domingo, 10 de junio de 2018

Intentando cambiar de vida.

Es necesario poner un poco de calma en mi vida, y eso pasa por alejarme de los abuelitos y sus problemas político-maritales. Así que voy a ver los euros que encuentro por los rincones, cajones y escondrijos de mi casa, reúno un capitalito y me compro un billete y una habitación de hotel para el lugar que pueda pagar. Y encima me hace mucha ilusión jugar, yo sola, a ¡Buscar el tesoro! Así, cuando lo encuentre, no tendré que repartirlo con nadie.

Me he pasado todo el día buscando, rebuscando y volviendo a buscar y he encontrado unas quinientas pesetas en monedas de una peseta, unos cuantos céntimos de euro, dos monedas de cincuenta céntimos, de las plateadas, enfiladas en el dedo de San Pancracio, que debió poner mi abuela allá por los años cincuenta del siglo pasado y un billete de banco del tiempo de la República entre las páginas de un viejo libro a modo de punto de lectura...

Estoy deslomada y desolada. Mi gozo en un pozo... No puedo ni coger el autobús de línea para ir al centro de Palma... En mi desesperación he pensado en hacer autostop y largarme hasta Groenlándia, con los pingüinos pero me he enterado que los barcos no cogen a nadie aunque pueda demostrar que lleva dos días plantada en el muelle y con el dedo pulgar mirando hacia Barcelona ¡Que asco de vida! Todo se reduce al vil metal.

 - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! Mira, nena, lo que he encontrado en mi piso rebuscando un poco: ¡dos mil y pico de euros! Había pensado que, aunque  no vaya a ponerlo para alquiler vacacional, bien le vendría un buen baldeo y he estado poniendo Carcomín porque salen mariposillas de la carcoma por todo. Tal vez sea cosa de la Primavera pero como la de éste año es tan rara, he preferido cargármelas a todas ¡Y aquí está mi premio!

- ¿No es usted quién se queja de no llegar nunca a fin de mes? ¿Cómo puede tener tanto dinero perdido por ahí? - Porque se me olvida dónde lo he puesto. - De eso no habla nunca (me estaba enojando de verdad) - ¿Para qué? Lo que no se llevan los ladrones aparece por los rincones.

- Pues yo he hecho lo mismo ¡y no he encontrado nada que valga la pena! - Es que ésto tiene un truco. - ¿Ah, sí? - Si no dejas dinero primero, después no busques que no habrá, boba de Coria. - ¡Así, cualquiera! (respondí despreciativamente)... Por cierto, ¿No me puede regalar la mitad de lo encontrado? - ¡¡¡NO!!!





No hay comentarios:

Publicar un comentario