jueves, 7 de diciembre de 2017

La diadema.

Me he pasado todo el día intentando"evadirme" de la familia, para encontrar la tranquilidad de espíritu que, se supone, traen éstos días navideños. Pero me ha sido imposible. La abuela acaba con los nervios de quien se le pone por delante.

La abuela ha traído un regalo a Pascualita, cosa que me ha sacado de quicio porque nunca me trae uno a mi. Es una diadema con un pequeño reno encima al que, para remate, se le enciende la nariz roja y suena un villancico. Es Rodolfo, el reno de Papa Noel. - "¡Pero que guapísima está mi sirenita, Dios mío!" - La abuela estaba encantada y también Pascualita que le dedicaba "hermosas" sonrisas de tiburón a su amiga.

El soniquete es una verdadera murga. - ¿A que lo has comprado en la tienda del señor Li? - "Sí, tiene cosas monísimas para éstos días. Voy a comprar más cosas. Por ejemplo, para la Momia hay... - ¿Le vas a regalar algo de los chinos a una mujer con tanta clase? - "Será para reírnos un poco. También le compraré algo al Rey y a su familia: panderetas y zambombas, campanitas y matasuegras, carracas y diademas como ésta. Así habrá alegría..." - Y mucho ruido. - "Qué sosa eres, hija mía. Voy a poner un anuncio en los periódicos que diga: Se alquila sosaina para presidir funerales" - ¡Abuela! - "Y te sacas unas perras ¿Tú sabes a cuánto va el faisán?. ¿Y las angulas?. ¿Y el caviar iraní?. ¿Y..." - No pienso comprar nada de todo esto. - "¿Entonces...?" - Pondré comida más clásica de nuestra tierra: pa amb oli y tomatiga. - "¿Pan con aceite y tomate? Te encerrarán pensado que eres una terrorista" - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Vengo dispuesta a montar el belén!

La Cotilla entró como siempre, como un elefante en una cacharrería. - Lo traigo todo, dijo. Nena, trae la mesa de la cocina y será el desierto. - Déjese de belenes que menudo el que tenemos montado en España. Y la mesa no se la dejo. - No seas egoísta. - ¡Es para desayunar! - Es para los presos del Caso Gürtel, pobrecillos. Haré una foto y se la mandaré para hacerles más llevadera la Navidad! - ¡¡¡Que les den morcilla!!! - Había que ver a la Cotilla hecha una furia contra mi, como si en lugar de ellos, hubiese sido yo quién metió la mano en la caja.

La musiquilla de la diadema del reno no paraba de sonar ni dentro ni fuera del agua. Llegó un momento que llenó nuestros cráneos y sentí la necesidad perentoria de pararlo. La Cotilla se llevó las manos a la cabeza - ¿Qué es ésta monserga? ¿No se puede parar? - Sí (dije sin pensar) pero hay que meter la mano ahí (señalé el acuario) - ¡Pues métela, boba de Coria! - ¡¡¡Es peligroso!!! - No digas tonterías. - Está Pasc..... - ¡Ya me extrañaba que no saliese el querido de tu abuela! (gritó, fuera de sí) - Y ni corta ni perezosa, metió el brazo hasta el fondo del acuario... ¡Y lo sacó entero y con la diadema en la mano! - ¡¡¡YA ESTA!!! No sé a qué viene tanto cuento.

Entre las algas descubrí la cara aliviada de Pascualita que se tendió sobre la arena del fondo a dormir una de sus siestas.

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