miércoles, 11 de abril de 2018

Una noche "normal"

Ya huelo el olor del verano acercándose. La playa me llama para que hunda mis pies en la arena y busque tesoros enterrados en ella. El mar sisea mi nombre para que me acerque y pueda lamerme los pies...

Los almendros se ha vestido de blanco purísimo y se dejan retratar por pinceles y cámaras. La nuevas flores no quieren ser menos que sus antepasadas y antes de convertirse en riquísimas almendras que potenciarán su sabor en mi boca, quieren ser inmortalizadas...

Las montañas, libres ya del manto de nieve del invierno, presentan sus colores gris-azulados a la admiración de isleños y extranjeros. Y la luz exquisita y famosa de Mallorca, buscada, deseada, apresada en lienzos por artistas del mundo entero, me baña y convierte en una ninfa que corretea por los campos persiguiendo vencejos, golondrinas y mariposas...

- Tu nieta es tonta hasta soñando. - "No seas cruel, Cotilla ¿no ves que está gestando un bisnieto?" - Así saldrá.

De repente tuve la desagradable sensación de que me estaban mirando. Al abrir los ojos a la oscuridad de mi habitación, débilmente iluminada por la farola de la calle, dos sombras se inclinaban hacia mi y grité como si me fuera la vida en ello. ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAH!!!

- ¡Que susto me has dado, boba de Coria! - ¿Co... Cotilla? - "¡La madre que te parió!" - ¿Abu... ela? - "¿A qué viene tanto grito?"

Aporrearon la puerta de la calle. - ¡¡¡Abran en nombre de la Ley!!! - "¿Qué pasa, Bedulio?" - Nos han llamado los vecinos porque aquí se ha cometido un asesinato. - ¡Las viejas se han cargado a la nieta! (se aventuró a decir una vecina) - "¿Qué viejas?" (la abuela se había puesto en  jarras) - ¡¡¡Han matado a la nieta!!! (gritó una vecina) - ¡Gracias a Dios sean dadas! por fin podremos dormir de un tirón. (agradeció otro)

Llegó la televisión. - ¿Quién los ha llamado? (preguntó una) Ya podríais haber avisado y me hubiese puesto la bata nueva. - Yo me hubiese maquillado. - Los habrá llamado un "hombre". - ¿Quién ha sido el lumbreras? - Los hombres se miraban unos a otros pero no decían nada. Finalmente el de la tele habló. - Nos han avisado los municipales. - Que "graciosos"

La Cotilla y yo salimos al descansillo de la escalera . ¡Anda, no está muerta! - ¡Nuestro gozo de dormir de un tirón, en un pozo!  - Pero la Cotilla ¡¡¡Que horror. Mirad sus ojos!!! - El agua envenenada de Pascualita aún hacía efecto. - Bedulio, más blanco que la pared, me preguntó. - ¿Ha sido... tu... primer... abuelito...? - Sí. - ¿Sigue... por... aquí? - Detrás de mi.

Cuando acabé la frase, Bedulio ya corría por la acera hacia el coche patrulla y arrancó como en las películas de guardias y ladrones ¡gastando ruedas!

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