miércoles, 20 de septiembre de 2017

Ratas.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! Mira que encontré el otro día en un contenedor de basura: un rastreador de metales. - ¿Seguro que lo encontró en la basura? - ¿Qué insinúas, boba de Coria? ¿Me estás llamando ladrona? ¡Pues que sepas que éste aparato estaba apoyado en la pared de una ferretería que está junto a un contenedor de basura! - ¡¿Lo ve?! ¡Yo tengo razón! Se lo ha llevado por la patilla, Cotilla. Y encima me ha salido un pareado. - Que cruz tiene tu abuela contigo.

Hablando del rey de Roma, la abuela entró en casa seguida de su mayordomo portando una bandeja de canelones que olian a gloria. - "¿Qué te ha hecho mi nieta ahora?" - Llamarme ladrona. - ¡Eso lo ha dicho usted! - "¿Por limpiar los cepillos de las iglesias?" - Por llevarse este buscador de metales de una ferretería. - "Cotillaaaaaaaaaaa..." - Estaba en la calle, apoyada en una pared... - "Siendo así..."

La Cotilla nos estuvo contando su aventura en la playa. - Pensé que me forraría de oro con éste trasto pero lo único que ha encontrado son chapas de refrescos y anillas de cerveza. Menudo fiasco el artilugio. Menos mal que me ha salido gratis... Y he visto una cosa que me provocado trstorno, preocupación, en fin, que no me ha gustado - "¿Qué era?" - Veinte ratas muertas en la arena - ¡Que ascooooooo, Cotilla! ¿Las ha visto cuando salía del agua?  - ¡¿Yoooooooooooooooo?! ¿Cuándo me has visto en remojo? - Ahora que lo pienso... nunca.

La Cotilla se hizo la remolona antes de contarnos su preocupación - Dicen que tocamos a un montón de ratas por cada ciudadano. Pongamos que veinte... entonces me pregunto ¿esas ratas muertas eran las mías? Las que me corresponden según la estadística... - ¡Menuda preocupación! Mejor si están muertas... ¿no? - Pues no lo sé, alma de cántaro porque si el Ayuntamiento me las hacen pagar ¿qué hago? - "¿Pagar? ¿por qué, Cotilla?" - Por no cuidarlas y abandonarlas a su suerte. Si eran mías ¿tenía la obligación de cuidar de ellas? ¿estar al tanto de sus andanzas? ... Solo me faltaba que me multaran si apenas me llega la paga hasta fin de mes... Voy a ver si me informo por ahí. - "¿No comerás canelones?" - Pónme dos raciones, nena. Separadas. - ¡Que avariciosa es usted! ¿No le basta con una? - Una es para mi y la otra para venderla mejor postor.

Sentadas en el sofá de la salita, la abuela y yo le dimos unos tientos a la botella de chinchón mientras buscábamos la mejor postura para intentar dormir la siesta... Como añoro a los ciclistas.

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