Hay ropa amontonada por toda la casa, no sé donde sentarme - Abuela ¿piensas montar un mercadillo solidario para alguna de las asociaciones que se van a quedar sin subvención? - "Ya estás diciendo tonterías de buena mañana... A ver ¿qué pasa?" - Hago un gesto que abarca todos los montones - "¡Ah!, eso... Es la ropa que voy a llevarme al viaje" - Me dijiste que te ibas unos días ... - "Así es, lo que pasa es que como no se si va a hacer frío o calor, lo mejor es llevarme un poco de todo en la maleta" - ¿Una maleta? jejejejeje... Quiero ver cómo metes todo esto - La abuela queda pensativa. - "Ahora que lo dices, me parece que no habrá sitio para la garrafa de agua de Pascualita" - Por eso no te preocupes, la sirena se queda aquí ¿o quieres que le de un síncope entre la presión del vuelo y las apreturas del termo? - "¡¿Y mi asma?!" - Déjate de cuentos, además, si te pasa algo, en la habitación contígua tendrás un médico a mano - "¿Ah, sí?. ¿Cómo sabes tú quién estará en esa habitación?" - Es fácil. Tú amigo And... ¿Quiéres decir que vas a compartir el cuarto con él? - "¡Claro! Así nos sale más barato el viaje" - ¡Lo tuyo no tiene nombre! Espero que, por lo menos, tomeis precauciones. - " ... Bueno, me llevo un paraguas y un chubasquero por si llueve pero..." - ¡No te hagas la loca que ya sabes de qué hablo! - "Pues, ahora mismo no caig ... ¡Ah! jajajajajaja ¡Que tonta eres! ¡Tienes el cerebro más viejo que el mío! jajajajaja... ¡Ay!, no te preocupes, hija, que por allí habrá farmacias y compraré la píldora del día después si la necesito jajajaja... Cuando se lo cuente a mi amigo no se lo va a creer jajajaja..."
Finalmente, parece que ha desistido de llevarse a Pascualita y para contentarla no para de hablarle las cosas que hará y verá en Cantábria y le ha prometido que, al volver, le enseñará las fotos y comentará con ella todo lo que haya hecho - ¿Todo, abuela? - Le ha guiñado un ojo a su amiga - "¡Todo. Con pelos y señales!"
La abuela tiene razón en una cosa, aunque no se la reconozca: soy una agonías, una pusilámine. Estaba deseando que no se llevara a Pascualita por lo que pudiera pasarle y ahora que la he convencido se me ha metido el miedo en el cuerpo por si la policía entra en casa cuando yo no esté y la descubra, porque estará sola la mayor parte del día mientras estoy trabajando. Estando la abuela en casa tiene tiempo de esconderla y si estamos las dos, mejor que mejor, pero Pascualita sola no tiene ninguna posibillidad de escapar aunque sí de atacar, cosa que no sería aconsejable... No sé qué hacer y no quiero comentarlo con la abuela porque acabará llevándosela... Creo que no me queda otra que colgármela del cuello, vaya donde vaya. ¡Menudo plan! - Abuela ¿Tú amigo te ha comentado algo más sobre lo de Pascualita? -"Ah, sí. Ya no me acordaba. Dice que la policía ya se ha puesto manos a la obra y no cree que tarden mucho en dar con el bicho ese" - ¿No crees que sea una noticia importante? - "Claro que sí. Estoy muy preocupada. Venga, ayúdame a hacer la maleta" - ¿¡Preocupada!? No veo tu preocupación por ningún sitio - "Mira, hija, mi preocupación es por tí, que pareces un alma en pena. Estos días que estarás sola búscate un buen guayabo y pega el polvo de tu vida. No le des tantas vueltas a la cabeza que Pascualita sabe defenderse sola" - (Está decidido. Me llevaré a la sirena donde yo vaya, lo que no tengo tan claro es que ella quiera venir conmigo)
domingo, 27 de noviembre de 2011
sábado, 26 de noviembre de 2011
La abuela está hoy muy parlanchina. Ha trasladado la bañera rosa a la cocina para que Pascualita aprenda a hacer macarrones, que es lo que está preparando y de paso, hablar del viaje. Está tan tranquila en cambio yo he sido incapaz de pegar ojo en toda la noche. Pensaba que, de un momento a otro, los Geos entrarían en tromba en casa, después de cargarse la puerta, en busca del "monstruo" de los mordiscos. Seríamos arrestadas, esposadas, sacadas a la calle ante el escarnio de los vecinos, sobre todo de la cotilla del 4º. Nos harían esas fotos horribles de frente y de perfil en las que nadie sale favorecido. Los periódicos hablarían de nosotras como si fuéramos terroristas, dueñas de un arma de destrucción selectiva (que no masiva). Sería tal la repercusión que incluso quitaríamos protagonismo al Recién Votado. Y lo peor de todo es que, encima, tendríamos que pagar la puerta de casa con mi sueldo de funcionaria que, si ya fue rebajado, ahora vuelve a
Me he tomado una manzanilla - "Desayuna como Dios manda que si tenemos que ir al calabozo, con esa tacita de agua caliente no aguantarás los interrogatorios jejejeje..." - ¡Abuela, no me metas más miedo que voy bien servida! Cómo puedes tomártelo todo a broma Y la culpa es de este bicho ¡Maldita la hora en que te encontré y fui incapáz de echare al wáter! - grité mirando a Pascualita que se sitió aludida y me enseñó los dientes. - "Ella no tiene ninguna culpa. Está en un hábitat que no es el suyo y se defiende como gato panza arriba cuando se cree amenazada ¡Tú harías lo mismo si tuvieras sangre en las venas!" - Ya me extrañaba a mí que no me tocara recibir - "¡Pero si es verdad! ¿cómo crees que reaccionaría Pascualita viendo como le quitan dinero de la paga? ¡A mordiscos! Y eso es lo que haré yo en cuanto me hagan pagar las medicinas" - ¿Vas a morder al médico o al farmaceutico? Primero pegate bien la dentadura o se quedará enganchada en alguna bata blanca jajaja... - "¡No eres más tonta porque no te entrenas! Si no puedo morder arrearé bolsazos pero no me voy a quedar quieta" - Abuela, pero si tienes un montón de medicinas, algunas sin abrir, guardadas en el botiquín, que ya ni te acuerdas para qué sirven... - "¿Y qué? ¡Si me las recetaron sería por algo!" - ¡Pero no te las tomas! - "Por que no sirven para nada" pero eso no tiene nada que ver con que nos quieran hacer pagar eso... ¿cómo se dice?... ¡El copago! ¡Que se lo metan por donde les quepa! He trabajado como una burra toda mi vida, cotizando, para que ahora me den las medicinas gratis... " - Ya, pero es que ahora tenemos una crisis de caballo ... "¡Déjate de crisis que con ese cuento algunos se están haciendo de oro mientras echan gente a la calle! ¡¡¡A la calle voy a ir yo!!!" - Y yo a buscar las gafas de sol porque Pascualita se estaba poniendo nerviosa con tanto grito. Entraba y salía del agua a la velocidad del rayo y en una de éstas podría lanzarme un chorrito de agua envenenada.- "Y lo que más me duele es oir al Electo de aquí decir que pagaremos pero que no será copago ¿Qué palabra es esta? ¡Eso me duele! ¡Que lo disfracen todo. Que nos tomen por tontos!" - entonces se asomó a la venta de la cocina y gritó: -"¡¡¡No es pago ni copago. Es repago, jodíos!!!" - Tuve que darle una tila y contener, en la puerta, a la cotilla del 4º que vino rápidamente a a enterarse del por qué del escándalo. La despaché con cajas destempladas y mientras volvía al ascensor decía : Para vestir santos te quedas, maleducada. Pobre de tu abuela, lo que tiene que llevar sufrido a tu costa. - Deseé tener a Pascualita a mano para que le mandase un chorrito, bien dirigido, a esa lengua viperina.
Me he tomado una manzanilla - "Desayuna como Dios manda que si tenemos que ir al calabozo, con esa tacita de agua caliente no aguantarás los interrogatorios jejejeje..." - ¡Abuela, no me metas más miedo que voy bien servida! Cómo puedes tomártelo todo a broma Y la culpa es de este bicho ¡Maldita la hora en que te encontré y fui incapáz de echare al wáter! - grité mirando a Pascualita que se sitió aludida y me enseñó los dientes. - "Ella no tiene ninguna culpa. Está en un hábitat que no es el suyo y se defiende como gato panza arriba cuando se cree amenazada ¡Tú harías lo mismo si tuvieras sangre en las venas!" - Ya me extrañaba a mí que no me tocara recibir - "¡Pero si es verdad! ¿cómo crees que reaccionaría Pascualita viendo como le quitan dinero de la paga? ¡A mordiscos! Y eso es lo que haré yo en cuanto me hagan pagar las medicinas" - ¿Vas a morder al médico o al farmaceutico? Primero pegate bien la dentadura o se quedará enganchada en alguna bata blanca jajaja... - "¡No eres más tonta porque no te entrenas! Si no puedo morder arrearé bolsazos pero no me voy a quedar quieta" - Abuela, pero si tienes un montón de medicinas, algunas sin abrir, guardadas en el botiquín, que ya ni te acuerdas para qué sirven... - "¿Y qué? ¡Si me las recetaron sería por algo!" - ¡Pero no te las tomas! - "Por que no sirven para nada" pero eso no tiene nada que ver con que nos quieran hacer pagar eso... ¿cómo se dice?... ¡El copago! ¡Que se lo metan por donde les quepa! He trabajado como una burra toda mi vida, cotizando, para que ahora me den las medicinas gratis... " - Ya, pero es que ahora tenemos una crisis de caballo ... "¡Déjate de crisis que con ese cuento algunos se están haciendo de oro mientras echan gente a la calle! ¡¡¡A la calle voy a ir yo!!!" - Y yo a buscar las gafas de sol porque Pascualita se estaba poniendo nerviosa con tanto grito. Entraba y salía del agua a la velocidad del rayo y en una de éstas podría lanzarme un chorrito de agua envenenada.- "Y lo que más me duele es oir al Electo de aquí decir que pagaremos pero que no será copago ¿Qué palabra es esta? ¡Eso me duele! ¡Que lo disfracen todo. Que nos tomen por tontos!" - entonces se asomó a la venta de la cocina y gritó: -"¡¡¡No es pago ni copago. Es repago, jodíos!!!" - Tuve que darle una tila y contener, en la puerta, a la cotilla del 4º que vino rápidamente a a enterarse del por qué del escándalo. La despaché con cajas destempladas y mientras volvía al ascensor decía : Para vestir santos te quedas, maleducada. Pobre de tu abuela, lo que tiene que llevar sufrido a tu costa. - Deseé tener a Pascualita a mano para que le mandase un chorrito, bien dirigido, a esa lengua viperina.
viernes, 25 de noviembre de 2011
Cuando la abuela a regresado del Funeral ha dejado caer una frase inquietante - "No se si debemos preocuparnos. Luego lo pensaré" - ¿Ha ocurrido algo? - "No, no... ¿vamos a cenar?" - No he insistido. Cuando ha metido a Pascualita en el "acuario" rosa me he fijado en la boca de la sirena por ver si llevaba rastros de sangre pero no, todo estaba normal y en cuanto nos hemos sentado a la mesa se ha subido a su atalaya a contemplarnos como siempre.
Más tarde he iniciado un suave interrogatorio - ¿Qué tal por el Funeral? - "Bien, como siempre" - ¿Y de pretendientes cómo vas? - ahí se empezó a animar - "Superior. Hay uno, Andresito, que come de mi mano" - ¡Vaya! Este es nuevo. - "Jejejejeje... nuevo, nuevo... tiene diez años más que yo jejeje... Le conozco desde hace mucho tiempo porque fue nuestro médico de cabecera cuando aún vivía tu abuelo. Por cierto, entonces ya me tiraba los tejos el puñetero jijiji..." - ¿No te dejaste embaucar, verdad? estabas casada... - "Nunca disfrutarás de la vida con esos pensamientos tan carcas, hija mía" - ¡¡¡Abuela!!!... o sea... que sí... - "¡Ay, deja ya eso! el caso es que Andresito tiene un hijo, médico también, que le ha contado que, últimamente, proliferan los ataques de un animal desconocido. Trabaja en urgencias y ya ha tenido que curar a bastantes personas con esa clase de mordedura, muy dolorosa a causa del veneno que inyecta. Ya supondrás que me he quedado de piedra ¡y con Pascualita colgada de mi cuello!" - ¡Mira que te he dicho veces que no te la lleves por ahí! ¿Eso era lo que te preocupaba cuado has llegado, verdad? ¡Y te quedas tan pancha! - "Es que no creo que puedan relacionarnos" - Pues yo creo que sí. Siempre que ha ocurrido un ataque o tú o yo o las dos juntas, hemos estado allí. ¡Ay, Dios mío. Acabaremos en la cárcel y Pascualita en un frío laboratorio!- "Ya sabía que no debía contártelo. Haces un drama de todo. Piensa un poco, no saben dónde vivímos" - Piensa tú. La última víctima ha sido la cotilla del 4º ¡Casi nada! - "Ah, pues sí... ¿qué haremos ahora?" - No nos queda más remedio que devolverla al mar - "¡Ni hablar! Ya puedes ir pensando en otra cosa" - ¿Pero no ves que la policía vendrá a registrar la casa? ¿Dónde la vamos a esconder? - "¿En la cisterna del water?" - No creo que dejen de mirar ahí - "¿En la lavadora?" - ¡Eso! y nos la cargamos metiéndole agua de mar... No veo ninguna solución... - "¡Yo sí! ¡Me voy de viaje y me la llevo conmigo!" - Pero cómo... - "¡Basta de peros! El lunes me voy a Cantabria, a un hotel junto al mar, de modo que a Pascualita no le faltará agua salada" - ¿Y cuántos meses te quedrás? - "¿Meses? ¡cinco días! - Entonces he imaginado lo buenos que pueden ser cinco días sola, tranquila, a mi aire, sin discusiones ni problemas ¡Un sueño hecho realidad! - ¿De verdad te vas? - "¡Claro!" - ¿Tú sola? - "¿Sola? No. Con Andresito" - ¡¡¡¿Y Pascualita?!!! Eso es mentar la soga en casa del ahorcado - No sabes la vidilla que da una situación comprometida y unas gotitas de intriga ¿verdad, chiquitina? - La sirena, alegre, le ha tendido los bracitos.
Más tarde he iniciado un suave interrogatorio - ¿Qué tal por el Funeral? - "Bien, como siempre" - ¿Y de pretendientes cómo vas? - ahí se empezó a animar - "Superior. Hay uno, Andresito, que come de mi mano" - ¡Vaya! Este es nuevo. - "Jejejejeje... nuevo, nuevo... tiene diez años más que yo jejeje... Le conozco desde hace mucho tiempo porque fue nuestro médico de cabecera cuando aún vivía tu abuelo. Por cierto, entonces ya me tiraba los tejos el puñetero jijiji..." - ¿No te dejaste embaucar, verdad? estabas casada... - "Nunca disfrutarás de la vida con esos pensamientos tan carcas, hija mía" - ¡¡¡Abuela!!!... o sea... que sí... - "¡Ay, deja ya eso! el caso es que Andresito tiene un hijo, médico también, que le ha contado que, últimamente, proliferan los ataques de un animal desconocido. Trabaja en urgencias y ya ha tenido que curar a bastantes personas con esa clase de mordedura, muy dolorosa a causa del veneno que inyecta. Ya supondrás que me he quedado de piedra ¡y con Pascualita colgada de mi cuello!" - ¡Mira que te he dicho veces que no te la lleves por ahí! ¿Eso era lo que te preocupaba cuado has llegado, verdad? ¡Y te quedas tan pancha! - "Es que no creo que puedan relacionarnos" - Pues yo creo que sí. Siempre que ha ocurrido un ataque o tú o yo o las dos juntas, hemos estado allí. ¡Ay, Dios mío. Acabaremos en la cárcel y Pascualita en un frío laboratorio!- "Ya sabía que no debía contártelo. Haces un drama de todo. Piensa un poco, no saben dónde vivímos" - Piensa tú. La última víctima ha sido la cotilla del 4º ¡Casi nada! - "Ah, pues sí... ¿qué haremos ahora?" - No nos queda más remedio que devolverla al mar - "¡Ni hablar! Ya puedes ir pensando en otra cosa" - ¿Pero no ves que la policía vendrá a registrar la casa? ¿Dónde la vamos a esconder? - "¿En la cisterna del water?" - No creo que dejen de mirar ahí - "¿En la lavadora?" - ¡Eso! y nos la cargamos metiéndole agua de mar... No veo ninguna solución... - "¡Yo sí! ¡Me voy de viaje y me la llevo conmigo!" - Pero cómo... - "¡Basta de peros! El lunes me voy a Cantabria, a un hotel junto al mar, de modo que a Pascualita no le faltará agua salada" - ¿Y cuántos meses te quedrás? - "¿Meses? ¡cinco días! - Entonces he imaginado lo buenos que pueden ser cinco días sola, tranquila, a mi aire, sin discusiones ni problemas ¡Un sueño hecho realidad! - ¿De verdad te vas? - "¡Claro!" - ¿Tú sola? - "¿Sola? No. Con Andresito" - ¡¡¡¿Y Pascualita?!!! Eso es mentar la soga en casa del ahorcado - No sabes la vidilla que da una situación comprometida y unas gotitas de intriga ¿verdad, chiquitina? - La sirena, alegre, le ha tendido los bracitos.
jueves, 24 de noviembre de 2011
Estábamos tranquilamente tiradas en el sofá, la abuela y yo, cuando el timbre de la puerta nos espabiló. Me levanté a regañadientes porque si no abro yo,no abre nadie; era la vecina del 4º. Instintivamente levanté la voz (era una señal de alarma que indicaba peligro) porque esta mujer, en cuanto ve la puerta abierta no pide permiso, arrolla a quien tenga delante y se mete hasta el comedor, en este caso, la salita. La abuela, al oírme, saltó hacia el "acuario", metió a Pascualita en el termo y se lo colgó al cuello.
Después de contarnos cosas incoherente que no veían a cuento, llegó, por fín, al objeto de su visita. Dirigió la mirada hacia el "acuario", suspiró y dijo como quién no quiere la cosa: - No puedo entender como aún tenéis este trasto aquí. .. Si no lo hubiérais roto haciéndole esa ventanita podríais dársela a una chica que limpia en casa de una vecina de la amiga de mi cuñada, que es ... hum... es "de por allí" - "¿De por dónde?" - preguntó la abuela intrigada - ¡Ay! ya sabes... que es un poco oscurita - "¿Negra?" - No, mucho no. Solo un poco, pero es buena persona ¿eh? - ¿Es inmigrante? - pregunté yo que ya me estaba poniendo de mala uva - ¡Eso! es que no sabe una como decir estas cosas sin ofender - ¡Pues diciéndolas con normalidad! - Mira, con esta nieta tuya no hay quién hable. No sé como la aguantas... Si quieres un consejo de amiga, yo no la querría en mi casa. Ya es mayor y tiene un trabajo... No te ofendas, guapa pero ya es hora de que te busques un buen hombre que... - ¡¡¡Abuela, la echas tú o lo hago yo!!! - "¡Ya está bien! ¿No quieres saber qué hace este trasto en la salita? Pues yo te lo digo ¡Decora!" - ¿Esto? ¿Una bañera vieja? - "Pues sí, pero para esto se necesita sensibilidad artística y tú no tienes" - Sabrás tú lo que tengo yo. Por cierto, ¿no teníais que comprar peces? ... ¡ahora caigo! ¡la empleareis como pecera ! - "¿No te ibas?" - Ni hablar. Está llena de agua y tiene plantitas y arena, solo faltan los peces... ¡Oye, es una buena idea! ¡Regálamela! yo tengo a Ataulfo que disfrutaría nadando aquí, total, para tenerla vacía... - La sangre se me había subido a la cabeza y me enturviaba el cerebro por eso dije - Trae aquí a tu Ataulfo y si se adapta, te la damos - La abuela me miró espantada - "No, no, no. Está reservado para poner pirañas, en cuanto las tengan en la tienda nos avisarán. Y ahora vete, que tengo que me voy al Funeral" - ¿De quién? - "No lo conoces". En cuanto la vecina hubo salido soltamos un suspiro de alivo y pusimos a Pascualita en la bañera. La sirena no nos quitaba ojo como si presintiera nuestra crispación. Yo gritaba ¡No la aguanto, no la aguanto! ¡Un día la tiraré por las escaleras! - En esas estábamos cuando volvió a sonar el timbre. Nunca pensé que fuera ella pero allí estaba otra vez la vecina del 4º - Traigo a Ataulfo para que disfrute un poco en la bañera - Antes de que la abuela pudiera abrir la boca, dije - Ponlo tú misma - Pascualita se había escondido entre las hierbas del fondo. Ví como sus dientecitos salían hacia afuera preparados para el ataque. La abuela y yo nos miramos, relamiéndonos ante lo que iba a ocurrir - ¡Mira, Ataulfo, cuanta agua! - Y metió la mano, removiéndo el agua para que su pez la viera - Será como si estuvieras en el m... ¡Aaaaaaayyyyyy!- Nunca he disfrutado tanto con un ataque de Pascualita. Luego nos costó mucho convencerla de que nosotras no teníamos nada que ver con lo que le había pasado, que seguramente la mordió algo que traería ella de la calle. La curamos y le pusimos un bonito vendaje en la mano que no paraba de hincharse. En cuanto se fue, derecha al ambulatorio, sacamos el chinchón y nos tomamos unas copitas relajadamente, por supuesto, Pascualita también tuvo su ración
Después de contarnos cosas incoherente que no veían a cuento, llegó, por fín, al objeto de su visita. Dirigió la mirada hacia el "acuario", suspiró y dijo como quién no quiere la cosa: - No puedo entender como aún tenéis este trasto aquí. .. Si no lo hubiérais roto haciéndole esa ventanita podríais dársela a una chica que limpia en casa de una vecina de la amiga de mi cuñada, que es ... hum... es "de por allí" - "¿De por dónde?" - preguntó la abuela intrigada - ¡Ay! ya sabes... que es un poco oscurita - "¿Negra?" - No, mucho no. Solo un poco, pero es buena persona ¿eh? - ¿Es inmigrante? - pregunté yo que ya me estaba poniendo de mala uva - ¡Eso! es que no sabe una como decir estas cosas sin ofender - ¡Pues diciéndolas con normalidad! - Mira, con esta nieta tuya no hay quién hable. No sé como la aguantas... Si quieres un consejo de amiga, yo no la querría en mi casa. Ya es mayor y tiene un trabajo... No te ofendas, guapa pero ya es hora de que te busques un buen hombre que... - ¡¡¡Abuela, la echas tú o lo hago yo!!! - "¡Ya está bien! ¿No quieres saber qué hace este trasto en la salita? Pues yo te lo digo ¡Decora!" - ¿Esto? ¿Una bañera vieja? - "Pues sí, pero para esto se necesita sensibilidad artística y tú no tienes" - Sabrás tú lo que tengo yo. Por cierto, ¿no teníais que comprar peces? ... ¡ahora caigo! ¡la empleareis como pecera ! - "¿No te ibas?" - Ni hablar. Está llena de agua y tiene plantitas y arena, solo faltan los peces... ¡Oye, es una buena idea! ¡Regálamela! yo tengo a Ataulfo que disfrutaría nadando aquí, total, para tenerla vacía... - La sangre se me había subido a la cabeza y me enturviaba el cerebro por eso dije - Trae aquí a tu Ataulfo y si se adapta, te la damos - La abuela me miró espantada - "No, no, no. Está reservado para poner pirañas, en cuanto las tengan en la tienda nos avisarán. Y ahora vete, que tengo que me voy al Funeral" - ¿De quién? - "No lo conoces". En cuanto la vecina hubo salido soltamos un suspiro de alivo y pusimos a Pascualita en la bañera. La sirena no nos quitaba ojo como si presintiera nuestra crispación. Yo gritaba ¡No la aguanto, no la aguanto! ¡Un día la tiraré por las escaleras! - En esas estábamos cuando volvió a sonar el timbre. Nunca pensé que fuera ella pero allí estaba otra vez la vecina del 4º - Traigo a Ataulfo para que disfrute un poco en la bañera - Antes de que la abuela pudiera abrir la boca, dije - Ponlo tú misma - Pascualita se había escondido entre las hierbas del fondo. Ví como sus dientecitos salían hacia afuera preparados para el ataque. La abuela y yo nos miramos, relamiéndonos ante lo que iba a ocurrir - ¡Mira, Ataulfo, cuanta agua! - Y metió la mano, removiéndo el agua para que su pez la viera - Será como si estuvieras en el m... ¡Aaaaaaayyyyyy!- Nunca he disfrutado tanto con un ataque de Pascualita. Luego nos costó mucho convencerla de que nosotras no teníamos nada que ver con lo que le había pasado, que seguramente la mordió algo que traería ella de la calle. La curamos y le pusimos un bonito vendaje en la mano que no paraba de hincharse. En cuanto se fue, derecha al ambulatorio, sacamos el chinchón y nos tomamos unas copitas relajadamente, por supuesto, Pascualita también tuvo su ración
miércoles, 23 de noviembre de 2011
La abuela está rara. En lugar de su acostumbrada energía mañanera, parece que hoy se está tomando las cosas con calma. Hemos desayunado en la salita y en lugar de ponerme de los nervios como siempre, porque en cuanto ella termina ya me está quitando mi taza de colacao, haya terminado o no, porque "tiene que fregarla", hoy he sido yo quien ha acabado antes y eso que soy lenta comiendo. Pero se ha entretenido hablando conmigo y con Pascualita, luego ha puesto la tele (para no mirarla) ha leído el periódico de cabo a rabo y mientras ella hacía todas estas cosas sin levantarse para nada de la mesa, a mí me picaba la curiosidad - ¿Abuela, qué es lo que te pasa? ¿estás decaída? ¿sientes sobre tí todo el peso de tus muchos años? - "Muchos años son los que tú tienes, que se te va a pasar el arroz y no has hecho nada en la vida, atontada" - ¡Vaya! por lo menos conservas la mala uva - "Me estoy entrenando para ser concejala del Ayuntamiento en las próximas elecciones municipales" - ¡Anda que no queda para eso! - "Así estaré más preparada" - ¿Y según tú, ser concejal es desayunar tranquilamente? - "Esa es una de las cosas que hay que hacer. Otra es escuchar a la oposición o a los vecinos cargantes, como el que oye llover, por eso pongo la tele pero no le hago ni caso y llegará un momento en que, en lugar de palabras, escucharé murmullos, eso querrá decir que este tema ya lo tendré dominado. Luego está lo de contestar a las preguntas por peteneras pero eso lo tengo chupado teniéndote a tí, fíjate en la cantidad de conversaciones absurdas que solemos tener. Otra asignatura es la de tocar las narices a la gente, por ejemplo: cuando estás fregando el suelo a mi me da por pasar, una y otra vez, por allí con la excusa de ir al baño urgentemente" - Esa también la tienes chupada. Ya sabes la rabia que me da cuando lo haces pero... vamos a ver, realmente ¿por qué quieres ser concejala? ¿para cobrar más? - "Esa es una razón de peso que hay que tener muy en cuenta. Piensa que, nada más llegar al sillón, me subirán un sueldo que aún no habré cobrado. ¡Un chollo, vamos! y luego está lo de poder tocar las pelotas a la ciudadanía por diversión o porque me he levantado con el pie izquierdo o porque estoy aburrida o... porque me da la real gana y lo único que puede pasarme es que me insulten por la calle pero como ya sabré oír sin escuchar, problema resuelto" - ¿Quieres explicarme a qué viene todo? - "¡A que estoy muy enfadada! Me ha costado horas enseñarle una cosa a Pascualita para que ahora vengan los del Ayuntamiento haciendo cambios" ... ¿Qué hemos dicho siempre cuando vamos al centro de la Ciudad? ¡Vamos a Palma! ¡A Palma! ¡Pero si hasta mi abuela lo decía! Luego, alguien tuvo un ataque de complejo de inferioridad y añadió "de Mallorca" ¡Ya lo sabemos que es de Mallorca!" - los gritos de la abuela ya resonaban en toda la escalera y Pascualita, asombrada, no le quitaba ojo. Yo me puse las gafas de sol por si las moscas porque este bicho no distingue entre una bronca y una exaltación histérica. - ¡Que se pongan otros el "de"! ¡Nosotros somos únicos y si alguien se equivoca y al llegar aquí cree que está en Canarias, que se hubiese informado antes! - ¿Y que tiene que ver todo esto con Pascualita? - Pues que le enseñé a decir Palma ¿Y ahora qué quieren, que aprenda a decir "de Mallorca"? Es muy largo - ¡Pero si no sabe hablar! ¡No dice ni mú! - "Pero mueve los labios como si dijera Pal... ma. Ahora verás...Pascualita, hija, enséñale a esta boba lo que sabes hacer, dí Pal... ma" - y la sirena, atenta y obediente a todo lo que dice la abuela, abrió la boca y claramente, ví como "decía" Pal...ma - ¡Abuela, eres una artista! ¡Has conseguido que un pez "hable"! - Pudorosa y sonrojada, dijo - "Bueno, no todo el mérito es mío... ya sabes lo inteligente que es Pascualita... ¡Ya se te podría pegar a tí algo !" - ¿Por qué la abuela siempre tiene un "recadito" para mí ?
martes, 22 de noviembre de 2011
Eran más de las once de la noche y la abuela no había vuelto a casa. Sobre las cinco de la tarde Pascualita y ella se fueron "a nuestras cosas", dijo. Ya estaba empezando a preocuparme su tardanza. Me dí un plazo de quince minutos antes de empezar a llamar a los hospitales. Antes de que transcurriera el tiempo marcado oí la llave en la cerradura y a la abuela hablando por los codos y partiéndose de risa - Vaya horas de venir, ¿no te da vergüenza? Ya iba a llamar a los hos... - "¡Chist! Para el carro morena jajaja... No se admiten bron... broncas jaja... Venimos de celebración ¿verdad, Pasc... ualita... jejeje..." - La sirena, libre del encierro del termo, se dedicó a nadar muy deprisa a lo ancho y largo del "acuario" dándose golpes contra las paredes - Mírala, pobrecita. Debe tener rampa en la cola después de estar tanto tiempo en la misma posicición ¡Que poca cabeza tienes! - "No es eso, no es... eso... Es que también ha probado el chinchón y está, mas o menos como yo jijiji..." - ¿La has emborrachado? - "¡Eh! No te subas por las paredes. Se "ha" emborrachado jiji... Es muy dueña de decir... de decir que nooooo pero jijiji... no lo ha dicho porque, a la jodíííííaaaa le gusssstaa jajajajaja... ¡Sosa, que eres una sosa!" - Bueno, a ver ¿Y que celebrábais si puede saberse? - "Sí que se puede... Pues ¿qué va a ser? ¡que ha ganado Mariano!. ¿A qué no lo sabías?" - Veo que traes noticias frescas - "¿Lo sabías?" - dijo perpleja - Lo sabe todo el mundo - ¿Incluso la Merkel?" - Sí, abuela... Esto del chinchón tiene que acabarse, ya no estás en edad de... - "Tengo la edad justa para hacer lo que me de la gana... ¿Cómo se han enterado de lo de Mariano?" - Pero si lo dicen la tele, la radio, los periódicos... A mí lo que me extraña es que lo hayas celebrado. No sabía que eras azulona - "No me vengas a estas horas con adivinanzas... ¿azulona?... Oye ¿no estaremos teniendo otra conversación de besugos, verdad?" - Esta vez creo que no. Ha ganado Mariano Rajoy y lo has celebrado... - "¿Ha ganado? ¿Qué yo lo he celebrado? ... " - Bueno, has dicho que... - Mi amigos, Pedro y Mariano, crían caracoles. Les gusta mucho jugar y hacen apuestas de cualquier cosaaaa... Llevaban días anunciando que, cada uno, tenía un caracol de carreras jijiji... ¡ya ves tú! que era un campeón. Tanta lata dieron que, finalm...ente, organizamos una carrera en el Fu... neral. Tomamos partido por uno o por otro y yo lo hice por Mariano. Esta tarde ha sido la carrera y ¡a ganado Mariano! O sea, yo. ¡30 euros me han tocado en el reparto!" - ¿Habéis apostado dinero? ¿delante de Pascualita? ¡Que educación le estás dando! - "Una de las cosas que tiene que ha...cer cuando vuelva al mar es organizar timbas..." - ¡Valiente maestra le ha tocado en suerte! - "Pascualita, dile algo a esta boba" - Por toda respuesta, la sirena, desde el borde del "acuario" me tiró un chorrito de agua que, de milagro, no me dió.
lunes, 21 de noviembre de 2011
La abuela ha venido de la calle con un humor de perros y a mí me dió por pensar que el mal tiempo le afecta el carácter aunque no se lo dije. Luego supe que no era solamente eso, porque cargó toda la culpa contra el "autobusero" (así llama ella a los chóferes de los autobuses que, dicho sea de paso, la mayoría no son santo de su devoción) ..."¡Y lo he puesto a parir! ¡Si quiere hacer cókteles que trabaje en un bar! Todo el trayecto se lo ha pasado agitándonos a los pobres usuarios de acá para allá. Algunos son un peligro para nuestra integridad física y se lo he dicho ¡vaya si se lo he dicho! pero como si oyera llover¡" - Mientras hablaba abría los sobres que había cogido del buzón. De repente dió un grito - "¡Mira, la tarjeta para las bicis que puso el Ayuntamiento!" - Ya la puedes devolver. No sabes llevarla. - "¿Cómo que no? He ido muchos años en bicicleta" - Sí. Cuando Noé construía el Arca. Devuélvela. No vas a usarla. - "Que te crees tú eso. Ahora mismo voy a por una" - Espera, que coja la cámara de fotos para inmortalizar el porrazo que vas a darte jajajaja - "¡Eres única para quitar la ilusión ¡Amargada! ¡sosa!. A partir de ahora se acabó el autobús... ¡Vamos, Pascualita!" - Rápida como el rayo, metió a la sirena en el termo dónde, aunque a duras penas, ya entraba, se lo colgó del cuello y entró en el ascensor.
Las primeras pedaladas fueron como los primeros pasos de un bebé, después pareció estabilizarse y se metió en el carril bici. Todo fue bien mientras nadie la estorbó pero, en cuanto se le acercó una bicicleta en sentido contrario se fue directamente hacia ella, con los ojos cerrados y gritando: "¡Que vooooooooy!" La colisión no tuvo consecuencias graves porque el otro ciclista hizo lo que pudo. El verse entera le dio ánimos y siguió hasta las Avenidas. Desde la acera, sudorosa, yo le gritaba que no se metiera allí, que había mucho tráfico pero, como siempre, no me hizo caso y entró en la corriente motorizada como un elefante en una cacharrería, dando bandazos. Los coches tenían que apartarse a un lado o al otro para no arrollarla y encima se permitió el lujo de insultarles hasta que, obcecada como estaba poniendo a caldo al conductor más próximo, no se dió cuenta de que los de delante se habían parado en el semáforo y se dió de bruces contra un coche. Salió disparada, pasó sobre el vehículo y cayó, espatarrada, sobre el asiento de un descapotable que estaba delante. A su vez, Pascualita voló hasta el parterre del centro de la calzada. La ví caer y corrí a por ella. La abuela gritaba como una loca - "¡¡¡Pascualitaaaaaa!!! ¡¡¡Me la han matado!!!" y se lió a patadas contra la espalda del pobre conductor que, sin comerlo ni beberlo, se había visto involucrado en el accidente. Se armó un buen cacao, sobre todo porque nadie había visto que alguien acompañara a la abuela en la bicicleta. Algunas personas quisieron tranquilizarla pero ella insistía a voz en grito: "¡¡¡Pascualitaaaaaa!!!" - Alguien señaló el parterre, había visto caer algo por allí. Un municipal llegó antes que yo y metió la mano entre las plantas que lo adornan. Me quedé helada. Si encontraba a la sirena no volveríamos a verla. El guardia sacó papeles, latas de refresco, incluso unas gafas de sol de entre la hojarasca, mientras yo me acercaba disimuladamente De repente dió un brinco seguido de una sarta de palabrotas, a cual más barriobajera, ¡Había encontrado a Pascualita! . Sacudía la mano con fuerza mientras "algo" se adhería a ella con uñas y sobre todo, dientes. La expectación de los mirones cambió hacia donde estaba el municipal. - ¿Qué le pasa a ese hombre? - Llegué hasta él y de un tirón arranqué a Pascualita y un trocito de carne que vino agarrado a su dentadura. Era tal el dolor que sentía el pobre que ni se fijó en mí. En seguida estuve rodeada de guardias que venían en ayuda de su compañero. Con toda naturalidad metí a la sirena en mi bolso y fuí a ver a la abuela que no conseguía enderezarse dado la estrechez del descapotable.- La tengo - le dije y dí media vuelta - "¿No me ayudas?" pidió con voz lastimera - ¿Quiéres que diga que te encanta el chinchón? jajajaja...
Las primeras pedaladas fueron como los primeros pasos de un bebé, después pareció estabilizarse y se metió en el carril bici. Todo fue bien mientras nadie la estorbó pero, en cuanto se le acercó una bicicleta en sentido contrario se fue directamente hacia ella, con los ojos cerrados y gritando: "¡Que vooooooooy!" La colisión no tuvo consecuencias graves porque el otro ciclista hizo lo que pudo. El verse entera le dio ánimos y siguió hasta las Avenidas. Desde la acera, sudorosa, yo le gritaba que no se metiera allí, que había mucho tráfico pero, como siempre, no me hizo caso y entró en la corriente motorizada como un elefante en una cacharrería, dando bandazos. Los coches tenían que apartarse a un lado o al otro para no arrollarla y encima se permitió el lujo de insultarles hasta que, obcecada como estaba poniendo a caldo al conductor más próximo, no se dió cuenta de que los de delante se habían parado en el semáforo y se dió de bruces contra un coche. Salió disparada, pasó sobre el vehículo y cayó, espatarrada, sobre el asiento de un descapotable que estaba delante. A su vez, Pascualita voló hasta el parterre del centro de la calzada. La ví caer y corrí a por ella. La abuela gritaba como una loca - "¡¡¡Pascualitaaaaaa!!! ¡¡¡Me la han matado!!!" y se lió a patadas contra la espalda del pobre conductor que, sin comerlo ni beberlo, se había visto involucrado en el accidente. Se armó un buen cacao, sobre todo porque nadie había visto que alguien acompañara a la abuela en la bicicleta. Algunas personas quisieron tranquilizarla pero ella insistía a voz en grito: "¡¡¡Pascualitaaaaaa!!!" - Alguien señaló el parterre, había visto caer algo por allí. Un municipal llegó antes que yo y metió la mano entre las plantas que lo adornan. Me quedé helada. Si encontraba a la sirena no volveríamos a verla. El guardia sacó papeles, latas de refresco, incluso unas gafas de sol de entre la hojarasca, mientras yo me acercaba disimuladamente De repente dió un brinco seguido de una sarta de palabrotas, a cual más barriobajera, ¡Había encontrado a Pascualita! . Sacudía la mano con fuerza mientras "algo" se adhería a ella con uñas y sobre todo, dientes. La expectación de los mirones cambió hacia donde estaba el municipal. - ¿Qué le pasa a ese hombre? - Llegué hasta él y de un tirón arranqué a Pascualita y un trocito de carne que vino agarrado a su dentadura. Era tal el dolor que sentía el pobre que ni se fijó en mí. En seguida estuve rodeada de guardias que venían en ayuda de su compañero. Con toda naturalidad metí a la sirena en mi bolso y fuí a ver a la abuela que no conseguía enderezarse dado la estrechez del descapotable.- La tengo - le dije y dí media vuelta - "¿No me ayudas?" pidió con voz lastimera - ¿Quiéres que diga que te encanta el chinchón? jajajaja...
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