sábado, 16 de septiembre de 2017

Idolos caídos.

Llamé a la abuela. - ¿Yesssss? - Geoooorge, pónme con mi abuela, plis: - Madame no estar here. - Pues con el abuelito. - Mister no estar here. - Sí que está, inglés de las narices, porque le oigo toser ¡Pásamelo! - You no simpáticau.

-  ¿Dónde está tu mujer? - Hola, nena. Pues creo que ha emigrado a Pernambuco junto con el resto del trío Lalalá. - ¿También las han contratado allí? - No. Se trata de un exílio temporal y autoimpuesto. - De qué va ésto, abuelito? - De que han huído, literalmente. - ¿No han podido soportar el peso de la fama? - Estas soportan lo que les echen menos las críticas. - ¿Han tenido críticas negativas? - ¡Ya lo creo! Sobre todo a causa de la lluvia que provocaron cantando. Ya le dije a tu abuela que no hicieran un repertorio tan largo porque acabarían con las voces rotas... que ya de por sí (y esto te lo digo porque no está tu abuela a la vista) tienen muy cascadas. - ¡Huy si te oyeeeee! - Ni se lo comentes.

Así fue como me enteré de que, lo que en principio fue un éxito, se volvió fracaso cuando el diluvio convirtió las calles en torrentes desbordados. - ¿Te das cuenta, Pascualita, de lo veleta que es la gente? Las pobres pasaron en un momento, de ídolos orgullosos a ídolos caídos. No somos nadie... y dicen que las van a demandar...

Sonó el teléfono. Era la abuela. - ¿Dónde estás? - "No te lo puedo decir por si han pinchado el teléfono" - ¿Quién lo va a pinchar? (no salía de mi asombro) - "Bedulio mismo. Se le anegó la casa de agua y nos da la culpa a nosotras. Ni que hubiésemos bailado la Danza de la Lluvia" - Creo que tendréis que practicar para dominar este poder que tenéis y ponerlo después al servicio de la Comunidad. - "¿De qué hablas, boba de Coria?" - De hacer llover a gusto del consumidor. Deja lo del marketing a la Cotilla y nos haremos de oro. - "¿Tú por qué?" - Porque te he dado la idea. - "Si me la has dado ya no pintas nada en el negocio" - Y me colgó.

- Tengo que aprender a tener la boca cerrada ¡¡¡Mecáchis en la mar, Pascualita!!! - La sirena pareció (eso quiero creer) mirarme con desprecio... he hizo la señal de OK. Esto me enfureció aún más. - ¡Acabas de quedarte sin chinchón, sardina mal hecha! - El OK se convirtió de inmediato, en una salida brusca hacia afuera, de sus pequeños pero temibles, dientes de tiburón y me tragué mis palabras poniéndo delante del frutero, una copa llena de chinchón para ella.

 


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