tag:blogger.com,1999:blog-47077204868134085482024-03-18T14:20:12.821-07:00Mi ¿amiga? PascualitaIsabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.comBlogger4365125tag:blogger.com,1999:blog-4707720486813408548.post-62035588027664427852024-03-18T14:19:00.000-07:002024-03-18T14:19:19.615-07:00¡¿El bicho que picó la panza?!<p><span style="font-size: medium;">- Otra vez me toca ir a la playa a por agua de mar para llenar la pila de lavar del comedor. ¡Y luego Pascualita le hace las gracias a la abuela! Eres una desagradecida. </span></p><p><span style="font-size: medium;">- Teniendo un rolls royce y un mayordomo que lo conduce, no sé por qué no lo envía a él a llenar garrafas y traerlas luego a mi casa. Estoy cansada de decirlo pero dice la abuela que un mayordomo inglés es alguien de mucha categoría y no está para hacer de aguador. ¿Y yo sí? </span></p><p><span style="font-size: medium;">Estaba en la cocina pelando patatas mientras hablaba con quien quisiera escucharme... Todos los personajes de casa excepto la sirena porque le molesta que saque el tema: Abuela. </span></p><p><span style="font-size: medium;">De repente, la escoba se puso en marcha arreando escobazos a diestro y siniestro. - ¿A qué viene ésto? (pregunté, alarmada) - ¡Hay una cucarachaaaaaa! (gritó la fregona al tiempo que, de un salto, se subió a la barra de la cortina de la cocina) </span></p><p><span style="font-size: medium;">Por más que miré no vi bicho alguno. - ¡Para ya de pegar, jodía! - No me hizo caso aunque no creo que me oyera con el griterío que formó la fregona: - ¡¡¡SOCORROO, AUXILIOO!!! </span></p><p><span style="font-size: medium;">Acuciadas por el miedo, las bolas de polvo corrieron a esconderse bajo los muebles. Pepe el jibarizado ponía su granito de arena con su OOOOOOOOOOOOOOO asustado. El árbol de la calle ordenó a la Cristalera del balcón que no se abriera porque no quería cucarachas en su tronco. Pero no sabía el pánico que les tenían las dos caras. Y hubo rifirrafe entre ellos.</span></p><p><span style="font-size: medium;">- ¡Avemariapurísimaaaaaa ¡¡¡CRASH!!!... ¡¡¡Aaaaaayyyyyyyyyyyy!!! ¡¿QUÉ HE PISADO, NENAAAAAAAAA?! - No será...- Sí, Cotilla. Una cucaracha jijijijiji - ¡QUE ASCOOOOOOOOOOOOOOO!</span><br /></p>Isabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4707720486813408548.post-84911979465915701392024-03-17T12:40:00.000-07:002024-03-17T12:40:41.589-07:00Es la tradición.<p><span style="font-size: medium;">Desde la cocina escuché pasos acelerados que parecían venir del comedor. Me asomé a mirar pero todo estaba en calma. Volví a mi quehacer de pelar y cortar patatas para hacer una tortilla española. Poco después las carreritas se reanudaron.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Me estuve asomando y escondiendo un buen rato porque quería pillar a quien fuese que corría, in fraganti. </span></p><p><span style="font-size: medium;">Mi primer abuelito se había colocado junto a Pascualita en el borde de la pila de lavar del comedor y se lo pasaban en grande, aplaudiendo y riendo hasta las lágrimas. - ¿Ya vale de cachondeo, no? ¿Quién corre, abuelito? - Esta fue su contestación: Adivina, adivinanza ¿cual es el bicho que te pica la panza? </span></p><p><span style="font-size: medium;">Después de pensar y pensar llegué a la conclusión de que no tenía ni idea de quien era el bicho en cuestión y fingí darme por vencida para que me dieran la solución pero me salió rana y hasta las raíces del árbol de la calle me miraron compasivamente. </span></p><p><span style="font-size: medium;">Se inició una nueva carrera mientras yo miraba el cuadro de la Santa Cena, por eso pude ver una diminuta nubecilla de polvo sahariano que me dio la solución: la nube estaba en el cuadro, por lo tanto, quien corría, también. - ¿Qué pasa ahí dentro, señores? - ¡Perseguimos migas de pan pero no se dejan coger! - ¡¡¡Quiéren comernos, con lo duras que estamos después de más de dos mil años!!! </span></p><p><span style="font-size: medium;">Se asomó el de las treinta monedas. - ¡Estamos caninos! - Pero si falta ná y menos para Semana Santa y... - ¡Nada de Y...! Aquí todo el mundo come menos nosotros. - Es la tradición... </span></p><p><span style="font-size: medium;">La discusión siguió horas y horas sin llegar a nada. Ni siquiera pude saber quien es el bicho que te pica la panza...</span><br /></p>Isabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4707720486813408548.post-58720745284103551042024-03-16T12:21:00.000-07:002024-03-16T12:21:47.489-07:00Rememorando...<p><span style="font-size: medium;">La abuela se ha presentado en casa precedida por Geoooorge el mayordomo inglés que nos sirvió luego unas humeantes tazas de cola cao, mientras las dos amigas, hablando por los codos, recordaron las clases de jota mallorquina a las que fueron apuntadas por sus madres cuando eran niñas, para descansar un rato de las pesadas de sus hijas.</span></p><p><span style="font-size: medium;">- "¡Mira lo que he traído, Cotilla! El vestido de payesa que me hizo María la modista ¿Te acuerdas de ella?" - ¡Sí! A mi me hizo otro. (Y corrió a su cuarto a buscarlo) - El caso fue que cuando Geoooorge entró en el comedor con la bandeja de la merienda, se encontró con dos mujeres distintas a las que había dejado allí unos minutos antes.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Los vestidos les sentaban como un guante a pesar de los años transcurridos desde la última vez que los llevaron. ¡Y todo fueron aspavientos y risas! - ¡Estamos igual que con quince años! - "¡Totalmente!" - Y, entre jolgorio y jolgorio, acabamos con todo lo que había en la bandeja. Luego la abuela manipuló su móvil y sonó ¡una jota mallorquina! que movió aquellas piernas centenarias haciéndolas saltar.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Miré a mi alrededor. Los personajes de casa, asombrados, tocaban las palmas, menos Pepe el jibarizado que no tiene manos pero su OOOOOOOOOOOOO seguía el ritmo. </span></p><p><span style="font-size: medium;">De pronto, se desplomaron al suelo y tuve que llamar al 061 porque no reaccionaban. Pascualita, alarmada viendo a su amiga caída, estiró un bracito señalando el mueble bar. - ¡Claro, el chinchón! -</span></p><p><span style="font-size: medium;">Cuando la ambulancia aparcó debajo de casa yo me estaba peleando con las dos amigas que no querían soltar la botella. No me encontraron los médicos con ella en las manos por un nano segundo. El tiempo justo de cogerla, tirarla a la pila de lavar del comedor y abrir la puerta. </span></p><p><span style="font-size: medium;">El parte del médico decía: ingresadas dos payesas por ingesta de chinchón. ¡Menuda tajada!</span><br /></p>Isabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4707720486813408548.post-88783983663532192702024-03-15T14:20:00.000-07:002024-03-15T14:20:19.562-07:00Palabras mágicas.<p><span style="font-size: medium;"> He sentado a Pascualita en el frutero de la cocina y a Pepe el jibarizado a su lado. - A ver, señorías (dije con sorna) Está llegando el tiempo de ponerse hasta arriba de buenos dulces y mejores potajes. - A la sirena se le alegraron las pajarillas.</span></p><p><span style="font-size: medium;">- Cuando haga las empanadas te encerraré en mi cuarto porque no quiero tener que desmontarlas cuando no te encuentre por ningún sitio. - Pascualita uso los ojos en blanco como diciendo: Por un perro que maté me llamaron Mataperros. - No pongas esa cara de víctima. ¿Cuántas veces has estado a punto de que te metiera en el horno porque te habías caído dentro de la cazoleta sin que me diera cuenta... eh? </span></p><p><span style="font-size: medium;">El ojo catalejo del jibarizado iba recorriendo, poco a poco, el perímetro de la cocina. - ¡Y tú no disimules! Os encerraré a los dos en mi cuarto ¡Y pobre del que me haga una trastada! ¡¡¡NO COMERÁ EXQUISITECES!!!</span></p><p><span style="font-size: medium;">Poco después, con el cuaderno de recetas de cocina en la mano, donde está el ancestral Potaje de Semana Santa, no pude evitar leerlo en voz alta... incluso nombré a los repápanos... De la página de las rosquillas nos llegó el olorcito del anís.</span></p><p><span style="font-size: medium;">¡PLAF!... se me cayó la baba en el cuaderno y tuve que secarlo rápidamente para que no se borrase ninguna palabra mágica como: garbanzos..., azúcar..., Jeréz... espinacas.... ralladura de limón...</span></p><p><span style="font-size: medium;">¡PLAF!... ¡PLAF!... ¡PLAF!... ¡PLAF!...</span></p><p><span style="font-size: medium;">Los personajes de casa también babeaban...<br /></span></p><p><span style="font-size: medium;"> </span><br /></p>Isabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4707720486813408548.post-50654643290199562782024-03-14T11:08:00.000-07:002024-03-14T11:08:54.007-07:00Hay que salir más.<p><span style="font-size: medium;">Recompuesto el árbol de la calle, todo verdor y alegría, ésta a cuenta de los muchos gorriones que volvieron a sus nidos. Llevan dos días parloteando entre ellos sin parar. El miedo ha dado paso a la tranquilidad. ¡Y he podido dormir sin oír el castañeteo de los dientes de madera del árbol!</span></p><p><span style="font-size: medium;">Con la normalidad me vino una pregunta a la cabeza: - ¿El Alcalde ha amnistiado al platanero? ¿O tal vez, le da largas para que se confíe y darle matarile cuando menos se lo espere? Todo esto me tuvo en un sinvivir durante media hora... porque me dormí viendo nadar, pausadamente, a Pascualita en la pila de lavar del comedor.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Un ¡¡¡PAPAM!!! contra el suelo me espabiló: - ¿Qué ha sido eso? (pregunté al ánima de mi primer abuelito que pasó volando a cinco centímetros de mi cabeza) - La sirena ha saltado a por uno de los comensales de la Santa Cena y ha herrado el tiro. </span></p><p><span style="font-size: medium;">La medio sirena yacía en el suelo dentro de un gran charco de agua. Un poco más allá, el comensal de las treinta monedas, lloriqueaba asustado. - ¡El monstruo ese me ha querido comer! - ¿Qué hacías fuera del cuadro (le pregunté) - Quería... ¡snif!... ver lo que hay ... ¡snif!... dentro de la pila de lavar ... - ¿No sabes que la curiosidad mató al gato? - No, no lo sé porque apenas hago vida social...<br /></span></p><p><span style="font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-size: medium;"> </span><br /></p>Isabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4707720486813408548.post-9678840842030683312024-03-13T10:27:00.000-07:002024-03-13T10:27:29.406-07:00¡Que susto!<p><span style="font-size: medium;">El árbol de la calle ha amanecido mondo y lirondo como si Pascualita se hubiese ensañado con él. Cosa que no ocurrió, dicho por los airados gorriones que tienen sus nidos en las ramas y se han pasado la noche temblando como conejos al quedarse sin el cobertor de las hojas.</span></p><p><span style="font-size: medium;">En la acera, quedaban cientos de hojas caídas que no han sido arrastradas por el viento hacia los confines de la Galaxia.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Al asomarme al balcón he puesto el grito en el cielo y en los oídos de los vecinos que, inmediatamente, se han soliviantado al unísono. - ¡¡¡Es que ni despertarse tranquilamente se puede en ésta finca!!! - ¡¡¡Y en las adyacentes, tampoco!!! - ¡¡¡¿Dónde está Bedulio el Municipal cuando se le necesita?!!!</span></p><p><span style="font-size: medium;">- ¡¡¡Tápate las vergüenzas!! (grité escandalizada) - No puedo... snif... No tengo nada que ponerme... ¡snif.... (lloriqueaba el árbol de la calle) El miedo a la sierra mecánica me ha dejado en cueros... - ¡Anda, pues es verdad que se te atragantó el manillar de la bicicleta del Alcalde. Se nota perfectamente. (exclamé, encantada) - Tengo... frío.... brrrr...</span></p><p><span style="font-size: medium;">Llamé a la abuela contándole el caso del pobre árbol de la calle. - A ver si Andresito tiene algún contacto político que le deba algún favor y puede hacer algo por el pobre platanero.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Dicho y echo. Poco después aparcó bajo mi balcón la furgoneta de Parques y Jardines: - ¡Oh, no, oh, nooo, oh noooooooooooooooooo! ¡Adiós, mundo cruel! (Se despidió de la vida temblando aún más)<br /></span></p><p><span style="font-size: medium;">Los operarios se pusieron manos a la obra. Al irse dejaron al árbol de la calle tapado con un hermoso y caliente edredón de musgo cubriendo su desnudez. Poco después, con el calorcillo, asomaron en sus ramas pequeños brotes verdes que, a mediodía, se habían convertido en espectaculares hojas verdes que fueron la envidia de los demás árboles del barrio.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Como decía mi padre: hay que tener amigos hasta en el Infierno. </span><br /></p>Isabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4707720486813408548.post-2112374001672149842024-03-12T13:40:00.000-07:002024-03-12T13:40:51.097-07:00Problemas.<p><span style="font-size: medium;">El Alcalde, plantado delante del árbol de la calle, gritaba desaforadamente: - ¡¡¡Quiero mi bicicleta!!! ¡¡¡Exijo mi bicicleta!!! - Harta de oírlo, desde el balcón aconsejé al árbol: - ¡Vomítala de una vez! No seas ceporro. - Que más quisiera yo (me susurró) pero no puedo. El manillar se me atravesó y no va ni atrás ni adelante. - Pues, según escuché a los operarios de Parques y Jardines, fue la mujer del Alcalde quién le ordenó hacer ciclismo como deporte para quemar grasas de la barriga. - Huy, pues estás apañado, arbolito. - Eso, tu dame ánimos, nena. </span></p><p><span style="font-size: medium;">Por otro lado, en el cuadro de la Santa Cena, los comensales se han enterado de que la Semana Santa está al caer y están de los nervios con los preparativos: - ¡Ya no recuerdo lo que comimos entonces! - Da igual. Así podremos innovar. Por ejemplo, yo me pido shusi. - Eso sería mucha innovación ¿no os parece? - Pues yo sigo sin recordar el menú...</span></p><p><span style="font-size: medium;">- ¡Aaaayyyy, aaaayyyyy... (el árbol de la calle, doblado de dolor, intentaba vaciar el estómago)</span></p><p><span style="font-size: medium;">- ¡Aaaayyyy, aaaayyyyy ... ¡Mi mujer me matará! ¡¡¡Pero antes talaré, a ras de suelo, al tragahierros arbóreo!!! </span><br /></p>Isabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4707720486813408548.post-32008335011609766752024-03-11T14:12:00.000-07:002024-03-11T14:12:45.455-07:00La venganza será terrible.<p><span style="font-size: medium;">Me despertó el castañeteo de los dientes del árbol de la calle. Harta de oírlo, me asomé al balcón cuando aún no habían puesto las calles. - ¿No sabes temblar en silencio</span>? Despertarás a todo el barrio y luego, quien tendrá que pagar la multa, seré yo. - Hice un desplante torero <span style="font-size: medium;">para dejarla con la palabra en la boca y volver a la cama que levaba un rato llamándome.</span></p><p><span style="font-size: medium;">- No es... brrr... frío, boba... brrr... de Coria. Es que me... brrr... van a convertir en ... brrr. ... sustento de chimenea y tengo miedo... - ¿Por algo en particular? - Vengan... brrr... za. - ¿Te has metido con los de Parques y Jardines? Mira que eres tonto. </span></p><p><span style="font-size: medium;">Entonces el árbol se puso a llorar como una magdalena... No. De esas del supermercado, noooo... . Una cascada de lágrimas cayó, de golpe, en el alcorque anegándolo por completo. Del subsuelo llegaron protestas: - ¡¡¡Cerrad el grifo, almas de cántaros, que hay sequía!!! - Pero el árbol siguió llorando con tal intensidad que las raíces pidieron socorro - ¡¡¡Nos ahogamooooos, cabroneeeeees!!! - Fueron unos momentos muy dramáticos.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Cuando el "grifo" se cerró, el árbol respiró hondo y habló ante los personajes de casa que estaban deseosos de saber: - El Alcalde quiere talarme porque el otro día aparcó su bicicleta contra el tronco... ¿Acaso no sabe que a los plataneros nos gusta el hierro? ¿Por qué lo hizo? - ¡¿No me digas que te has comido su bici?! - ¡Si es que me la puso a huevo! - <br /></span></p><p><span style="font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-size: medium;"> </span><br /></p><p><br /></p>Isabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4707720486813408548.post-74920656299666968362024-03-10T13:17:00.000-07:002024-03-10T13:17:48.948-07:00¡Viento!<p> <span style="font-size: medium;">Siendo domingo y soleado solo podía hacer una cosa: salir de paseo... con Pascualita metida en el termo de los chinos y Pepe el jibarizado ejerciendo de llavero en mi bolso.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Toda Palma y parte del extranjero, estaba en la calle. Y cuando me he dado cuenta caminaba siguiendo al ganado que me precedía, como los corderos en la trasumancia.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Hasta Pascualita se sentía agobiada y me enseñó dos veces la dentadura de tiburón para que tomara otros caminos más despejados pero habíamos entrado en la calle Sindicato. Una calle estrecha y antigua, repleta de comercios cerrados, a no ser que sean chinos. Un tubo que nos acercaba al barrio antiguo. Vi a lo lejos el reloj del Ayuntamiento.</span></p><p><span style="font-size: medium;">De repente, un viento frío y violento se arremolino entre mis piernas y, sin comerlo ni beberlo, me vi transportada por los aires, girando como una peonza hasta el tejado de la Catedral.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Yo gritaba - ¡¡¡SOCORROOOOOOOOOOOOOO!!! pero el viento me tapaba la boca y era como el que tiene un tío en Alcalá, que ni tiene tío ni tiene ná. No me oía nadie. </span></p><p><span style="font-size: medium;">Pascualita asomó la cabeza por la boca del termo y el viento, juguetón, la llevó en volandas de acá para allá, situándola encima del mar. - ¡Oh, no! (me dije) Desaparecerá en los abismos marinos y no volveremos a verla. - Tuve que enfadarme con el viento, gritándole: - ¡¡¡VALE, YA, JODIO!!!</span></p><p><span style="font-size: medium;">Bajando la intensidad el viento, enfadado, dijo: - ¡Que sosa eres,tía! - y sin más, se acabó el juego. La sirena aterrizó en mi escote y yo en lo alto de un pino de donde tuvieron que bajarme los bomberos.<br /></span></p><p><span style="font-size: medium;"> </span><br /></p>Isabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4707720486813408548.post-2816672558282429312024-03-09T11:45:00.000-08:002024-03-09T11:45:34.958-08:00¡Sí, señor!<p><span style="font-size: medium;">Me quejé, lastimeramente, delante del televisor cuando en la pantalla salía nieve y más nieve ¡y otra vez, nieve! mientras daban El Tiempo - Y éstos qué quieren ¿darnos envidia? Yo solo la usaría para mezclarla con el chinchón y va que chuta. - Sigues siendo una borrica, boba de Coria (dijo la Cotilla) ¿Nunca has oído eso de Año de nieves, año de bienes? - Si tuviera que hacer caso a todo lo que oigo... - Es un refrán, nena. La sabiduría del pueblo. - A mi que me registren, yo soy de ciudad.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Estaba aburrida de ver tanta nieve que me daba igual lo que dijera la Cotilla. </span></p><p><span style="font-size: medium;">Los comensales de la Santa Cena, asomados al marco del cuadro, comentaban entre ellos que alguna vez nevó en su pueblo y recordaron la sensación de frío al tocar la nieve. - Tuve tiritona unos cuantos días. Me pilló con sandalias y los pies cambiaron de color. - ¡Que guay! - A mi me dio por estornudar y me echaron de casa porque no les dejaba dormir... Que tiempos aquellos. - Mi barca quedó pegada a las rocas y no pude salir a faenar. Me aburrí como una ostra...</span></p><p><span style="font-size: medium;">Pepe el jibarizado dejó oír su voz desde la cocina: - OOOOOOOOOOOOOOOO. - Menos mal que mi primer abuelito siempre está pendiente de mi y tradujo la parrafada: - ¡No hay derecho! ¡Quiero ver la nieve. Tocarla, Comerla. Aspirarla por la nariz... - ¡Pon el freno, Magdaleno! Estás confundiendo el culo con las témporas, compañero (le gritó el abuelito) </span></p><p><span style="font-size: medium;">También le gritó el resto de personajes de casa, árbol de la calle incluído: ¿Verla, Tocarla, Comerla...? ¡¿Cómo, jibarizado?! - Entonces la cabeza reducida dijo: - Con la imaginación. - ¡Y le aplaudimos!</span><br /></p>Isabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4707720486813408548.post-9795130896770844032024-03-08T12:15:00.000-08:002024-03-08T12:15:27.816-08:00Los sacristanes y la Cotilla.<p><span style="font-size: medium;">No gano para pagar multas y desaguisados y no me ha quedado otra que ir a pedirle aumento de sueldo a mi jefe. - Aprende a administrarte, guapa, que no está el horno para bollos. Además. para lo que haces, ya estás bien pagada.- Con ésta frase lapidaria zanjó la conversación. </span></p><p><span style="font-size: medium;">Llevo todo el día de morros con los de casa y los de afuera y no paro de cavilar cómo puedo hacerme con más dinero. Algunas cosas han pasado por mi cabeza, como por ejemplo, quitarle la bolsa al de las treinta monedas de plata... pero no serviría de nada porque no son de curso legal. </span></p><p><span style="font-size: medium;">Más efectivo me parece pedir a la Cotilla que me deje ayudarla a "limpiar" cepillos de las iglesias. Ella tiene una edad avanzada y si hay que correr, a mi se me da muy bien. Me dirá que sí.</span></p><p><span style="font-size: medium;">- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¡Como corren los sacristanes modernos! Ay, por poco me pilla el muy jodío jajajajajajaja. - De eso quería hablarle, Cotilla... Ya es hora que se busque una ayudanta para estos trabajos... - No vas desencaminada, nena. Empiezo a notar los esfuerzos cuando voy cuesta arriba. - ¡Claro! Llega sin resuello. - ¡¿YOOOO?! ¿Me estás llamando vieja? ¡Cuando se entere tu abuela le gustará menos que a mi porque ella es medio día mayor que yo! </span></p><p><span style="font-size: medium;">Y salió escopeteada hacia la Torre del Paseo Marítimo a chivarse. </span></p><p><span style="font-size: medium;">Llamaron a la puerta. Un señor sudando a mares, con zapatillas deportivas, chándal de colorines, cinta elástica en la frente y respiración tan agitada que, al resoplar, me despeinaba, preguntó: - ¿Vive aquí la señora Cotilla? - Oficialmente, no. - ¿Esta no es su casa? - No, es en el 4º. - El letrero que dice que el ascensor no funciona ¿es una broma, verdad? </span></p><p><span style="font-size: medium;">Al verme negar con la cabeza se dio la vuelta y comenzó la ascensión xino, xano...</span></p><p><span style="font-size: medium;">No volví a verlo pero sí una nota que tiró por debajo de la puerta: ¡¡¡BRUJAAAA!!! .Firmado el sacristán de San Policarpo virgen y mártir... </span><br /></p>Isabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4707720486813408548.post-72094057437800905332024-03-07T11:01:00.000-08:002024-03-07T11:01:57.948-08:00Arguiñano, perdóname.<p><span style="font-size: medium;">Me he levantado con ganas de enmendar la plana al mismísimo Arguiñano. Por eso, después de desayunar, Pascualita y yo hemos ido al mercado de Pere Garau a hacer la compra antes de que se me vaya la inspiración.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Sin pensar lo que podría pasar, he metido a la sirena en el bolsillo del carrito de la compra como si no supiera que ese bicho salta cuando menos me lo espero. Para rematar la faena he entrado por la puerta de las pescaderías... sin embargo Pascualita ni ha pestañeado ¿Por que los peces no tienen pestañas? Bueno, eso también.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Iba encantada asomada al bolsillo, mirándolo todo. Disfrutando con el olor a cosa conocida. Viendo el género bien colocado en los puestos de venta... De repente, mi primer abuelito pasó, en vuelo rasante, sobre nuestras cabezas! - ¿Qué haces aquí? (le pregunté) - ¡A ti que te importa! (contestó uno que se cruzó conmigo) - ¡No hablo contigo, imbécil! (ay, me salió del alma)</span></p><p><span style="font-size: medium;">Pascualita seguía tranquila en el bolsillo. Estábamos a punto de salir de la pescadería cuando una cigala se espabiló, movió las patas e intentó huir. - ¡Eh, que se te escapa el género! (avisé al pescadero que atendía a unos clientes chinos) Entonces la sirena entró en acción ¡y se comió la cigala en un santiamén! - ¡Oh, no! - Después de eso ya no hubo quien la parara. Cigala, cangrejo o almeja que se movía ¡Ñaca, al buche!</span></p><p><span style="font-size: medium;">- ¡¿Qué es eso?! - preguntaba el pescadero, ojoplático, mientras el género más fresco iba desapareciendo: - ¡Un tamagochi!. Tuve que tirarme en plancha sobre el mostrador para coger a la sirena.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Refugiada en casa, la voz irritada del pescadero llegó a mis oídos - ¡Que sepas me debes el oro y el moro! ¡¡¡Aquí está la factura!!! - ¡¡¡AAAAYYYYY!!! gritó el árbol de la calle cuando el pescadero clavó en el tronco la factura del desaguisado<br /></span></p><p><span style="font-size: medium;"> </span><br /></p>Isabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4707720486813408548.post-34822835047239506432024-03-06T12:23:00.000-08:002024-03-06T12:23:53.455-08:00Menudas pánfilas.<p><span style="font-size: medium;">Un reguero de hormigas ha entrado en casa por el balcón ayudadas por algunas ramas del árbol de la calle. Antes de deshacerme de ellas repartí estopa a las dos caras de la Cristalera. - ¡Aquí no entra nadie que no haya sido invitado! - Ah, pues eso no lo sabíamos... - ¿Para qué sirven las puertas entonces? ¿Para hacer bonito? - Probablemente. Nosotras somos bonitas, boba de Coria... - ¡¡¡Boba de Coria tu padre!!! - Nosotras no tenemos la culpa. La primera hormiga ha dicho "Abre" y hemos abierto ¿No, hermana? - ¡Claro, como está mandado! Una puerta reconoce dos contraseñas ancestrales: ¡Abre! y ¡Cierra! y ella ha dicho la primera. Y claro, hemos abierto...</span></p><p><span style="font-size: medium;">Dejé con la palabra en la boca a las dos pánfilas que se pasaron el resto de la tarde haciéndose cruces pensando qué habían echo mal. Y encima, me ponían mala cara. Incluso dudaron de que mi cabeza funcione como toca. - ¡Solo me faltaba ésto! (grité)</span></p><p><span style="font-size: medium;">Mi primer abuelito se presentó ipso facto, a medio vestir un nuevo sudario que le estaban haciendo. Me desahogué con él y al ir a abrazarle para llorar en su hombro... - ¡Aaayyyy! - ... me clavé algunos de los alfileres que sujetaban el sudario. </span></p><p><span style="font-size: medium;">Desde el borde de la pila de lavar, Pascualita aplaudía como una loca. Debe pensar que canto flamenco.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Harta de todos fui a por la escoba para echar a las hormigas a la calle. La escoba remugó un poco porque estaba a punto de terminar su jornada. - ¡Pero si hoy no has dado un palo al agua! - ¿Será culpa mía, no? - Al cogerla me dijo: - ¡Tienes cinco minutos, ni uno más!</span></p><p><span style="font-size: medium;">Mientras empujaba a las hormigas hacia el balcón, grité: - ¡Abre! - Cuando la Cristalera empezó a abrirse, la primera hormiga, dijo: - ¡Cierra! - Así llevamos ya día y medio... ¿Y la escoba? - ¡Se ha ido de vacaciones! </span><br /></p>Isabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4707720486813408548.post-3810177201578510062024-03-05T10:04:00.000-08:002024-03-05T10:04:47.664-08:00Amores que matan.<p><span style="font-size: medium;">- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! - La Cotilla entró en casa a paso de carga y cerró la puerta de golpe. - ¡Hala! Se van a caer las paredes. - ¡Si llaman no abras! - ¿Y si es el amor de mi vida? - ¡Tampoco! Hay amores que matan y yo no tengo ganas de irme al Más Allá todavía. - ¿Qué ha echo, Cotilla? - ¡Nada! - Entonces me fijé que tenía los pelos de punta. - ¿Se ha pasado al punky?<br /></span></p><p><span style="font-size: medium;">Me senté en el recibidor a esperar a los de la Mafia china, o algún sacristán de las iglesias que frecuenta la Cotilla "limpiando" los cepillos pero no apareció nadie.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Salí al balcón. Mi primer abuelito disfrutaba del sol del invierno sentado en la copa del árbol de la calle que, por cierto, estaba muy emocionado teniendo al ánima más elegante del Otro Mundo, encima.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Pascualita, que cada día es más chismosa, saltó a mi regazo porque tiene que enterarse de todo la muy jodía. - ¿Sabes que le pasa a la Cotilla, abuelito? (de su cuarto llegaba la canción... ¡Ay, amooooooor, ya no me quieras tantooooo. Aaaaayyyyy, amoooooor...) ¿Estará enamorada? jejeje - Esto le pasa por tener la oreja conectada a cualquier conversación que no le incumbe.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Poco después la Cotilla vino al balcón llevando una jarra de chinchón on the rocks. Sirvió dos vasos y tuve que darle, de extranjis, un poquito a la sirena. </span></p><p><span style="font-size: medium;">Cuando se nos soltó la lengua, la vecina dijo: - ¡Rezan para que su Jefe vaya cuanto antes a encontrarse con el Jefe Supremo! ¡¡¡Y lo dicen!!! - ¿Quién? ¿Qué Jefe? ¿Quién es el Jefe Supremo? ¡¿De qué demonios habla?! - ¡Pon la tele, boba de Coria!</span></p><p><span style="font-size: medium;">La puse. Salía el Papa.<br /></span></p><p><span style="font-size: medium;"> </span><br /></p>Isabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4707720486813408548.post-70239743460573672082024-03-04T13:24:00.000-08:002024-03-04T13:24:39.502-08:00¡Casi me descubro!<p><span style="font-size: medium;">Pascualita, alguno de los personajes de casa y yo hemos pasado la mañana sentados en el balcón, al sol. Se estaba tan bien que nos dormimos. Hemos sido despertados por los gritos de los comensales de la Santa Cena: - ¡¡¡QUEREMOS IR AL SOL!!! ¡¡¡FUERA DISCRIMINACIÓN!!! </span></p><p><span style="font-size: medium;">Tuve que ponerme fuerte porque aquello era un escándalo: - ¡Me van a echar del barrio por vuestra culpa! ¡¡¡A CALLAR!!!</span></p><p><span style="font-size: medium;">Pero no había quién los parara. Para hacerme oír, tuve que gritar más que ellos y pronto llegaron las quejas de los vecinos: - ¡A vivir en medio del campo, con las cabras! </span></p><p><span style="font-size: medium;">- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¡¿Qué haces dando berridos en el balcón, boba de Coria?! - ¡No soy yo, Cotilla! Son éstos que... estooooo... ¿Qué yo grito? Pues sí que está usted buena.</span></p><p><span style="font-size: medium;">- No puedo decir que hablo con los personajes de casa porque acabaría en camisa de fuerza. Así que huí hacia la salita para que no me preguntara más. Puse la tele. Salía tanta nieve que amenazaba con invadir mi hogar. Las noticias hablaban de temporales de nieve, viento, agua y sequía. Un auténtico poupurri.</span></p><p><span style="font-size: medium;">De repente, un ejército de bolas de polvo, plañideras, se arremolinó a mis pies llorando a lágrima viva mientras no le quitaban ojo a la pantalla. En ella aparecían las grandes bolas rodantes que recorren Estados Unidos sin descanso, siendo atacadas por el mal tiempo. Fue tanto lo que lloraron las de casa que el torrente de lágrimas hizo con ellas una papilla que la sirena se fue merendando tranquilamente.</span><br /></p>Isabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4707720486813408548.post-43621950823562863502024-03-03T12:55:00.000-08:002024-03-03T12:55:27.422-08:00La Cotilla, ayudando.<p><span style="font-size: medium;">Ahora que se está tan bien arrebujada bajo las mantas, va el árbol de la calle y me monta un pollo antes de que hayan puesto las calles. Al final he tenido que levantarme e ir a ver qué demonios le pasa. - ¡Que estoy hasta las narices de estar de plantón! ¡Quiero ir donde me plazca! ¡Mover las piernas! - ¿Qué piernas? (he preguntado mientras me frotaba los ojos por si no veía bien) - ¡Quiero pasear. Correr. Bailar boleros. Sentarme en un bar a tomar laccao... Quiero hacer lo mismo que tú!</span></p><p><span style="font-size: medium;">- ¿Y todo esto no me lo puedes contar después de desayunar? - No, porque he decidido expresar siempre lo que siento, en el momento en que lo siento. - O sea, darme la lata... No merezco servirte de modelo a seguir. Para eso, el más idóneo es Pepe el jibarizado. - Dicho ésto di media vuelta, fui a por él y lo lancé a la copa del árbol de la calle. Y allá se las entiendan esos dos.</span></p><p><span style="font-size: medium;">- ¡¿Has tirado basura al árbol?! (me gritó desde la acera el Municipal Bedulio) - ¡No! Es el llavero con cabeza reducida... Llevan tiempo esos dos queriendo hablar de sus cosas entre ellos y me he dicho ¿por qué no hoy? ¡Y los he juntado!</span></p><p><span style="font-size: medium;">Por toda respuesta, Bedulio blandió el bloc de multas y me ordenó: - ¡Abre!</span></p><p><span style="font-size: medium;">Desde el borde de la pila de lavar del comedor, Pascualita no perdía detalle de lo que pasaba y como es doña Celos Reunidos Jeyper, saltó a una silla y de allí al suelo. Luego, reptando, llegó hasta el balcón y con una pirueta digna de medalla de oro olímpica, aterrizó en la copa del árbol de la calle. Cosa que no vio Bedulio que ya debía estar subiendo la escalera de casa pero sí la Cotilla que, en ese momento, llegaba de sus trapicheos. </span></p><p><span style="font-size: medium;">- ... esta chica, con eso de no encontrar novio (le venía contado al Municipal) está traumatizada y ahora le ha dado por tirar basura a la copa del pobre árbol. ¿No tendrás en el cuartel algún voluntario para alegrarle las pajarillas? Es que ésto es un sin vivir.</span><br /></p>Isabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4707720486813408548.post-47917919011578659852024-03-02T11:07:00.000-08:002024-03-02T11:07:50.189-08:00El día de mañana.<p> <span style="font-size: medium;">- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! A pesar de que no tienes ni idea de las cosas, ésta vez te hice caso y me llevé unas cuantas Dudas al trapicheo ¡y las he vendido todas! - Pues ya está dándome mi parte proporcional. - Que barriobajera eres, nena. Pedirle dinero a una pobre y anciana mujer con una pensión con la que no llego a fin de mes... aaaayyyyy que pena llegar a éstas edades y no tener ni un perrito que me ladre... ¡snif!...</span></p><p><span style="font-size: medium;">- Y el Goya a la mejor actriz es paraaaaaa ... ¡LA COTILLAAAAA! - ¡Calla mala pécora! - Pero si tiene usted los riñones forrados de oro. </span></p><p><span style="font-size: medium;">Por el rabillo del ojo vi correr a Pompilio bajo los muebles. Iba cargado de calcetines viudos, camino de su escondite secreto. Y me dije que, tal vez, la Cotilla también tuviera uno para guardar sus caudales porque no le gustan los bancos... </span></p><p><span style="font-size: medium;">Hablé con el árbol de la calle: - Me estás dando una buena idea, nena. Podría guardar cosas en mi boca - ¡Es verdad! - ¡Cobrando un alquiler, claro! - ¿Para qué quiere dinero un árbol? (pregunté extrañada) - Para el día de mañana... - Pero si no tienes gastos... - Están los de Parques y jardines que vienen a podarme de vez en cuando y... - ¡Eso es gratis!</span></p><p><span style="font-size: medium;">El de las treinta monedas de plata del cuadro de la Santa Cena, dijo: - Harás muy bien, querido. No sabemos lo que pasará mañana. - ¿Dónde escondes tus monedas? (pregunté con la mejor intención) - ¡A ti te lo voy a decir, boba de Coria! - Y corrió a esconderse dentro del cuadro. </span></p><p><span style="font-size: medium;">- ¡La madre que lo p...! ¿A que descuelgo el cuadro y lo tiro a la basura?</span></p><p><span style="font-size: medium;">Me acerqué a la pila de lavar del comedor, roja de indignación. - ¿Has visto que tropa, Pascualita? ¡No son de fiar! ... ¿Me estás escuchando, media sardina? </span></p><p><span style="font-size: medium;">Pascualita dijo algo a mi primer abuelito que estaba en lo alto de la lámpara y nadó veloz a esconderse en el barco hundido. - ¿Qué ha dicho, abuelito? - Que iba a vigilar su tesoro para el día de mañana.</span></p><p><span style="font-size: medium;">O sea, que aquí todos tienen el riñón forrado, menos yo. Anda qué... <br /></span></p><p><span style="font-size: medium;"> </span><br /></p>Isabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4707720486813408548.post-51243267173124826162024-03-01T10:16:00.000-08:002024-03-01T10:16:34.212-08:00Dudando, que es gerundio.<p><span style="font-size: medium;">Las Dudas no me han hecho caso y campan a sus anchas por casa. De ahí que todos estemos preguntándonos cosas y las contrarias. El primero en caer bajo el embrujo de las Dudas fue Pepe el jibarizado pese a tener la cabeza vacía de polvo y paja. </span></p><p><span style="font-size: medium;">Le oí decir: OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO ... OOOOOOOOOOOOOOOOOO y me hizo gracia porque, normalmente suele soltar toda la parrafada junta. No me quedó más remedio que llamar a mi primer abuelito para la traducción telepática por si Pepe decía algo importante. Apareció sobre la tele envuelto en un sudario de seda verdemar del que continuamente brotaban flores de almendro y alfombraron el suelo de casa. </span></p><p><span style="font-size: medium;">- El jibarizado duda. - ¿Tiene esa capacidad? - Sí. Ha sido culpa de una Duda, morena de verde luna, de la que se ha prendado y no sabe si presentarse a ella como el hermoso guerrero que fue o el llavero que es ahora. - Menudo dilema le ha endilgado la Duda ¿Qué piensa hacer? - No lo tiene nada claro. </span></p><p><span style="font-size: medium;">- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! ¡Tengo una duda, nena! - Pues llévesela al trapicheo y se la endilga al primero que vea. - No puedo. Antes tengo que resolver el dilema y no es fácil. Quiero hospedar a más turistas a la vez, en el cuarto piso que, como sabes, es mi casa. - Quién no parece saberlo es usted, tía pestiño. - Si pongo dos catres más ya habrá quince. La duda es ¿comulgaran los turistas con muelas de molino o los vecinos, quejosos, me denunciarán a Hacienda? ... - Sería lo más justo - ¡No pido tu opinión, boba de Coria! </span></p><p><span style="font-size: medium;">Una rama del árbol de la calle ha llamado a los cristales del balcón: - Nena (dijo el árbol) tengo una duda y... - ¡Ah, no! ¡No, no y no! Que cada palo aguante su vela... ¿o es su sombrilla?</span><br /></p>Isabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4707720486813408548.post-18098797044290517972024-02-29T13:37:00.000-08:002024-02-29T13:37:54.602-08:00¡Fuera, Dudas.<p><span style="font-size: medium;">El mes de Febrero se ha despedido del calendario luciendo un sol que ya quisiera la Primavera para ella. Y dejándole a Marzo en la puerta un montón de borrascas para que las reparta según las ganas que tenga de fastidiar al personal.</span></p><p><span style="font-size: medium;">El árbol de la calle comentaba ésto mientras se comía el manillar de una bicicleta que alguien dejó apoyada en su tronco. - ¡Necesito hierro! Estoy anémico perdido. </span></p><p><span style="font-size: medium;">Cuando tiene hambre no hay quién lo pare. He tenido que amenazarlo con llamar a Parques y Jardines para que lo talen de raíz si se atreve a comerse la barandilla del balcón. - ¡Es que está apetitosa, boba de Coria!... ¿Puedo coger un trozo del ventanal? - ¡NO, COÑE! - ¡Si es de la parte de mi hermana, te lo puedes comer todo! - ¡Calla, cafre. - Que mal se llevan las dos caras de la Cristalera. </span></p><p><span style="font-size: medium;">- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿Por qué no cierras bien la cristalera, nena? - ¡Porque no paran de discutir y me ponen de los nervios! - ¿La Cristalera? - La Cotilla corrió a la despensa. - ¡¿No te has terminado el chinchón?! - No... - Algo raro está pasando ... ¿Tienes novio y has perdido la cabeza? - ¿Ah, si? ¿Tengo... novio? ¡¿TENGO NOVIO?! ¡SÍ! Es soldado de levita, de esos de caballería... (Yo cantaba como un grillo afónico ¡pero cantaba! ¡Era feliz! ¡Ya tengo novio! (decía con la boca abierta de par en par como las puertas del Infierno) </span></p><p><span style="font-size: medium;">Todo era perfecto salvo un pequeño detalle: ¿Quién era mi novio? - Sacudí la cabeza para alejar a las molestas dudas que siempre surgen. Ya me ocuparé de ésto cuando me venga en gana. Ahora voy a pintarme los labios de rojo pasión y que salga el sol por Antequera.<br /></span></p><p><span style="font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-size: medium;"> </span><br /></p>Isabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4707720486813408548.post-82847432450805826932024-02-28T09:22:00.000-08:002024-02-28T09:22:37.302-08:00¡SORPRESA!<p><span style="font-size: medium;">Menuda bronca ha recibido Pompilio de parte de su Jefe, POMPILIO EL MAYOR, por dejar escapar un calcetín. - ¡Algo inaudito en nuestra familia! - Los gritos retumbaban al chocar contra las paredes de casa con tal fuerza que hasta los muebles se movían.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Los comensales de la Santa Cena se asomaron, temerosos, al marco del cuadro. - ¿Qué pasa? - ¿Debemos salir corriendo? - ¿Se caerá la casa? - Ante ésta pregunta, una voz honda, hondísima, a la altura de las raíces del árbol de la calle, contestó: - Tal vez sí... quizá, no... </span></p><p><span style="font-size: medium;">Me vi obligada a averiguar de quién se trataba: - ¿Quién voy a ser, leñe? ¡La Casa, cooooñe! </span></p><p><span style="font-size: medium;">Quedamos con las bocas abiertas tanto rato que algunas moscas entraron a inspeccionar la cavidad. Incluso alguna preguntó: ¿Se alquila?</span></p><p><span style="font-size: medium;">Pascualita aprovechó la ocasión y abrió también la boca, pero no por la sorpresa sino para conseguir un añadido de proteínas a su menú de pienso diario. Ahora duerme tras el atracón de moscas, algunas de las cuales todavía revolotean, zumbando, dentro de su tripa.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Entre la Casa y el resto de los personajes surgió una larga y fructífera conversación. Lo malo es que la mayoría del tiempo, quien llevó la voz cantante fue Pepe el jibarizado y como mi primer abuelito no apareció porque tenía compromisos con algunos de los grandes modistos, nos quedamos sin traductor y fue más lo que cada uno nos imaginamos que lo que entendimos.<br /></span></p><p><span style="font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-size: medium;"> </span></p>Isabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4707720486813408548.post-526282947889949082024-02-27T12:35:00.000-08:002024-02-27T12:35:47.783-08:00Calcetín 1 - Pompilio 0.<p><span style="font-size: medium;">El repentino concierto de bocinazos en la calle me alertó de la llegada de los abuelitos. Como de costumbre, el mayordomo inglés Geoooooorge, aparcó el rolls royce en la parada del bus y se quedó tan ancho.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Vinieron a comer y trajeron los avíos de lo que iba a ser una espectacular paella de marisco pero que, gracias a un mal entendido amor patriótico por parte de Geooorge, que regó el arroz con te, en lugar de caldo o agua como hacen las personas normales, salió lo que salió Pero como, donde hay hambre no hay pan duro, no dejamos ni un grano de arroz en la paella. Después de lo cual hicimos lo que se espera de unos estómagos agradecidos: dormir una siesta larga y reparadora.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Algo que corría por casa me despertó. Un calcetín corría como un descosido, perseguido por Pompilio que sudaba la gota gorda. </span></p><p><span style="font-size: medium;">Se notaba que el calcetín estaba en forma, en cambio Pompilio estaba fondón. Poco acostumbrado a que los calcetines que se le ponían a tiro le salieran respondones, había dejado de entrenar. - ¡Para de una vez! (gritó el duende) - ¡Ni lo sueñes!</span></p><p><span style="font-size: medium;">El calcetín, después de dar veinte vueltas a la mesa del comedor, volvió a la salita, de la que salían ronquidos espectaculares y, con maña, se colocó en el pié de Andresito sin despertarlo.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Menuda ovación se llevó el calcetín. A gritos de ¡TORERO, TOREROOOOOO!, por parte de las bolas de polvo que, entusiasmadas, montaron un club de fans calcetinero a los pies de mi segundo abuelito.</span></p><p><span style="font-size: medium;">No le gustó a Pascualita que la despertaran a las bravas y saltando de mi escote al de la abuela (que del respingo que dio casi choca con su primer marido que volaba cerca del techo) cayó sobre las bolas de polvo y a bocado limpio, acabó en un plis plás con el efímero club de fans.<br /></span></p><p><span style="font-size: medium;"> </span></p><p><span style="font-size: medium;"> </span></p><p><span style="font-size: medium;"> </span><br /></p>Isabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4707720486813408548.post-55422741444696441262024-02-26T12:50:00.000-08:002024-02-26T12:50:49.286-08:00Ante el Rey.<p><span style="font-size: medium;">Mientras desayuno con Pascualita le cuento lo primero que me viene a la cabeza, siempre que no se lo haya contado antes porque entonces se enfada y hay cola cao por todo y algún mordisco de regalo.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Mi primer abuelito me aconseja que vaya con la sirena al lugar donde transcurre, o transcurrió, lo que quiero contar. Sin pensárselo dos veces arrancó una hojita del árbol de la calle, justo cuando éste estaba cantando una ranchera mexicana que decía (entre otras cosas) - ¡¡¡AAAAAYYAAYYYAAYYYYYY, PALOMAAAAAAAA!!! - y no supe si el Ay era por el estribillo o por arrancar la hojita.</span></p><p><span style="font-size: medium;">La cuestión fue que tuve que subirme en ella e, inmediatamente, fui transportada ante del Rey Jaime I montado en su orgulloso caballo. Ya en aquel entonces tenía una paloma subida en su mano mientras saludaba a la multitud que le aclamaba. </span></p><p><span style="font-size: medium;">Mi abuelito volaba a su alrededor envuelto en un sudario de plumas de avestruz, que no sé que pintaba allí porque le daba un aspecto un tanto extravagante. - El Rey dijo entonces a los palmesanos que aplaudían sin parar para calentarse las manos: - ¡Súbditos, daros por conquistados. - Y éstos, con la flema isleña que les caracteriza, dijeron: - Molt be idò. </span></p><p><span style="font-size: medium;">Para celebrarlo mataron un cerdo, que estaba loco por convertirse en sobrasada y fue muy celebrado lo rica que fue. <br /></span></p><p><span style="font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-size: medium;"> </span><br /></p>Isabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4707720486813408548.post-91782542983647491722024-02-25T11:50:00.000-08:002024-02-25T11:50:29.833-08:00Llega el frio.<p><span style="font-size: medium;">Con mucho retraso ha llegado el frío del Invierno y nos ha pillado a tod@s en bragas. Que nadie piense que se ha deshecho en excusas por su tardanza ¡Que va! Venía con el ego subido dispuesto a mandarnos borrasca tras borrasca y tiro porque me toca. En un abrir y cerrar de ojos hemos pasado de la manga corta a tener piel de gallina clueca. Y en casa, todo han sido gritos y órdenes: - ¡Aaayyy, que fríoooooo! ¡Cierra la puerta, jodía!...</span></p><p><span style="font-size: medium;">Al volver con las ensaimadas del domingo, recordé haber dejado abiertas las puertas del balcón. Y poco ha faltado para que los personajes me echaran de casa.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Formando una piña para darse calor unos a otros, los comensales de la Santa Cena, envueltos en sus capas, se quejaban: - ¡¡¡Queremos climalit en el marco!!!- Se oía claramente el castañeteo de los dientes de unos y otros tocando un solo de castañuelas que fue muy aplaudido - Se hará lo que se pueda... (dije)</span></p><p><span style="font-size: medium;">Las dos caras de la cristalera estaban en pie de guerra: - ¡¡¡CIERRA!!! - ¡¡¡ABRE!!! - Era tal la porfía que tenían que acabaron sudorosas y afónicas. </span></p><p><span style="font-size: medium;">El árbol de la calle tenía contentas a las raíces con sus temblores. - ¡¡¡PARA YAAAAAAA QUE NOS DESCUAJARINGAMOS!!! -Antes de cerrar la Cristalera del balcón, se colaron en casa un montón de bolas de polvo gritando como posesas: - ¡¡¡NO CERREIS!!! - Desde la cocina llegó la queja de Pepe el jibarizado: - ¡OOOOOOOOOOOOOOOOO! - ¡Así no hay quien duerma! (tradujo mi primer abuelito)</span></p><p><span style="font-size: medium;">La única que no se quejó fue Pascualita que, calentita en mi escote, dormía a cola suelta.<br /></span></p><p><span style="font-size: medium;"> </span><br /></p>Isabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4707720486813408548.post-68969014034804121612024-02-24T13:06:00.000-08:002024-02-24T13:06:15.033-08:00Envidia:<p> <span style="font-size: medium;">A veinte centímetros del techo del comedor se instaló el ánima de mi primer abuelito. De repente le entraron las ganas de ser la primera alma en ver en primera fila, como teje su tela una araña de patas largas. </span></p><p><span style="font-size: medium;">Quería tener un sudario de lo más original: de tela de araña de invierno. <br /></span></p><p><span style="font-size: medium;">Le costó encontrar una araña dispuesta a entregar su tela a un extraño. Es su medio de vida. La red atrapamoscas. La despensa donde guardar sus presas... Pero nadie en el Más Allá puede aguantar la simpatía, elegancia, su saber estar, su percha... sin caer rendida a sus pies. </span></p><p><span style="font-size: medium;">El telar trabajaba a destajo. La competencia, las orugas de la seda, estaban mohínas y escandalizadas: - ¿Por qué nos humilla éste hombre? (protestaban) </span></p><p><span style="font-size: medium;">Entonces, con la gracia que le caracteriza, se probó el sudario, todavía embastado y miles de bocas se abrieron para que salieran, libres, las babas que cayeron sobre Palma imitando los copos de nieve.</span></p><p><span style="font-size: medium;">La araña engordó de placer al ver cómo le sentaba el sudario pero se pasó de rosca y explotó como una pompa de jabón. Todo esto lo veía yo encantada hasta que la voz de la abuela me sacó de mi ensoñación: - "¿Qué haces mirando al techo a éstas horas? ... ¡No me digas que...!" - Sí, te lo digo. El abuelito está de dulce. - El pescozón me pilló desprevenida e hice palmas con las orejas. - ¡¡¡AAAAAAYYYYYYY. QUE MALA ES LA ENVIDIA!!!</span><br /></p>Isabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4707720486813408548.post-33487616086438289852024-02-23T11:09:00.000-08:002024-02-23T11:09:37.980-08:00Un paseo tranquilo.<p><span style="font-size: medium;">Pascualita realizó una azaña al volver a casa después de aterrizar en la cabeza del pobre Bedulio. Trepó por el tronco del árbol de la calle hasta la rama que entra en el balcón. Con la mano en el corazón, decidme: ¿Quién ha visto trepar a un árbol ¡a una sardina, o media!? Pues Pascualita lo hizo. Lástima que nadie le sacara una foto.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Llamé a National Geographic contándoles el caso pero ocultando que es una sirena. Dije sardina. Y les ofrecí la historia gratuitamente... La respuesta fue: - ¿Qué? ¿Dándole al chinchón de buena mañana?<br /></span></p><p><span style="font-size: medium;">En desagravio Pascualita y yo fuimos a Ikea.<br /></span></p><p><span style="font-size: medium;">Recorrimos la tienda. La sirena, metida en el termo de los chinos y aburrida como una ostra, se durmió. </span></p><p><span style="font-size: medium;">En la zona del restaurante se despertó al olor del salmón y se lanzó a por él. <br /></span></p><p><span style="font-size: medium;"> Saltaba de un plato a otro, tragando como una lima nueva mientras yo intentaba cogerla. Me tiré en plancha a por ella y me pringué de arriba abajo. Los cocinero vinieron a por mi. No pudieron cogerme. Me escurría con la grasa. De repente la sirena se me puso a tiro y la enganché por los pelo-algas.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Patinando, en un santiamén, estuvimos en la calle e hice señas al autobús para que parara pero no me dejaron subir. No me quedó otra que seguir escurriéndome hasta llegar a casa. <br /></span></p><p><br /></p>Isabel Jiménez-Bravo LLabréshttp://www.blogger.com/profile/06525614763898512262noreply@blogger.com0