martes, 13 de febrero de 2018

La Gürtel.

Esta mañana, cuando todavía no habían puesto las calles, ha venido a despertarme la Cotilla. Estaba ansiosa por desayunar delante del televisor. - No son horas de andar haciendo ruido (la recriminé) Los vecinos duermen. - ¡Me importa un pimiento! - ¡Oiga! deje el chinchón a éstas horas que le sienta mal. - ¡No he probado una gota en horas! Quiero tener la mente despejada. - ¿Pero qué quiere ver? - A mi gurú. Le están juzgando, sin motivo, por la trama Gürtel. - Hombreeee... alguna cosa habrá hecho mal ¿no? - ¡No!

- Bárcenas no es como yo, una descreída y así me va. En cambio él es un hombre recto, guapísimo. Una persona que va a misa no puede haber hecho lo que dicen que ha echo, boba de Coria. - Ya me he perdido... - Llevarse una pasta gansa a paraísos fiscales... para él. Y en el hipotético caso de que lo hubiese hecho (¡que no lo creo!) hay que pensar que tiene una familia y una categoría social que le obliga a llevar un tren de vida que nosotras no veremos nunca. - Cotilla, respire mujer...

- A partir de ahora voy a ser como Luis Bárcenas: iré a misa... - Pero si va todos los días, aunque misa escucha poca jejejejeje - Iré y prestaré más atención a lo que dice el cura. - ¿Y qué pasará con los cepillos de las iglesias? ¿Le pasará la "concesión" a alguno de sus amigos jubilatas? - ¡Ni hablar! Es un trabajo que no me reporta mucho pero me ayuda a llegar a fin de mes. - ¿Sabe qué le digo? que, a éste paso, acabará en el banquillo como él.

Con sendos cafés con leche en las manos para calentarlas, vimos las imágenes del juicio. Cuando la Cotilla vio a Luis Bárcenas, declarando de pie, se derritió, perdió la noción del tiempo y a voz en grito, dijo: - ¡¡¡ESTO ES UN HOMBRE QUE SE VISTE POR LOS PIES!!! ¡¡¡VIVA LA MADRE QUE TE PARIÓ, BARCENAS DE MIS ENTRETELAS!!! - ¡¡¡Chist. Calle de una puñetera vez¡¡¡ - Pero no me escuchaba. Estaba en trance: - ¡¡¡OLE, OLE Y OLEEEEE!!! ¡¡¡TORERO, TORERO TOREROOOOOOO!!!

Los vecinos aporrearon la puerta, a patadas y golpes: - ¡¡¡QUEREMOS DORMIIIIIIIIIR, CABRONAAAAASSSSSS!!! ¡¡¡HEMOS LLAMADO A LA POLICIIIIIIIIIIIAAAAAAAAAA!!!

- ¡Cotilla, por su madre, callese! ¡Me van a echar la puerta abajo y la pagará usted! - ¡¡¡OE,OE,OE,OEEEEEEEEEEE, OE,OE!!! ¡¡¡BAAAAARCENAS, BAAAAAAAAARCENAS!!!

Entre tanto jaleo distinguí la voz de Bedulio y abrí. Las caras de los vecinos eran terroríficas. - ¡¡¡Iros a vivir bajo un puente y dejádnos en paz!!! - De un tirón metí al Municipal en casa. - Lo único que puedes hacer es llevarte, detenida, a la Cotilla. Está fuera de sí a causa de Bárcenas. - ¿También la estafó a ella?

Dos horas después, cuando empezaba a amanecer, la Cotilla se había dormido, afónica perdida. Otro tanto hacía Bedulio. Una en el sofá de la salita y el otro en el sillón, con los pies sobre una silla. El chinchón había obrado el milagro. Junto a la ventana de la cocina, Pascualita, Pepe y yo, veíamos el milagro que se repite cada día desde que el mundo es mundo, de la salida del sol

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