martes, 21 de noviembre de 2017

Islas Caimán.

Era necesario poner un poco de orden en mi vida y así lo he hecho. Anuncié a la abuela y a la Cotilla que me iba de vacaciones durante un mes. Pusieron unos ojos como platos y comenzó el interrogatorio.

- ¿Un mes? ¿En qué iglesia has ido a "limpiar" los cepillos, boba de Coria? - Cree el ladrón que todos son de su condición. (dije luciendo una sonrisita de marisabidilla) - "Tú has tenido que dar un atraco a un banco" - Que noooooo. - "Pues con la birria  de sueldo que ganas, ya me dirás" - ¿Dónde irás de viaje? - No he hablado nada de viajes. - "¿No te largas por ahí? entonces eso, ni son vacaciones, ni son nada" - ¿Te han echado del trabajo, a qué sí? - Vale, lo confesaré todo: me voy de viaje a las Islas Caimán. - ¡Vas a llevar dinero negro! ¿Quién te paga? - "¿Políticos, banqueros, empresarios, clero...? ¡Habla ya, cojona!"

Me pusieron la cabeza como un bombo y el resultado final fue que ellas me acompañarían al aeropuerto a despedirme. - No hace falta. Cogeré un taxi... - Lo cogerás igualmente y nos pagarás también la vuelta a Palma. - ¡Pero... pero...! - Si te puedes permitir un mes en ese sitio tan lejano, puedes pagar el taxi (sentenció la Cotilla)

El caso es que todo era mentira. Pensaba quedarme en casa, con las persianas bajadas, haciendo el menor ruido posible. Dejando la llave en la cerradura para que no pudiesen abrir desde fuera. Desconectando el teléfono. Relax total. Dormir a pierna suelta, sin sobresaltos. Había llenado nevera y la despensa para no tener que bajar a la calle... Mi sueldo ya no daba para más gastos y ahora tendría que pagar el taxi con los exiguos euros que me quedaban...

La abuela me llamó. - "Nena, hay unas personas que conocemos, de toda confianza, que me han pedido, ya que vas a las Caimanes esas, si puedes llevarte unos ahorrillos que tienen... poca cosa, unos milloncitos de nada, fruto de unas comisiones de aquí y de allá... Ya sabes lo que pasa con los políticos... Se las ofrecen y no van a decir que no. No hay que ser desagradecidos así que les he dicho que sí." - ¡Abuela! - "Qué más te da... También hay algo de tu abuelito... Sí, sí, ya tienen una cuenta allí" -

Me vi desbordada porque, al final, después del gasto que he hecho en el supermercado, tendré que ir a las dichosas Islas Caimán que, por cierto, no tengo ni idea de por dónde caen... ¿Entre Ibiza y Formentera, quizás?

Una duda golpeaba mi cerebro mientras tranquilizaba mi conciencia por lo que iba a hacer, con unas copas de chinchón - Abuela ¿tú no eras proletaria? - "¿Yooooooo?... Pues, ahora que lo dices... tengo un vago recuerdo... ¿Qué palabra has dicho? ¿Propietaria?" - No. Proletaria. - "Pues, no. No me suena"

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