma?

Así se pasaron media tarde y cuando Bedulio ya estaba desquiciado de jugar a las adivinanzas con esta mujer que, además de jugar a los acertijo, no paraba de saludar y preguntar por la familia, a los ladronzuelos que los municipales traían detenidos. - ¡O me dice de una vez, lo que le he preguntado, o irá a hacerles compañía en el calabozo! - ¡Eres tan mastuerzo para adivinar una cosa tan sencilla que hasta se me ha olvidado la pregunta! - Bedulio cogió una hoja de papel y la apretó como si fuera el cuello de la Cotilla. - Vale, te daré una pista porque va a ser la hora de irme a trapichear y todavía estarás empantanado: Tienen un rolls royce con aparcamiento particular en la parada del bus. - ¡¡¡LA ABUELA!!! - ¡NO!  ¿Cómo se puede ser tan torpe? - Por aquí no conozco a nadie más con rolls ¡Ponga la denuncia de una vez o lárguese con viento fresco! - ¡Su nieta, bobo de Coria! Te lo he dicho al principio pero como no estas en lo deberías, no te has enterado.

El rostro de Bedulio perdió el color. - ¿No puede denunciar a otra? - Puedo denunciarte a ti por pedirme que me chive de personas inocentes ¿a cuánto pagan las denuncias? - ¡¡¡FUERA DE AQUI!!!

Al comprar el periódico del día siguiente me enteré de que un Municipal que estaba de guardia había pedido que lo encerraran en una celda aislada. Tuve la corazonada de que podía ser Bedulio y para confirmarlo y hacerle compañía, acudí a verle. Al final accedieron a que lo viera a través de un ventanuco de la puerta. Al reconocerme reculó hasta la pared. Con mi mejor sonrisa pregunté por su salud. Con vocecilla de ultratumba dijo que... algo fastidiada. - Mi primer abuelito y yo venimos a darte fuerza moral- El grito de terror retumbó por todo el cuartel y hasta las ratas salieron corriendo con el rabo entre las patas y los pelos de punta. ¡Que manía le tiene al abuelito!










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