jueves, 5 de abril de 2018

Andresito, el empollón.

La abuela me ha llamado y he encontrado el móvil tanteando la mesilla de noche. Si se llega a caer lo dejo ahí, me doy la vuelta y sigo durmiendo porque eran las tantas de la madrugada, pero lo encontré y ya que estaba, contesté.

- "Nena, prepara el desayuno para tres que vamos para allá" - Lo siento, abuela pero no tengo hambre. - "Vale, pero que sea para tres" - Que no voy a comer te digo. Haré para dos. - "A ver cuenta, boba de Coria: Andresito, Geoooorge y yo... ¿cuántos seremos?" - Tres... ¡¿No me habías contado?! ¿Pensabas dejarme sin desayuno? - "No dices que no tienes hambre" - ¡Pero no lo sabías! - "Apúntate a una escuela de Arte Dramático y haz el desayuno"

Poco después entraban en casa. - "Saca el chinchón que Andresito viene bajo de moral" - Ya somos dos (repliqué enfadada) ¿qué te pasa, abuelito? - Me he dado cuenta de que he hecho el tonto toda mi vida... Como se enteren se reirán de mi... ay, ay, ay... Tanto esforzarme para convertirme, a mis años, en el hazmereir del Partido... - "Bebe un poco y te animarás. Geooorge, saca las ensaimadas"

Un sentimiento cariñoso se apoderó de mi viendo al pobre abuelito de capa caída. - ¿Puedo ayudarte? - No, nena. Lo hecho, hecho está. Claro que podría esconderlo pero la prensa se entera de todo y después sería peor... - Me estás asustando ¿no tendrá un muerto en el armario como otros muchos? - ¡Mucho peor! tengo tres carreras, varios Másters. Soy doctor Honoris Causa por varias Universidades... ¡Que vergüenza!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¿qué le habéis hecho a Andresito, malas pécoras? - "Se lo ha hecho el sólo. Esto le pasa por ser tan estudioso, tan recto, tan formal, y cuando se ha enterado de que es el único del Partido que tiene títulos reales, se ha deprimido" - Pero... eso es bueno. - No, Cotilla, he perdido años de mi vida cuando los demás, con ir repartiendo prebendas políticas en los centros de Estudio, salían con los títulos en el bolsillo sin más. - Visto así... si que has pecado de pardillo... ¡¡¡Cotilla!!!

El pobre se ha deshecho en un mar de lágrimas amargas. Y mientras la abuela le llenaba, otra vez, la copa, le dijo: - "A pesar de los pesares, tu familia está contigo"




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