sábado, 3 de junio de 2017

El abuelito tiene hambre atrasada.

He convencido a la abuela de que su primer marido no viene en plan revancha. - Le ha cambiado la vida a Pepe. - "¿La vida?" - Ha pasado de ser una cabeza silenciosa y aburrida a dicharachera y parlanchina. - "¿Estás hablando de "nuestro" Pepe?" - Es difícil de creer, por eso tienes que verlo... ¡Y trae caracoles! - "¿Para Pepe?" - Para el abuelito. Dice que los haces muy buenos.

De repente la escuché sorbiéndose los mocos. - "Me ha emocionado saber que recuerda mis guisos..." - Sí, es un detalle, teniendo en cuenta lo que le hicisteis. - "Calla, no remuevas el fango."

Por la tarde se presentó en casa con un taper lleno de caracoles y con una actitud humilde que contrastaba con su carácter fuerte y autoritario. Eso sí, llevaba su clásica minifalda, sandalias con un taconazo de aúpa, blusita corta y ceñida y una enorme pamela. - ¿Y eso? (le pregunté, señalándola) - "Hace chic. ¿No recuerdas a la infanta Elena en la boda del Príncipe?" - Eso fue un bodorrio y pegaba pero para traer caracoles...  - "Hablas por boca de asno, como siempre"

 La cabeza jivarizada estaba sobre la mesa del comedor y constantemente recibía chorritos de agua envenenada de Pascualita, que se moría de celos viendo a su ¿amigo? hablar por los codos. Cuando la abuela se acercó, el abuelito cogió el taper y se puso a comer como un descosido. Se notaba que el hombre quería recuperar el tiempo perdido.

La comida pasaba a través de su cuerpo transparente y acabado el recorrido, caía al suelo. Fue un espectáculo lamentable de cuernos revueltos pasando por un saco sin fondo. Y después me tocó recoger y fregar. Finalmente, a través de la boca cosida de Pepe, se escuchó un eructo atronador. La abuela rió satisfecha. - "Como en los viejos tiempos. ¡Buen provecho!" - La sirena, que se daba cuenta que no era el centro de atención, como estaba acostumbrada, intentaba con todas sus fuerzas, eructar, pero no lo consiguió y se zambulló, frustrada, hasta el fondo del acuario.

El primer abuelito dijo: - Y mañana, esa gamba gorda al ajillo. - Después desapareció.

- ¡No, abuela. Ni hablar! Pascualita no se guisa. - "Ya hablaremos..." - ¡No hay nada que hablar! - "Se vengará de mi" - ¡He dicho que no! - "Me atacará..." - ¡Que no! - "¡Boba de Coria, tengamos la fiesta en paz!" - ¿Al abuelito le gustaba el Pato Donald? - "¡Claro, pero...!" -  Mándalo con Donald Trump y que le suelte peroratas a favor del cambio climático. - "¿No será demasiado castigo para el Pelucón?" - Ajo y agua, abuela.

  

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