lunes, 8 de enero de 2018

La cuesta de Enero.

- Es ver la pantalla del televisor y echarse a temblar. Nieve, nieve, nieve, nieve... ¡y muchísimo frio! Y la gente a la que le gusta el invierno está encantada de la vida ¡Que paisajes más bonitoooooo! ¡Me encantaaaaaan! ¡Ya era hora que viéramos estooooooo!

- No puedo con ésta gente y se lo he dicho a la mujer que iba delante de mi, en la caja del súpermercado, cuando ha hecho un comentario a favor del invierno. - Todo para usted, señora. Se lo regalo y no le pongo un lazo porque se va a congelar. - Que espléndida, Cotilla, regalando mal tiempo. Eso no lo quiere nadie. - Pues bien contenta que se ha puesto. Pero la que estaba detrás de mi me ha echado en cara que quién era yo para regalar inviernos como quién reparte nueces.

- ¡Que guasona! jajajajajaja - Iba muy en serio, la tía. Y le dije: - Yo regalo lo que quiero y a quién me da la gana. - Huy, esto no pinta bien... - La que había recibido el invierno quiso poner paz entre nosotras y recibió una patada en la espinilla de la envidiosa. - ¡No me diga! - La primera sacó la mano a pasear y le hinchó la cara de un tortazo. Entonces intervino la cajera, recriminándome que no tenía que haber dado lo que no era mío a nadie  - Porque si yo, ahora, que me gusta mucho éste tiempo, quiero el invierno ¿cómo lo consigo? - ¿De verdad te gusta pasar frío? - ¡Sí! ¿Qué pasa? - Que no eres más tonta porque no te entrenas. - ¿Le ha dicho esto a la cajera? ¿Y qué ha contestado?

Me ha soltado un sopapo. Suerte que he echo un quiebro y lo ha recibido la envidiosa de antes. ¡Y allí se ha liado la de Dios es Cristo! Han venido tres ambulancias, un montón de coches y furgonetas de la policía... ¡Yo que sé! Aquello era un jaleo de sirenas y luces parpadeantes.

- ¿Qué le ha dicho la policía? Al fin y al cabo la discusión empezó por su culpa. - Nada porque, cuando han llegado yo ya no estaba allí. Aprovechando el rifirrafe que había en las cajas, me fui sin pagar la cuenta. - ¡Cotilla! No me diga que lo organizó todo para robar - Que mal te educaron, boba de Coria. No robé, simplemente cogí lo que considero mio. Después de tantos años cotizando a la seguridad social, resulta que la paga no me llega hasta fin de mes... - ¿Pero no puede hacer ésto?... (la risita sarcástica de la vecina, me anunciaba algo) - ¿No me diga que NO es la primera vez que hace algo así? -  Saca el chinchón y brindemos porque ya falta menos para el verano. - Y claro, brindamos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario