sábado, 17 de junio de 2017

Sirenas.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿No habéis oído nada? - La Cotilla entró en la cocina a paso de carga. - ¿Nada de qué o sobre qué? - Sobre sirenas. - A la abuela y a mi se nos cortó el aliento ¿La Cotilla había descubierto a Pascualita? pues ya podíamos despedirnos de ella porque pronto tendríamos a la prensa, a los científicos, a los animalistas, a los antianimalistas, a los Verdes ¡al Susum cordam! en casa. Nuestro secreto había saltado por los aires y la Cotilla, siendo lo pesetera que es, habrá vendido la noticia de la existencia de una autentica sirena la mejor postor y a precio de oro.

Tragué con esfuerzo el trozo de magdalena migado en el cola cao que quedó paralizada en mi boca cuando escuché a la vecina, después puse cara de no sé de qué me habla y pregunté: - ¿Qué... qué pasa con la sirena? - Que he oído sonar muchas ¡y todas cerca de la Torre del Paseo Marítimo!

Andresito saltó: - Habrá habido un choque en cadena ¡Si es que no sé por qué les dan a los jovenes el carnet de conducir! tiene la cabeza a pájaros y van como locos por la vida ¡Hay que quitarles todos los puntos a ver si así aprenden a conducir y comportarse educadamente en la carretera! - "No te sulfures, cariño y recuerda que el último choque que tuvimos fue culpa tuya... y el anterior también y... ¿sigo?" - No es lo mismo. Yo tenía preocupaciones políticas... - "Pon la radio, nena"

En una preciosa casa del Paseo Marítimo ha ocurrido una gran desgracia. Estaba llena de extranjeros que recurrieron al alquiler vacacional. Dicen que pagaban un buen puñado de euros por semana, por lo que no podemos entender que la casa esté llena de comida caducada siendo esas personas de alto poder adquisitivo (decía el locutor)

Al parecer las víctimas han sufrido un envenenamiento masivo porque se han encontrado varias latas en muy mal estado. Los turistas han sido trasladados al Hospital de referencia. Se teme por sus vidas.

- "¿En qué casa puede haber sido, Andresito?" - Vete tu a saber, porque a los ricos no nos gusta airear nuestros negocios. - Corrí a poner la televisión. En la pantalla salía, en un primer plano, la casa de los abuelitos. - ¡¡¡ES LA TORRE DEL PASEO MARITIMO!!!

Nos arremolinamos junto a la tele y después volvimos la vista a la Cotilla. - "¿De qué has llenado la despensa?" - De productos del contenedor del súper. - ¡Muy caducados, supongo! - Nada, de dos o tres días solamente... - Sonó el teléfono. Andresito lo cogió e, inmediatamente, se cuadró. Escuchó muy atentamene y acabó con un: - Muchas gracias, su eminencia reverendísima. Beso su mano - He hizo tres profundas reverencias. Fue al intentar alzarse de la tercera cuando su espalda hizo ¡clac!

La abuela le ha puesto una cataplasma que ha hecho la Cotilla con un compedio de hierbas. Y ha pesar del dolor, el hombre estaba contento. - El obispo está orgulloso de mi y me da las gracias por haber solucionado el problema de los inquilinos a los que veían a través del catalejo. Solo me ha pedido que, la próxima vez, no sea tan drástico porque acaba de darle la extremaunción a uno de ellos.

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