sábado, 13 de diciembre de 2025

Catorce años de buen humor.

No me di cuenta que Pascualita se había metido en el bolsillo del delantal hasta que la vi caer de cabeza al agua de la bañera. - ¡Ay! ¿Qué es esto? (me sorprendí) - ¡Avemaría purísss...! - La Cotilla que acababa de entrar en casa y había oído mi exclamación, de repente ya estaba junto a mí en el cuarto de baño.

Pascualita no estaba en el mejor sitio para una sirena de agua salada y empezaba a dar signos de ahogamiento. - ¡Quite de en medio que se ha caído a la bañera un pajarito del árbol de la calle y no le gusta el agua!

Tiré a la medio sardina a la pila de lavar del comedor y corrió a esconderse en el barco hundido tapándose con las algas del fondo.

- ¡Fiiiiu!. Que poco ha faltado para que la descubriera la Cotilla. Cada vez se acerca más ésta puñetera. A éste paso me va a dar un síncope. 

Cuando todos los personajes de casa nos quedamos solos discutimos  sobre lo que había pasado y llegamos a un acuerdo unánime: Pascualita debe regresar a su hábitat. Aquí puede ser descubierta por la Cotilla y entregada a la Ciencia para que la estudien como única sirena que es. -  ¡¡¡NOOOOOOO!!!

El rolls royce de la abuela aparcó en la parada del bus. Se juntó con los demás en el comedor. Pascualita saltó a los brazos de su amiga y sin mediar palabra todos rompimos a llorar.

Mi primer abuelito apareció luciendo un espectacular sudario tornasolado reflejando el color de las escamas de los peces. Gracias a él y a la eterna sirena, siempre estaremos en contacto.

Después de 14 años disfrutando de Pascualita, Lord Parkinson me conmina a dejarla. Donde hay patrón no manda marinero.

 

 

miércoles, 10 de diciembre de 2025

Se hizo la Luz...

La abuela y la Cotilla pusieron  el grito en el cielo mientras montaban el Belen  sobre el aparador. - Cada día es más difícil de hacer porque es tanta la luz que hoy se usa que, a ver quien es  el guapo que puede hacer una calle en penumbra.

Las figuras llevan gafas de sol. La mula y el buey tienen pedida la hora para que les visite el oculista. El fraile escondido para que lo descubran los niños ya no tiene razón de ser porque se le ve a la legua. Y la Estrella de Belén es un chorro de luz como para iluminar Madrid.

En fin que "¡gracias Alcalde de Vigo" ... ¡No te digo!

 

martes, 9 de diciembre de 2025

Casi descubro a Pascualita...

 A dos palmos del techo apareció mi primer abuelito. - Vaya, vaya (dijo al verme) así que don Millonetis se enfada si le tocan el cochecito. - ¿Es una adivinanza? (pregunté) - Es una afirmación, nena. Espero que a tu abuela la tenga tan celosa como al rolls royce... ¡Mira, ahora llega a casa! pregúntale tu mismo.

- Mejor no me inmiscuyo en matrimonio ajeno. - Ya se lo preguntaré yo. ¡Noooooooo! - Mi primer abuelito no sabía dónde meterse. Tenía delante a las dos mujeres que cambiaron su vida para siempre. Y entonces voy y digo: - A ver, señoras, preguntad lo que queráis. 

De repente, Pacualita, recién salida de la pila de lavar del comedor saltó al escote de la Cotilla y casi estira la pata al sentir el agua fría en el cuerpo - ¡¿Qué es estoooooo?! - En aquel momento todos teníamos cara de espanto. - ESTO es Pa... pppppp fíiiioooo...

- Huy lo que he estado a punto de hacer.  Recuperé la tranquilidad. Metí a la sirena en mi escote, abrí una lata de judías con chorizo y nos sentamos a comer la abuela, la Cotilla, los comensales de la Santa Cena, solo a mirar y algunas bolas de polvo. - ¿No te quedas con nosotros, abuelito?

Al ver abrirse la puerta de la calle sin que nadie la tocara, solo Andresito quedó sentado a la mesa hablándome de su hermoso rolls royce y el  casi invisible arañazo que le causó el mayordomo Geooooorg.

lunes, 8 de diciembre de 2025

Se acabaron las carreras...

¿A qué vienen esas carreras entre cochazos? - Por lo pronto nadie lo sabe a ciencia cierta pero como es espectacular, cada vez tienen más fans. Entre éstos está Pascualita. Me lo ha dicho un  pajarito que anida en el árbol de la calle.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! Cruzar la calle  se complica más cada día. La cosa está en ver quién ocupa primero la parada del autobús. Lo que empezó siendo una tontería se está convirtiendo una tontería, como tantas pero con coches grandes - dijo la Cotilla. - Por cierto ¿sabe Andresito que a su coche lo usa el mayordomo inglés para esas cosas? - No tardé en preguntárselo. 

Andresito puso el grito en el cielo y faltó el canto de un duro para que echara al mayordomo con cajas destempladas. Al final se impuso el genio de la abuela y se quedó en casa ¡menuda es ella!

El chófer del Alcalde no era muy ducho en carreras con coches tan potentes y el coche acabó hecho añicos contra una farola. - ¡¡¡...y lo pagarás, euro a euro, de tu bolsillo, sin importarme que seas el sobrino del Alcalde.

 

sábado, 6 de diciembre de 2025

A qué viene lo de las carreras?

Pascualita ha decidido marcharse a recorrer los mares del Sur... ¿Qué cómo lo sé? porque está juntando hojas de revistas, periódicos y folletos de vacaciones, todos hablan sobre esos lugares lejanos.

De pronto la casa se ha llenado de papel mojado y tirado después por ahí pero, la bronca me la he llevado yo. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! - La Cotilla puso el grito en el cielo en cuanto entró en casa. - ¿De qué vas, María Eduvigis? - No ha sido  cosa mía. También me he encontrado con éste panorama al llegar a casa. - Ahora me dirás que la culpa es del árbol de la calle o algún que otro personaje que tienes para curarte en salud y no tener la culpa de nada.

Lo malo de todo esto es que también caían papeles mojados a la calle o colgados de las ramas del platanero. 

Me asomé al balcón al tiempo que dos impresionantes coches hacían carreras para llegar primeros a la parada del bus. Por supuesto ganó el rolls royce de los abuelitos. El Alcalde, que viajaba en el otro cochazo, traía cara de pocos amigos. 

Me mantuve a distancia. .. Una mirada de la abuela me indicó que estaba preocupada por Pascualita - ¿Dónde estaba?

viernes, 5 de diciembre de 2025

1 a 0.

La abuela entró en casa como una exhalación seguida de Geoooorge, el mayordomo inglés. La puerta de la calle se abrió de nuevo para dar paso a la Cotilla: - ¡Lo traes todo! - se dijeron, sin apenas resuello, las dos amigas.

- Parece que estáis dentro una nube  tóxica y se os han fundido las entendederas - dije viéndola. - ¿Ves como a tu nieta hay que echarle de comer aparte? - " Siempre lo dije y ésta vez con más razón porque no se ha enterado de nada" 

A todo esto Geooooorge había vaciado las bolsas del súper y empezado a preparar  la comida. ¡Alto ahí! (grité mientras mi dedo índice señalaba al inglés) Espero que este mastuerzo no ponga té en su guiso. Y ahora ¿me decís qué se celebra?

- Anoche hubo fútbol  en la tele ... - ¡Menuda noticia! - Ya, pero... ¡Huy! (acababa de ver a Pascualita sacando la cabeza entre algas frondosas de la pila de lavar del comedor. Ese ¡huy! le bastó al guiri para meter en la olla un buen vaso de té de Ceilán y si te he visto no me acuerdo.

- Venga ¿qué pasó? - ¡¡¡Qué el Atlético Baleares le ganó al Español!!! Un primera división. ¿Veis como, finalmente, los cirios que le llevábamos, de niñas, al Cristo de la Sangre comprados con nuestros ahorrillos, han servido para algo?

En casa se formó una algarabía que aproveché para sacar a Pascualita y tirársela al mayordomo de la abuela en venganza por lo del té. 

                                                             

jueves, 4 de diciembre de 2025

¿Por qué no sale un cinco?

Cuando reanudamos el juego habían pasado más de diez horas desde que la sirena y yo decidimos jugar al parchís . Nos pasó lo de casi siempre: el juego sería como coser y cantar pero de repente, los dados sufrieron una especie de cataclismo y nos comimos la una a la otra hasta que todas las fichas quedaron a la espera de que salieran cincos y poder reanudar el juego.

- ¡Nooooo! - ¿Y ahora qué? - Sabíamos que teníamos paciencia por un tubo, pero era aburrido.

 Llevábamos un tiempo empantanados sin saber qué hacer. No salían cincos ni equivocándonos. Teníamos que arreglar aquel desbarajuste. - Mira, salimos con el primer número que salga ¿Vale? - Eso será hacer trampa... - ¿A quién se lo vas a contar tú? - ¡A nadie. Que vergüenza!

Al final fue la abuela quien solucionó el problema. Entró en el comedor hablando con la Cotilla. En un plis plás recogió todo lo que había en la mesa con ayuda de un trapo. Lo sacudió en el cubo de la basura, ató la bolsa y le dijo a Geoooorge que la bajara al contenedor. Poco después estábamos todos merendando un pa amb oli con queso mahonés que nos supo a gloria.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 quere

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

lunes, 1 de diciembre de 2025

Aquel Circo...

Ha caído la penúltima hoja del calendario. Y he querido retrasarla. Para esto no hay como volver la vista atrás y disfrutar, por ejemplo, yendo al Circo con los abuelitos y los papás.

Hicimos cola para comprar las entradas de esa misma noche. Temblaba de emoción y de frío. De vez en cuando, de miedo porque ese rugido amenazador era de los leones que aguardaban su salida a la pista entre bambalinas.

Todos estábamos de acuerdo en sentarnos en la parte alta del Teatro por lo que pudiera pasar: que cayera sobre nosotros la trapecista. O un león se acercara a saludarnos. ¿Por que sonaba  tan endeble la jaula de las fieras? ¿Sería verdad que desaparecían los gatos del barrio mientras el Circo estaba allí?

Menos mal que los payasos y los saltimbanquis nos alegraban la tarde-noche. Y entre risas, canciones, perritos adiestrados, etc, etc. Aplaudíamos a rabiar a la  bella trapecista Pinito del Oro, valiente donde las haya. 

La salida a la calle, más fría si cabe que antes de entrar en el Circo, era un castañeteo de dientes y palabras entrecortadas por la risa, la admiración y el miedo a esas sombras inquietantes que montaban guardia, subidas a las paredes de la cárcel.