miércoles, 20 de diciembre de 2017

¡¡¡Gracias!!!


- "¡Corred, corred, que se nos escapa el autobús!" (gritó la abuela mientras emprendía una veloz carrera, subida a sus estiletos, antes de que el chófer cerrara las puertas)

La Cotilla y yo hacíamos lo que podíamos. - "¡Eeeeeeh, autobuseroooooo, Feliz Navidaaaad!" Las puertas siguieron abiertas hasta que entramos, sin resuello. Después el autobús dio salto hacia adelante y arrancó a toda pastilla. Reboté contra un señor gordo y logré mantener, la verticalidad.

La Cotilla quedó sentada en las piernas de una rumana de unos doscientos kilos y allí quedó, acurrucadita entre los enormes michelines de la mujer que, maternalmente, la protegió de salir despedida nuevamente.

La abuela se cogió con fuerza al abrigo de un señor de buena planta y pinta de trasnochador veterano que iba sentado junto al pasillo. Inmediatamente le cedió el asiento y ella aflojó la presión de su tacón de aguja que había perforado el zapato y el pie del hombre, hasta el hueso.

El viaje transcurrió si otro contratiempo digno de contar. Empezando por el paseo del Born, fuimos felicitando a la gente. - "¡FELIZ NAVIDAD, AMIGOS!" - ¡¡¡MUCHAS FELICIDADES!!! - ¡¡¡NAVIDAD, NAVIDAD, DULCE NAVIDAAAAAAD!!! - "¡¡¡GRACIAS A LOS QUE NOS LEEIS TODOS LOS DIAS!!!" - "¡¡¡MUCHO AMOR, SALUD Y BUENA VISTA PARA TODOOOOOS!!!

Fuimos paseando por las calles de Palma y la gente nos señalaban con el dedo - ¡Mirad, es la abuelaaaa! ¡Hola, abuela! - ¡Me encanta su pelo! - ¡Muero por su minifalda! (gritó una adolescente) - Y de esas dos ¿quién debe ser la nieta?  (preguntó alguien mientras pasábamos junto a la Cuesta del Teatro) Yo echaba chispas por los ojos mientras la Cotilla hacía la señal de victoria.

Y así seguimos, callejeando por Palma, Rambla arriba, calle Olmos, Plaza de España... De repente alguien gritó - ¡Oigan! ¿y Pasc...? - La abuela y yo, rápidas, dijimos - ¡¡¡Chiiiist!!! - La Cotilla, se paró, desconcertada - Pero... pero... pero ¿es que hay más gente que sabe que tú y
Pascual estáis liados? ¡Y Andresito sin enterarse! Esto no puede quedar así. - "Camina y calla si quieres comer paella" - Después la abuela se volvió hacia quién preguntó por su amiga y señaló, orgullosa, el broche de su solapa. Allí estaba Pascualita, con una minibufanda roja al cuello y mostrando, encantada, su temible dentadura de tiburón a todo el que quiso verla.

FELIZ NAVIDAD A TOD@S.  

MUCHAS GRACIAS POR SER TAN AMABLES DE LEER ESTAS PEQUEÑAS HISTORIETAS CON LAS QUE ME DIVIERTO Y ESPERO QUE OS DIVIRTAIS TAMBIEN.

MUCHA SALUD, MUCHA VISTA Y NO PERDAIS NUNCA EL SENTIDO DEL HUMOR.












No hay comentarios:

Publicar un comentario