domingo, 19 de mayo de 2024

Bendita afonía.

Menuda la que me ha liado Pascualita con sus cantos de sirena. Los vecinos siguen llenando la escalera de casa.

Yo ya tengo el síndrome del Orador porque, de buena mañana abro la puerta de la calle y  trato de convencerlos para que se larguen a sus casas, aunque sé que no lo harán mientras la sirena cante. - ¡Pascualita, por tu padre, calla ya, desgraciada!

Las vecinas han plantado una horca junto al árbol de la calle y gritan que es un "regalito" para mi ¡Creen que sus maridos han caído rendidos a mis pies! Por eso no me los lavo desde que comenzó éste lío. A ver si les llega la peste y comprenden que no vienen por mi. En casa, hasta los comensales de la Ultima Cena, se esconden para no olerme.

La Cristalera está veinticuatro horas abierta y el árbol de la calle protesta: - ¡Que tufo! ¡ciérrate, jodía!

Tuve que llamar al trabajo diciendo que se había muerto mi bisabuelastra y estaría unos días guardando luto. El jefe me preguntó: ¿No se había muerto ya? ... No. Esta es por parte de padre...

De repente en casa se hizo el silencio. ¡Pascualita está afónica! La desilusión de los vecinos salta a la vista viéndolos regresar a sus casas arrastrando los pies y las ilusiones. Allí les esperaban sus mujeres, rodillo de amasar en ristre. 

Los días venideros, en el PAC del barrio, se vieron muchos casos de depresión masculina.

Mientras Pascualita, causante del desaguisado, disfruta nadando en la pila de lavar del comedor, yo tengo que soportar miradas asesinas y comentarios como: - ¿"Esto" es el  objeto de deseo de nuestros hombres? ¡Mamarracha! - Que cruz tengo con este bicho...

sábado, 18 de mayo de 2024

Cantos de sirena.

Dura poco la alegría en casa del pobre, dicen y es cierto porque los rompesiestas han atacado de nuevo. Pero la experiencia es un grado y ahora, en lugar de Pepe el jibarizado, quien contesta a esos impertinentes es el árbol de la calle. 

Pongo el teléfono en su copa y cuando preguntan por José (como si Pepe y José no fuera lo mismo), la bocaza de madera del árbol se abre para cantar, a voz en grito, cualquier canción que se le ocurra. Desde Que se mueran los feos a Francisco alegre y olé porque ya tiene una edad y se sabe todo el repertorio de doña Concha Piquer. 

Nos hemos dado cuenta de que ésto exaspera a los Rompesiestas, lo cual nos alegra a tod@s, por eso, al acabar de cantar, aplaudimos como si se tratara de Plácido Domingo. 

El otro día, el árbol de la calle estaba afónico y Pascualita se ofreció voluntaria para suplirlo. ¡La que se lió en un momento! La voz de la sirena, una vez más, atrajo a los hombres hacia ella. De las entradas de las fincas salían los vecinos a la calle y, en fila india, llegaron ante nuestra entrada. En pocos momentos la entrada, la escalera y el descansillo de la escalera se llenaron de hombres de todas las edades y condición.

Y mientras Pascualita cantaba y cantaba, la escoba paró un momento en su trajín barrendero contra las bolas de polvo y la fregona gritó: - ¡Nena, nunca tendrás tantos hombres a tu al rededor ¡¡¡Aprovecha y que te hagan al dichoso bisnieto de tu abuela de una vez!!!

Ay... aquello me puso nerviosa ¡No estaba preparada para ello porque me cogió a contrapelo! ¡No me lo esperaba! Ay, ay, ¡que nervioooooooossss! ¡Además, no sé si la abuela lo quiere rubio, moreno o a rayas...! - ¡Que original! (se entusiasmó la Cristalera) Los comensales de la Santa Cena estaban escandalizados: - Pensábamos que queríais un niño, no una cebra... - Mientras sea bisnieto ¿Qué más da?

viernes, 17 de mayo de 2024

Los Rompesiestas.

- ¡Estoy de los nervios, Pascualita! Toooodos los días suena el teléfono para soltarme una retahíla de cosas que ni entiendo, porque me acaban de despertar de la siesta. Y al día siguiente y al otro y al otro..., volverá a repetirse la historia.

Ya no sé que decirles a ésta gente porque es como hablarle a una pared: - No me interesa, gracias - No necesito nada. - ¡Que no quiero nada, coñe!  - Y llega el momento en que ya no dices nada, simplemente cuelgas. ¡Pero da igual porque, otra vez, mañana, a la hora de la siesta,volverán a la carga.

La sirena, a la que también despiertan, saca la dentadura de tiburón a pasear y lanza dentelladas al aire cuando el timbre del teléfono nos despierta. Descuelgo con rabia: - ¡Diga. Digaaaaa! - Primero, silencio, después la pregunta: - ¿Está Pepe? llamamos de... - ¡PEPEEE, TE LLAMAN! - En mi cabeza se encendió una bombilla.

Fui en busca de Pepe el jibarizado a quien le hizo una ilusión bárbara que le llamaran por teléfono. Un artefacto que no había empleado, ni siquiera tocado, jamás. En la selva usaban el tam tam. - Contesta, hombre, que te quieren conocer. - Y eso hizo: ¡OOOOOOOOOOOOOO!

A partir de entonces Pepe el jibarizado fue el responsable de contestar a esas llamadas. Estaba feliz. Se sentía realizado. ¡Había nacido para ese puesto! Y como una cosa lleva a la otra, la escoba quedó prendada de la oratoria de Pepe y se pasaba el tiempo barriendo, enérgicamente, a las bolas de polvo que se acercaban a él porque les hacía mucha gracia el desparpajo conque decía: ¡OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!

La fama de Pepe el jibarizado fue efímera porque los Rompesiestas dejaron de llamar. Pensé que el pobre tendría una depresión de caballo pero nada más lejos de la realidad porque mi primer abuelito le oyó decir: Fue bonito mientras duró.

Volvió a su repisa de la cocina y vivió, durante un tiempo, recordando los días más interesantes  de su vida: Cuando se lo comió el jefe de la tribu enemiga y cuando habló, por primera vez, por teléfono.

 

jueves, 16 de mayo de 2024

La risa tonta.

Los abuelitos vinieron a casa portando toda la artillería pesada: o sea, los avíos de una paella de mariscos y a Geoooorge el mayordomo inglés que triunfa en el mundo anglosajón con sus comidas muy brithis, elaboradas con té.

Imitando a la estatua de Colón, estiré el brazo en toda su longitud para que el dedo índice rozara su nariz: - ¿Va a cocinar ESTE? - La abuela saltó como un resorte: - ¡¿Acaso no te he enseñado que está muy feo señalar?! - El golpe que me dio me hizo dar media vuelta y acabé señalando el pasillo por donde, mira que casualidad, venía la Cotilla dispuesta a enterarse de todo.

Sus ojillos se posaron en la cesta con los avíos del arroz. Repitieron la operación mirando al inglés y dijo: - Si ESTE va a cocinar yo me abro una lata de fabada asturiana... - "Hoy cocino yo:" (dijo la abuela) - Andresito, la Cotilla y yo aplaudimos a rabiar. También lo hizo Pascualita, a salvo de miradas extrañas dentro del bolsillo de mi bata.

Mi primer abuelito apareció sobre la lámpara del comedor acompañado de varios personajes. - Nena, ven que te voy a presentar... - En otro momento, porfi. Ahora tengo que dejar que Geooorge me corteje... jijijijijiji ...Ay, que me está dando la risa floja... jijijijijijiji... Ay que me voy a ganar una bronca de jijijijijijijiji... la abuela... JAJAJAJAJAJAJA... ¡¡¡AAAAAYYYY!!!

El capón me dejó grogui mientras el resto de la familia se ponían tibios de paella. Menos mal que me guardaron un poquito que me comeré después de la tortilla de aspirinas... Ay, que dolor de cabezaaaaa... 

Y a todo ésto... ¿dónde está mi rondador?... ¡Oh, no. Otra vez NO!... jijijijijiji...

 

miércoles, 15 de mayo de 2024

La casa de Saber... ¿qué?

La abuela me llamó: - "¿Hablas sola? ¿Discutes sola? ¿Tu crees que así vas a encontrar a quien quiera hacerte a mi bisnieto? ¿Por qué me lo pones tan difícil?" - ¡La Cotilla tiene mucha imaginación cuando lleva dos copas de chinchón en el estómago, abuela! - "No busques excusas. ¿También es tener imaginación decir que tienes la casa llena de espíritus imperiales" - Ah, eso... Lo dijo tu ex marido.  "¡Ni me lo nombres!"

Durante un buen rato aguanté el chaparrón de críticas hasta que, la cantinela de la abuela se transformó en una nana y dormí como un ceporro varias horas.

Al despertar seguía dando la vara cuando mi primer abuelito, deslumbrante con un sudario repleto de coronas reales que giraban a su alrededor, apareció en el cuadro de la Santa Cena. - ¿Otra vez con esta tropa? (pregunté con un puntito de celos en la voz) - He venido a charlar con ellos y decirles que tendrán que dejar, de una vez, los sayones que visten desde siempre. 

- ¡Ah, sí...? - ¡Claro! Esta casa será un Centro del Saber ... - ¿Qué hay que saber? - Los Reyes y Emperadores de antaño, con el Faraón a la cabeza, expondrán los temas y... - ¿Me estás diciendo que vendrá Carlomagno con el genio que tiene la escoba? - ¿Qué tiene que ver la gimnasia con la magnesia, nena? 

En ese momento Pascualita lanzó una dentellada al aire y clavó los dientes en las patas de atrás de una mosca despistada.

Poco después aquellas dos patitas eran unas enormes y rollizas patas que, ganas me daban de hacerlas al horno con cebollas y bien regada con coñac.

Era una extraña figura. Y al hacerle una foto, ¡PAFF! la máquina ... se rompió.

martes, 14 de mayo de 2024

Que cosas más raras.

Pascualita quiere ir a la playa, sola y me amenaza mostrándome su pequeña pero terrible dentadura de tiburón. - Por mi puedes hacer el pino-puente pero, o te bañas dentro del termo de los chinos o te quedas en casa ¡No estoy dispuesta a que la abuela me desherede por un capricho tuyo!

Como suele ocurrir, la conversación que comenzó con educación y calma, acabó a grito pelado. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! Te oyen desde la calle, boba de Coria... (la Cotilla miró en rededor) ¿Con quién discutes? - ¡Con Pasc... ! (¡huy, por poco meto la pata) ¡Con el árbol de la calle! Me llena la casa de hojas caídas... - ¡Dile al sinvergüenza de P.A.S.C.U.A.L. que dé la cara si es hombre! (ahora la que gritaba como una loca era la Cotilla).

- En lo alto de la lámpara del comedor apareció mi primer abuelito, gritando! ¡Estoy entusiasmado viendo como alternas con la realeza! - ¿Quién, yo? - No disimules, pillina. Tú si que has triunfado sin necesidad de estar en el Más Allá. ¡Que orgullo para nuestra familia!

- Mírala (murmuró la Cotilla) con la boca abierta y mirando al techo: - ¡Nena, que te entrará una mosca! 

- ¡Nada menos que el Emperador del País de los Rábanos Dorados vino a visitarte! ¡¡¡TODO UN EMPERADOR!!! Eso no se consigue así como así. - Vale, abuelito jejejejejeje pero era el señor Li. - ¡De eso nada! si lo sabré yo. Por aquí todo el mundo está revolucionado y los modistos quieren vestirte con sedas de mil colores.

Corrí a la salita y bebí media jarra de chinchón on the rocks. Después dormí la mona toda la tarde... Al despertar, mi primer abuelito seguía tan emocionado o más, que horas antes y entonces dudé: - ¿Será... verdad lo que... dice...?

 

lunes, 13 de mayo de 2024

Estoy echa un lío...

Recibí una llamada extraña: - Yo sel espílitu del Empeladol del País de los Lábanos Dolados. - ¡Anda, que bonito! - Yo no sel bonito. Sel malo de colazón neglo. - ¡Que original! - ¡Tu sel boba de Colia, jopé! Yo quelel que tu dal a mi la Cotilla. - ¿Quiere a la Cotilla? Es usted rarito, eh.

De repente, sin venir a cuento, tuve la impresión de que quién me hablaba era el señor Li ¡Menudo tuno, queriendo dármelas con queso! Decidí seguirle el juego. - ¿Cuánto está dispuesto a darme por ella? 

Por el ruido de fondo que oí, al señor Li se le cayó el teléfono al suelo: - ¡¿Cuándo vel tu que espílitus pagal algo?! No tenel dinelo. - Pues no hablemos más. - ¡Mi tenel que hablal! - Pues hable con el señor Li. - ¿Quién sel? ¿tu novio?

Me dio un ataque de risa: - ¡¡¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!!! ¡QUE ESPÍRITU TAN GRACIOSO JAJAJAJAJAJAJAJAJA!

El espíritu  del Emperador del País de los Rábanos Dorados estaba más enfadado que un mono. Gritaba que iba a mandar contra mi a todos los demonios de su corte y un montón de cosas más. Yo no podía parar de reir. Me gustaba ese tipo para papá del bisnieto de la abuela.

Llamaron a la puerta. Abrí mientras me secaba las lágrimas. - Hola. ¿estal aquí la Cotilla, nena? - ¡Señor Li!... (no entendía nada) ¿desde dónde me ha llamado? - De la puelta ¿No velme ahola? ¡Que cluz tenemos contigo!

Por el rabillo del ojo vi como Pascualita se sumergía hasta el fondo de la pila de lavar del comedor y se encerraba en el barco hundido. - Vaya...

 

domingo, 12 de mayo de 2024

En busca del móvil perdido...

 Salí de casa con un alegre ¡hasta luego, chicooooos! y me encontré con la cara amarilla de ojos oblicuos, del señor Li. - ¡Ostras! Un poco más y chocamos. - Yo quelel mi teléfono de alta gama que la Cotilla me bil.ló. - Sin descomponerme, dije lo más razonable: - Este es un asunto entre usted y la Cotilla, de modo que hable con ella y apáñense ... Buenos días.

El señor Li se apartó para dejarme paso e, inmediatamente, se coló en mi piso junto con varios de sus empleados.

Estaba llegando al portal de la finca cuando me silbó un oído. Si hubiese tenido orejas de elfo se me hubieran puesto tiesas ante el toque de atención. En vez de eso tuve un sobresalto (algo no va bien. Pensé)

Enseguida relacioné al señor Li con gamba gorda y a ésta con Pascualita y el pitido del oído se transformó en un repique de campanas tocando a arrebato. 

Entré zumbando en casa en el momento en que el señor Li iba a meter la mano hasta el fondo de la pila de lavar del comedor: - ¡¡¡NOOOOOOOOOOO!!!.. ¡HAY PIRAÑAS! - Como un muelle, el brazo retrocedió espantado: - ¡Mi no quelel il a agua! ¡No gustal pilañas! - Pero el dueño del brazo no estaba por la labor de hacerle caso: - ¡A mi sí gustal pilañas flitas con patatas! ¡Tú tlael a mi! (dijo el señor Li)

El pobre brazo sudaba la gota gorda mientras, milímetro a milímetro, se sumergía en la pila. Entonces ocurrieron dos cosas: Pascualita mordió, sin arrepentimiento, la mano que le presentaban en bandeja mientras la Cotilla salía de najas escalera abajo sin que nadie la viera.

Cuando los chinos salieron a la calle, el brazo herido tenía ya el volúmen de un elefante recién nacido y pesaba unos treinta kilos. Lo malo es que tendré que comprar otra botella de chinchón porque, entre todos, se bebieron una nueva que estaba de reserva.

sábado, 11 de mayo de 2024

LO QUE HACE LA ENVIDIA COCHINA

Hemos pasado unos días tranquilos, salvo por alguna rabieta de Pascualita porque la pobre es, cada día, más chinche. Ahora la tiene contra los comensales de la Santa Cena - ¡Quiére probarlos! - según la traducción que hizo mi primer abuelito de una de las conversaciones que tuvieron ambos.

- ¿Cómo que quiere probarlos? ¿en qué sentido? (pregunté) - En el del gusto... ¡que se los quiere comer, nena! - Pero si tiene su pienso para peces más las sobras de las comidas...- Sí, pero comer siempre lo mismo, cansa. - El menú es variado... - Variadísimo: pienso, fabada asturiana de bote y albóndigas con tomate de bote. 

- O sea, que está quejosa la señorita ¡Desagradecida! A saber lo que comía en su hábitad natural. Bajo el mar, en la más absoluta oscuridad. Seguro que comía variado todos los días ¡JA! Que si langosta, que si calamarines, que si ostras ... ¡Una porra! ¡Porquería, morralla! Lo que encontrara tanteando la oscuridad. ¡Puag, que asco! Y ahora quiere comerse a esos pobres que cenan una vez al año y estarán amojamados, todo hay que decirlo. ¡Ni paladar tiene la medio sardina de las esa!

Ojiplático estaba mi primer abuelito ante mi arranque de furia. - Nunca te había visto así, nena ¿Qué te pasa? 

Mi barbilla empezó a temblar y los primeros pucheros no se hicieron esperar, después todo se transformó en un torrente imparable, una fuerza de la Naturales que brotaba de mis ojos y desagüaba balcón abajo inundando el alcorque del árbol de la calle, cuyas raíces celebraron con gritos la llegada de agua fresquita después de un día caluroso. Y mi boca, envidiosa, habló: 

- Que me gustaría que un futuro padre del bisnieto me dijera: ¡¡¡QUIERO PROBARTE!!!

viernes, 10 de mayo de 2024

¿Miedo a la Mafia china, Cotilla? jejejejeje

La Cotilla camina rápido, dentro y fuera de casa. Ya me tiene mareada porque no ha parado en todo el día. En una de las muchas salidas que ha echo a la calle, se me ha ocurrido que bien podría bajar ella la basura al contenedor y así no tendría que ir yo. 

- ¿Se marcha?... - ¡SI! ¡PAPAM! (gritó antes de cerrar la puerta de golpe) 

Repetí la pregunta tropecientas veces y siempre tenía la sensación de que todo pasaba más deprisa: - ¡Cotilla, ¿baja la bas... ! - ¡PAPAM! - ¡Oiga. Llévese la b...! ¡PAPAM! - ¡¿Se lleva la b...?!... ¡PAPAM! 

Comprendí que tenía que ser la más rápida del Oeste y, entre salida y salida de la vecina, me estuve entrenando. Por eso, la próxima salida de la Cotilla no me pilló desprevenida. ¡¡¡LLEVESELABASURACOTILLA!!! mientras le lanzaba la bolsa de basura en plan ¡¡¡TRITRITRIPLE CANASTAAAA!!!

No supo reaccionar y cogió al vuelo la bolsa para, acto seguido, lanzarla a la copa del árbol de la calle como si fuera la canasta mientras yo jaleaba diciendo: - ¡ENTRÓ, ENTRÓ! (como Juan José Castillo) - Aunque no fue tan bonita la cosa. La verdad es que, con el golpe, la bolsa se rompió y hubo basura por todo, incluídos en la acera y el alcorque.

 

jueves, 9 de mayo de 2024

¿Cerrando el círculo?

Bajo mi balcón ha habido una concentración de chinos-mallorquines comandados por el señor Li, cuyos ojos eran una línea tan estrecha que parecía imposible que entrara la luz del día. Se lo comenté a Pascualita mientras desayunábamos y ponía la cocina perdida de cola cao por paredes y suelo.

- El señor Li estaba de mal café. - ¿Sabes chino? (tradujo mi primer abuelito) - Es posible porque, me he sorprendido a mi misma entendiendo palabras como: Idò. Au, au. Si, pero... y algunas más. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaa! Ay, que sofoco tengo. Me han seguido unos chicos chinos preguntándome: - ¿Tú sel señola Cotilla? - ¿Ha dicho que sí? - ¿Crees que he nacido ayer? He jurado por los botes de fabada que hay en la despensa, que ni lo soy, ni la conozco. Es la primera vez que oigo ese nombre. - Parece que he sido convincente y se han largado.

Sentadas en la salita nos refrescamos con unas copas de chinchón on the rocks mientras hablábamos del misterio (para ella) de la desaparición de tantísimos calcetines. - Pues yo pensé que había sido usted, para venderlos en el trapicheo. - Que mala fama me pones, nena. ¿Cuándo has visto que yo tocara lo que no es mío? - ¿Qué me va a decir del móvil de alta gama del otro día? - La verdad. Que lo encontré en la calle, solo. Y pensé que, para que se lo llevase otra, me lo llevaba yo ¡Y el que venga atrás, que arre! - Llamaron a la puerta.

Como una flecha, la Cotilla se encerró en su cuarto. Componentes de la mafia china llenaban el rellano de la escalera. - ¿Estal señola Cotilla? - Pues... - ¡Nosotlos vel.la en balcón con móvil de señol Li haciendo fotos, pero! - ¡¿En serio?! Luego dice que la tonta soy yo.

El primer chino levantó un pie para entrar en casa pero se arrepintió al momento cuando la fregona, defendiendo su puesto de trabajo, atacó al mafioso que osaba pisar  "lo fregao" ¡Pues, buena es ella!


 

 

 

miércoles, 8 de mayo de 2024

¡Que trabajador!

En la calle pasaba algo. Se notaba por el vocerío alterado que entraba, sin pedir permiso, hasta el último rincón de mi casa.

En el balcón interrogué, sutilmente, al árbol de la calle. - ¿Qué pasa, tío? - Si miras con detenimiento, lo sabrás enseguida. - Que jodío. El "arbolito" se las quiere dar de inteligente y pone voz de bajo, profunda, como si fuese don Juan Tenorio tirándole los tejos a doña Inés.

- ¿Qué? ¿Ya sabes de qué va el enfado? - A ti te lo voy a decir (pensé) - Pero el caso es que no tenía ni idea de lo que me estaba hablando el árbol. Harto de esperar me dio una pista: - Fíjate en lo que llevan en la mano.

La plebe gritaba: - ¡Prisión para el ladrón! - Y cantaba: - ¿Dónde están los calcetines? ,matarile, rile, rileeeeeee ¿Dónde están los calcetines? matarile, rile, ron ¡CHIMPON! - Me uní, entusiasmada, a la gran coral y estuve cantando a pleno pulmón.

Debajo de casa unos Municipales discutían: - ¡He dicho que no! - ¡Es una órden, Bedulio! -¡Que no quiero ir a esa casa! ¡¡¡Hay fantasmas, jopé!!! - Al levantar la cabeza me vio en el balcón y desde allí arriba pude ver como perdía el color. - Su abuelito está con ella... ¡Lo presiento! - ¡Que subas, te digo!

En ese momento, por el rabillo del ojo, vi pasar corriendo a Pompilio llevando tras de si una larguísima ristra de calcetines desparejado. ¡Ahora entendí el enfado de mis vecinos! Pompilio se había pasado siete pueblos llevándose la mitad de todos los calcetines del barrio... - ¡Eh, sinvergüenza! ¡¡¡LOS MIOS NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!! - Y salí corriendo tras él.

martes, 7 de mayo de 2024

La Cotilla vuelve a la carga.

Tanto Bedulio como GeoooorgeBrexit, siguen con los pelos de punta después de pillarme charlando con mi primer abuelito. La abuela se enfadó conmigo y me pidió que no añadiera la palabra BREXIT al nombre de mi PROMETIDO (como dice ella) porque piensa que se equivocó al votar SI.

En cuanto al bisnieto, cada vez veo más lejos lo de tenerlo y, encima tiene que ser bisnieto, como dijo la Cotilla. A mi todo esto me parece dificilísimo. ¿Por qué no puedo tener un hijo como hacen todas las mujeres?

Me senté junto a la pila de lavar del comedor a pensar pero la medio sardina no me dejó porque saltó a mi escote y me dejó helada y mojada: - ¡Jopé, Pascualita! Que ganas tengo de que vayas al colegio aunque tengas más años que Matusalem.

La voz de mi primer abuelito llegó clarísima: - Que poco aguantáis las perrerías de los críos hoy en día. -  ¿Llamas Matusalem a PASC... ? - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! 

La voz de la Cotilla anunciándose al llegar a casa me pilló de sorpresa, aunque el quiebro llegó tarde porque esa mujer tiene un oído finísimo. - PASA... CALLES. Ay, no me salía el nombre... - No disimules, boba de Coria. Sé que Pascual está aquí, solo o con su querida ¡Que vergüenza, nena, que una nieta traicione a su abuelo! - ¡Oiga, que no es lo que parece! - A ver si te crees que me chupo un dedo. ¡Mira, un móvil último modelo que me he encontrado en la calle, con el que te he grabado lo que has dicho. Esta prueba servirá para que Andresito te quite de su testamento!

Me agarré a un clavo ardiendo: - ¿Ahora roba móviles al señor Li?  Usted acabará mal, muy mal, Cotilla. - ¡Calla, lengua larga!

lunes, 6 de mayo de 2024

No es sordo...

Estaba merendando de buena mañana cuando han llamado a la puerta - ¡¿Será Geoooorge?! (me dije) 

Abrí ilusionada como una quinceañera y me encontré, de buenas a primeras, con el municipal Bedulio. Debió notar que su visita me cayó como un cubo de agua fría porque se le cambió la cara: - ¿Qué pasa?... ¿No estará tu primer abuelito volando cerca del techo... o de mi? - No. Creo que hoy tenía sesión de pruebas de sudarios de alta costura. - ¡Lagarto, lagarto! (gritó) Cuando te oigo hablar así me dan ganas de salir por pies...

- ¿Qué hay de nuevo? (le pregunté) - Hace días que no te pongo multas... Mis jefes dicen que estoy perdiendo facultades, y no es así ... ¿Estás bien? Te has hecho tan mayor que te ha  cambiando el carácter y... - ¡¿Me estás llamado vieja, pánfilo?! (menos mal que sé como amargarle el día al municipal) ¡¡¡Hola, abuelito!!!  Mira quién está aquí: ¡Bedulio! jajajajajajaja ¡No le hagas eso jajajajajajajaja, pobrecillo! - ¡¿Qué... qué me... hace?! - Te da  golpecitos en la espalda. - ¡¡¡AAAAAAAAYYYYYYYYYY, DIOS MÍO!!!

¡PAPAM! Bedulio cayó redondo en el rellano. - Abuelito, creo que te has pasado... No vuelve en sí... - Pues, anda que tú. A ver si van a quitarme puntos del Carnet de buena conducta del Más Allá por tu culpa.

- ¡Oh, my God! - Levanté la cabeza y pude ver a Geooorge que bajaba los escalones de cuatro en cuatro y se perdía calle abajo.

Llamó la abuela: - "¿Qué le has echo?" - Yo solo quiero saber si ha oído la conversación. - "¡De PE a PA, BOBA DE CORIA y, ENCIMA, HA TOMADO LAS DE VILLADIEGO!"

 

domingo, 5 de mayo de 2024

¡Por culpa de la abuela!

Hoy estoy muuuuy enfadada, por eso remugo sin parar. Los personajes de casa intentan evitarme haciéndose invisibles. La única que no tiene ese poder es la Cotilla así que, en cuanto ha entrado en casa, después de su jornada nocturna de trapicheo de todo lo habido y por haber, la he cogido por banda y no le ha quedado otra que aguantarse.

- Por culpa de la abuela no puedo celebrar el Día de la Madre. - ¿Y? (preguntó como al descuido la vecina) - Pues que me he quedado sin tarjeta de felicitación ¡por culpa de la abuela! ¡No deja que Geoooorge venga a casa a cortejarme ! - ¿Qué tiene que ver esto con que sea el día de la Madre, boba de Coria? - Que, a éste paso, no tendré ningún niño... - ¡No tienes que tener un niño sino un bisnieto! Anda que no está tu abuela harta de decírtelo

- Ya, pero si no viene Geoooorge... 

La Cotilla me dejó con la palabra en la boca al entrar corriendo en su cuarto y cerrar la puerta con llave. Pero me dio tiempo a escuchar: - ¡Que cruz tengo con ésta mu

Salí al balcón e, inmediatamente, la Cristalera se cerró y pasó desapercibida para mi. - ¡Uf! (me pareció oír)

De repente, algo frío se pegó a mi pierna. En un acto reflejo lancé una patada al aire y vi como Pascualita salía volando hasta la copa del árbol de la calle: - ¡Oh, no! (grité) 

La fregona, que yo había dejado la noche anterior en el balcón, tuvo un ataque de risa. El árbol le lanzó un silbido de admiración: - ¡Que bien te sienta la melena, tía buena! - Después, señalando a la sirena con una de sus ramas, me aconsejó que la felicitara para evitar mordiscos innecesarios. - Felicitar... ¿por qué? - ¡Por el Día de la Madre! - ¿Tú crees que la medio sardina ha sido madre alguna vez? - Después de millones de años en el mundo, cabe la posibilidad ¿no te parece?... - Vale, pero yo quería que me felicitasen a mi (dije, haciendo pucheritos)

 

 

sábado, 4 de mayo de 2024

¿Cocido madrileño a la inglesa?

Llamé a la abuela porque, desde que ella decidió que el padre de su bisnieto tenía que ser Geoooorge, no he vuelto a verle. Y claro, estoy desconcertada: - ¿Sigue en pie lo de la paternidad del inglés? - "¡Por supuesto!" - Es que como no viene por casa... - "Cuanto menos os veáis, mejor. Porque eres una metepatas y eres capaz de estropearlo todo" - ¿Entonces no tiene que cortejarme? - "Vaaaale. Le diré que te escriba cartas"

La primera carta que llegó a casa estaba escrita en inglés y cogí un cabreo monumental porque, al no saber qué decía, no me quedó otra que mandarle un recado, por correo también, que decía: - ¡Pa tu padre por si acaso!

A la abuela le faltó tiempo para echarme la bronca. - "¿Ves porque no quiero que os veáis, ni poco ni mucho, boba de Coria?" - ¡Ha empezado él! - "Mientras Geoooorge siga ganando la pasta gansa de ahora con sus paellas con té, nunca tendrá la culpa de nada" - ¡Abuela, que soy tu nietaaaaaa!

En casa habían empezado las apuestas entre los personajes. Y estábamos en plena discusión cuando la Cotilla entró en casa dando voces: - ¡Nena! Tu abuela millonetis quiere serlo más todavía. Se le ha ocurrido hacer cocido madrileño ¡con té! Y quiere que sea la catadora oficial ¡Si pregunta por mi, no me has vistooo!

Salió tal como había llegado: corriendo. Para entonces ya habían empezado las nuevas apuestas: cocido con té, ¿sí o no?. 

El griterío en casa recordaba al de los garitos de las películas en blanco y negro. Y cuando parecía que ya no podían subir más los decibelios, se escuchó, fuerte y claro: ¡¡¡QUEREMOS SER CATADORES OFICIALES!!!.

Eran los hambrientos comensales de la Santa Cena

 

viernes, 3 de mayo de 2024

El juego.

 Aprovechando que la Primavera está como una cabra montesa, jugamos a ver quién adivinaba el tiempo que hará por la mañana, por la tarde y por la noche. Las bolas de polvo están entusiasmadas porque dicen que, al vivir ellas muy pegadas al suelo, notan antes los cambios. 

Los comensales de la Santa Cena se han quejado porque, al estar metidos en un cuadro, no tocan con los pies en el suelo. - ¡Ah, se sienteeee! - Se mofan las bolas de polvo entre risas y gritos. Yo también reía porque también camino pisando suelo. 

Mi primer abuelito, envuelto en un sudario de seda negra lleno de pitos y tarjetas rojas , ha aparecido en plan árbitro para poner un poco de cordura al juego. - ¡Jolín, abuelito, que sosaina eres! - Todos tendréis las mismas oportunidades y será un juego limpio. - Pues, vaya rollo...

Algunos personajes prefirieron más mirar que participar como, por ejemplo, la Cristalera. - Es que, si hay preguntas, me pongo muuuuuy nerviooooosssssssa. - El primero que se apuntó fue Pepe el jibarizado y se pasó todo el rato impostando la voz que NO tiene. Pero... ¿de dónde la sacará el jodío?

Menudo guirigay se montó en casa:  ¡¡¡Nublado!!! ¡¡¡Sol! ¡Granizo!!! ¡¡¡OOOOOOOOOO!!!¡¡¡ Vientos huracanados!... ¡¡¡Maremoto!!!

Las bolas de polvo ganaban de calle. Incluso parecían multiplicarse y Pascualita no lo pudo soportar.

De pronto, saltó sobre ellas zampándoselas a todas, impulsada por la envidia cochina y el mal perder... Ahora estamos en la salita la sirena y yo comiendo ensaimadas y unas copitas de chinchón... y me digo mientras se me cierran los ojos: ¡que bien se vive en Mallorca!

 

 

 

 

jueves, 2 de mayo de 2024

Ay, ay, ay...

Pascualita se pasa el día en el balcón. Tanto es así que no me ha quedado más remedio que ponerle al lado un barreño con agua de mar porque a la tiparraca parece que se le ha olvidado que es un pez... o medio. 

La sirena se sienta en el borde del barreño y no pierde calada de lo que ocurre a su alrededor. Sus ojos saltones de pez parecen querer salir de sus órbitas mientras absorben información ciudadana por un tubo.

Estábamos tomando el sol tranquilamente, mientras escuchábamos canturrear al árbol de la calle por lo bajini, cuando sonó como un clarín el ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! de la Cotilla que acababa de entrar en casa.

Como una maquinaria bien engrasada, Pascualita saltó dentro del barreño y yo metí los pies para esconder bajo ellos al bicho. Todo con precisión matemática -  ¿Qué haces con los pies en remojo, boba de Coria? - Refrescarlos... - ¿Sin quitarte los zapatos? ¿Es una moda nueva? ¡No eres más tonta porque no te entrenas! jajajajajajaja

Hubo jolgorio general, como si todo el mundo fuese perfecto. Sin embargo yo solo tenía una preocupación en la cabeza: Que no me muerda los pies porque ¿a ver dónde encuentro yo botas de Siete Leguas? 

 

miércoles, 1 de mayo de 2024

Azúcar glas.

He encontrado a Pascualita intentando abrir la Cristalera con sus pequeñas manitas palmeadas. Ver a la  medio sardina en ese trance, en lugar de ternura, me ha echo reír ¿Cómo pensaba, semejante bicho, abrir una puerta enorme para ella que solo levanta medio palmo del suelo? 

Se me saltaban las lágrimas de tanto reír. La cara de Pascualita expresó, primero, alivio ¿pensaba que iba a ayudarla? ¡JA! Después  asombro ante mi inmovilidad. Por último frunció el ceño mientras sacaba a pasear su terrible dentadura de tiburón.

Tuve el tiempo justo para salir por pies para evitar la dentellada pero no logré librarme de su saliva venenosa. - ¡La madre que te parió! (grité mientras la oreja derecha crecía y crecía sin saber cuando acabaría esa metamorfosis, porque me había dado de lleno)

Para evitar males mayores, la Cristalera se abrió de par en par mientras intentaba no mirarme porque le daba la risa tonta al ver mi orejón. La sirena salió al balcón donde un vendaval furioso amenazó con llevársela al punto más alejado del globo terráqueo. ¡BIEN! (dije para mis adentros) Pero el vendaval, que no era tonto, se dio cuenta y amainó ipso facto su fuerza. Luego, arremolinándose junto al orejón, me dijo: - Quien quiera peces, que se moje el culo. - Y partió en busca de más arena del desierto para espolvorearla sobre nuestras calles como si fuera azúcar glas.