domingo, 6 de mayo de 2018

Vamos de boda.

La abuela me dijo: - "El sábado vamos de boda" - Me resistí como gato panza arriba. No me gustan las bodas, me producen tristeza. Sensación de fracaso. Y lo que es peor, se lo recuerdan a la abuela y me da la matraca durante días.

Le puse mil excusas: que si tengo la gripe aviar;  que si un juanete me impide ponerme los zapatos adecuados.  Que tengo alergia galopante a las tartas nupciales. Etc. etc.... pero nada la ha bajado del burro. - "Son amigos de toda la vida. (sentenció) Sabes que en las bodas se bebe, se baila, se suda, hay quien se despendola y en una de éstas, puede que alguien te tire los tejos" - Los invitados suelen estar casados... - "¿Y?" - ¿Quiéres que rompa un matrimonio por un ligue? - "No montes un drama que no hace falta llegar a tanto. Con que te hagan un bisnieto basta" - ¡Abuela, me está azorando!

Así que me he pasado el día pendiente del tiempo. Por la mañana ha llovido a cántaros y no tenía visos de parar. - Geoooorge, díle a la abuela que se ponga. - Madame no poder. Haber empezado su restauración para estar perfecta in the boda. - ¡Tan pronto! - Madame ser precavidau.

Como además hacía frío me he probado jerseys calentitos, tipo leñador, con botas katiuskas. Los conjuntos no eran nada sexi pero muy apropiados para la tormenta. A mediodía el mayordomo aparcaba el rolls royce en la parada del autobús y me trajo unos zapatitos  tipo sandalia, con tacón de once centímetros. - Madame decir que you poner esto. - ¡Pero si están cayendo chuzos de punta!... ¿Y las muletas? - ¿You toreadora? - Para apoyarme en ellas y no caerme. - You ser nieta de madame... ¿Seguro? - ¡Vete a hacer puñetas, inglés de las narices!

Por la tarde ha salido un tímido sol que ha iluminado la bahía de Palma. A la puerta de la Catedral, envuelta en un anorak, me pasé una hora escuchando la monserga que me soltó la abuela por haberlo traído. - ¡Es que tengo frío! - "¡Para presumir hay que sufrir! ¡Mírame a mi! vestido palabra de honor, superminifaldero..." - El cura no te dejará entrar (murmuré) - "No será inmune a la belleza de mis piernas, boba de Coria... Además, llevo pamela floreada, un chal de cachemira que es un primor. guantes largos naranja fosfi, ya sabes que es uno de mis colores favoritos. Un buen bolso, no esa birria de la tienda del señor Li donde no cabe nada ¿Y si hay que llevarse tus sobras de la cena, dónde las metes? ¡Si es que no eres previsora! ¡Que cruz tengo contigo!"

El cura no se atrevió a llamarle la atención a la abuela. Seguramente la conocía y no estuvo dispuesto a que le montara un pollo frente a las cámaras de televisión que, seguramente, llamaría. Como siempre, la abuela atrajo todas las miradas.

Lo más humillante, después de no haberme comido un rosco durante las horas que duró la celebración, fue cuando me dijo, excitadísima: - "¡El padre de la novia me ha pedido una cita, boba de Coria" - ¡¿Habrás dicho que no?! - "¡A tí te lo voy a contar!"

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