miércoles, 26 de julio de 2017

Mala memoria.

Dos días llevan la abuela y la Cotilla atrapadas en la calle Sindicato y la cosa no tiene visos de arreglarse porque ha llovido y las nuevas remesas de turistas llegados a la isla, han vuelto a llenar las calles haciendo el tapón más grande y compacto. No hay una calle del centro de Palma que no esté colapsada.

Los vecinos han acabado por acostumbrarse y procuran tener bien abastecidos frigoríficos y despensas para que los atrapados no desfallezcan de hambre o sed. Siempre hay alguno asomado a los balcones y en cuanto alguien pide agua se monta un guirigay de aúpa. - ¡Botellín a dos euros! - ¡Yo lo tengo a 1,95! - ¡Te lo dejo por 1,90!...- ¡Bocadillos de chorizo a 5 euros! - Y así están todo el día mirando de sacar provecho de una situación que nos desborda.

La abuela me llamó. - "¡Dile a Andresito que alquile un helicóptero para que nos rescate!" - ¡En esas calles no cabe! - "!Tú díselo, boba de Coria!"

El abuelito dijo que no podía hacer nada. - Pruébalo por lo menos... ¿no? - No. - ¿Por qué? ¿Ya no quieres a la abuela? - No es eso, mujer. Es que van a tomar declaración a Rajoy, en directo y por la tele y no quiero perdérmelo. - Buena se va a poner la abuela cuando sepa que la abandonas por el Pinocho mayor del Reino. - Lo entenderá... - ¿De verdad lo crees?

La abuela llamó varias veces. - "¡No veo el helicóptero!" - Los habrán alquilado todos... - "¡Quiero salir de aquíiiiiiiiii!" - "¿Dónde está Andresito?" - "¡Me he quedado sin dineroooo! Menos mal que estos vecinos son previsores y aceptan tarjetas de crédito ¡¡¡LLAMA A ANDRESITOOOOOO!!!"

Yo estaba en un sinvivir. - Abuelito... ¿falta mucho para que acabe la comedia? - Unos cuantos "no me acuerdo" y "no procede" más y ya está. - Me senté con Pascualita en el regazo, delante de la tele. Cuando todo acabó yo estaba boquiabierta. Lo que había escuchado era preocupante. Un caso de pérdida de memoria selectiva. ¡Y yo tenía solución para eso! De modo que mandé un email al Palacio de la Moncloa con la receta, antiquísima, para estos casos: ¡Rabitos de pasas! Que los tome cada día hasta que recupere la memoria. Es mano de santo.




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