martes, 23 de mayo de 2017

Anda que...

Como dos ángeles custodios, la abuela y la Cotilla estaban una a cada lado de mi cama cuando he abierto los ojos ésta mañana. ¡Menudo susto me he llevado! - ¡¿Qué pasa?! ¡¿Qué he hecho?! ¡¿Me he muerto?! ¡¿Sois las guardianas del Infierno?!... - "¡Calla ya, zoquete!" - Huuuuy, a tu nieta se le está pasando el arroz. ¿A qué vendrá tanta pregunta? Esto es que no tiene la conciencia tranquila. - "Cómo va a tenerla tranquila si, a su edad aún sigue sin darme un biznieto. La conciencia no la deja en paz." - Va a ser eso...

Me levanté de un salto y corrí a encerrarme en el cuarto de baño. Las dos fantasmas aporreaban la puerta. - ¡Abre, puñetera! - "No escaparás de nosotras" - Y yo gritaba : - ¡¡¡Vade retro, Satanás!!! - "¡Calla, coñe, que levantarás a toda la finca! Solo queremos saber dónde estuviste ayer.

Poco a poco, la luz fue entrando en mi obstruído cerebro y pensé que, tal vez, sí que eran la abuela y la Cotilla. Tímidamente pregunté. - ¿Quienes... sois? - "Ay, Cotilla, que mi nieta está sufriendo una crisis de Cretinez Aguda" -  ¿Es posible ser aún más tonta?... Creía que había llegado al límite. - "Y yo pero parece que el límite es infinito" - ¡Que cruz tienes con ella!

Media hora después salí. - "Vamos a la cocina, jodía, que estamos sin desayunar" - He traído croasancitos del contenedor del Súper. - ¿Son frescos? (pregunté) - Claro, han pasado la noche al raso.

- "Explícanos que te pasó ayer" - Salí a dar un paseo, abuela. - "Llegarías hasta la otra punta de la isla." - Me enredé un poco mirando escaparates. - "¿Escaparates? ¿Y los tíos que pasaban a tu lado, te fijaste en ellos?" - Ay, abuela, que yo no tomo viagra... como otros. -

La abuela saltó como un tigre de Bengala. - "¡Lo que usa Andresito son caramelos para la tos, boba de Coria!" - Vaaaaale... jijijijijiji - Tampoco la Cotilla pudo contener la risa tonta. - Lo que hay que oír jijijijijijijijiji

- Como hacía mucho calor entré en una iglesia, me senté en uno de los bancos y me dormí. Me despertó el cura con su sermón. Había empezado la misa y no me había enterado... - ¡Vaya tela contigo! ¿Habían "limpiado" los cepillos? - ¡Yo que sé! A mi lado, había una parejita extranjera. - "¿El te hechó los tejos?" - ¡Abuela, que estábamos en misa! - "Que tendrá que ver la velocidad con el tocino" - Llegó la hora de comulgar y la pareja se puso a la cola. El comulgó primero y se apartó para dejar paso y antes de que pudiera arrancar, el cura le cogió por un brazo gritando: - ¡Dáme la hostia que tú no eres católico! - ¡Ostras! - El chico se sacó la hostia de la boca y se la entregó. - ¡Que fuerte! - "¿Tú que hiciste?" - Salir a la calle a reír.

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