domingo, 10 de diciembre de 2017

El ojo del señor Li

Cuando el señor Li despertó de su cogorza, habían pasado muchas horas. Mientras, su familia y trabajadores de sus tiendas, le buscaban por todos los rincones de Palma. Y por unas de esas extrañas casualidades que nos depara el destino, uno de ellos se encontró con Bedulio que estaba de servicio y le preguntó si tenía alguna idea de dónde podía encontrarse el señor Li.

A Bedulio no se le ocurrió más que abrir la boca para dar mi dirección. Los chinos se comunicaron unos con otros y entonces alguien dijo que - ¡Sí. Ahora lecueldo que él decil algo de... ¿boba de Colia? - ¡Es lo que me figuraba! - comentó el Municipal. - En esa casa siempre han pasado cosas raras... Lo mismo se lo han comido con patatas esas ánimas en pena que aparecen por allí ¡Se me pone el vello de punta!

El resultado fue que su Jefe le ordenó visitarme e indagar sobre el paradero del señor Li. Pero no vino solo, lo acompañó una cohorte de chinos. Así que, cuando abrí la puerta me encontré con un montón de ojos rasgados que expresaban esperanza y un par de ojos redondos, asustados. - Bedulio, haciendo de tripas corazón, carraspeó y dijo: - ¿Está aquí... ¡ejem!... o ha estado, el señor Li? - Sí que está  aunque... - ¡Chissssst! No intentes liarme. Dile que salga. - No puede. Está indispuesto. - ¡¿Qué le has hecho?! - ¡Nada!... Tiene un ojo a la remanguille. - ¿Qué sel lemanguillé? (preguntó uno de los chinos) - Pues... que está a punto de salirse de su órbita. - Todos pusieron cara escalofrío - ¡Uffffff! - Sí, uf. (dije para congraciarme con ellos)

Todos miraron a Bedulio. - ¿Qué... pasa? - Tú cogel señol Li. - ¿Yooooooo? ¿por qué? - Tu sel autolidad. - Pero es vuestro pariente. - Tu entlal y milal. - No, no, no... Yo aquí no entro...

- La voz del señor Li se oyó como salida de ultratumba. - ¡Aaaayyyy, mi cabezaaaaa! - seguido de un alarido. - ¡¡¡AAAGGGGGGGGGG!!! - Los congregados en el descansillo se apretujaron unos con otros. En medio de todos estaba al Municipal. - Esto es porque se habrá visto en un espejo (dije queriendo quitar dramatismo al momento) Debe ser raro verse un ojo tan grande cuando siempre ha sido como una rayita jijijijijiji.

 Finalmente les convencí para que entraran y se lo llevaran. Arremolinados a su lado nadie le miró de frente. Simplemente lo ayudaron a levantarse y llevárselo. A medio pasillo escuchamos varios ¡CHOFFF! seguidos. Era Pascualita haciendo sus saltos mortales en el acuario.Y Bedulio, que siempre piensa cosas raras, salió por pies camino de la escalera. Al ver su espantá, los chinos no quisieron ser menos y como el miedo es libre, volaron escaleras abajo.

De nuevo tengo al señor Li en casa. Más tarde, mientras nos tomábamos unos chinchones, lo he tranquilizado diciéndole que mañana lo llevaré a la Oficina de Objetos Perdidos.

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